
Trabajar como el que más puede ser una trampa, aunque esté insertado en la cultura laboral occidental echar horas extra para demostrar una responsabilidad con el trabajo por encima de la media.
Pero a medida que las generaciones más jóvenes rechazan la cultura de la presencialidad y afirman la importancia del equilibrio entre trabajo y vida, el valor de trabajar horas extras está puesto en duda. También, seguir algunos patrones como intentar demostrar tu productividad o una implicación desmedida por tu empresa.
Al menos, esas son las conclusiones de una encuesta a más de 10.000 trabajadores realizada por Slack, la empresa del conocido chat corporativo.
La trampa de la responsabilidad de hacer más horas
La encuesta descubrió que más de un tercio (37%) de los empleados afirmaron trabajar después del horario laboral al menos una vez a la semana. Algunos afirman hacerlo porque quieren, quizás para ponerse al día con tareas perdidas o adelantarse. Más de la mitad (54%) lo hace porque siente que debe hacerlo.
Pero ese clima que hace que los empleados se queden hasta tarde crea una paradoja que los hace menos efectivos; los trabajadores que se sintieron obligados por su empleador a quedarse después del horario laboral registraron una productividad un 20% menor durante el día, según Slack.
También informaron más del doble de estrés y agotamiento laboral, así como niveles más bajos de satisfacción con sus trabajos, en comparación con sus colegas que trabajan en un horario de nueve a cinco.
La autonomía es la clave
Por otro lado, aquellos que trabajan por voluntad propia durante las horas posteriores al trabajo tienen ligeramente mayor productividad y puntuaciones de bienestar, según Slack, y no informan la misma cantidad de impacto negativo que sus compañeros presionados para trabajar.
Parte del análisis que hace Slack se liga con la ya, tan en boga hace unos meses, tendencia de 'la gran dimisión', el clima laboral que hizo que muchos trabajadores dejaran sus empleos tras la pandemia y que se valoraran más las condiciones que l sueldo en muchos casos.
El 'teatro' de la productividad
Aún no se ha llegado a un veredicto sobre si los empleados son más productivos trabajando desde casa o en la oficina, pero una cosa es segura: a nadie le gusta que le digan qué hacer.
La investigación encuentra que la vigilancia en el lugar de trabajo hace que las personas sean peores en sus trabajos y más propensas a renunciar. Es una pérdida de tiempo en ambos extremos, ya que los trabajadores comienzan a participar en el "teatro de productividad", dedicando tiempo a complacer a sus jefes vigilantes haciéndoles ver que están ocupados después de haber terminado sus tareas.
Tiene sentido, entonces, que los empleados también sean menos productivos cuando sienten que se les obliga a trabajar. La mayoría de los empleados, tanto aquellos que se sienten obligados a trabajar después del horario laboral como aquellos que no, dijeron a Slack que son productivos durante el día (70%).
Pero el primer grupo tiene un 50% más de probabilidades de informar que su capacidad para completar tareas se ve obstaculizada por "prioridades impuestas" que aquellos que se van a una hora normal.
De hecho, es mejor dar a los empleados algo de tiempo libre en su horario sin que lo esperen, según los resultados. La mitad de todos los trabajadores dicen que rara vez o nunca se toman un descanso, informando niveles mayores de agotamiento, peor equilibrio entre trabajo y vida, y una productividad más baja que aquellos que lo hacen, según Slack.
En última instancia, parece que dar a los trabajadores el poder de elegir cuándo y cómo hacen su trabajo parece hacerlos mejores en su trabajo.
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