
La falta de productividad del mercado laboral de España con respecto a sus comparables de la eurozona es un problema de más de dos décadas de antigüedad, condenado a agravarse en caso de que se generalice la jornada semanal de 37,5 horas, como acordaron esta semana PSOE y Sumar.
Es más, en el caso de una economía tan dependiente de las pymes y del sector servicios, existe el riesgo de que, en el medio-largo plazo, el rendimiento promedio de sus trabajadores descienda hasta los niveles de Grecia, el ya proverbial enfermo europeo en lo que se refiere a esa variable.
Ése es el temor unánime de los expertos consultados por elEconomista.es tras conocer los planes de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.
A primera vista puede parecer una amenaza menor, considerando que España lleva años confinada en el vagón de cola europeo de la productividad. Su registro más actual recabado por Eurostat, relativo a 2022, nos otorga 94,6 puntos en una clasificación en la que el 100 lo marca el promedio de la UE de 27 países y en la que el conjunto de la Unión Monetaria puntúa en los 104,1.
Únicamente están peor, excluyendo las peculiares economías bálticas, Portugal y, precisamente, Grecia. El problema en esta última economía está tan arraigado que la última reforma laboral impulsada por Atenas abre la puerta a trabajar trece horas, seis días a la semana a través del pluriempleo.
Ahora bien, el suelo puede perforarse y el retroceso hasta el nivel del país heleno es ahora factible, tras la "la pérdida de otros dos puestos en la clasificación comunitaria" si se imponen las 37,5 horas semanales, según el economista y socio fundador del despacho Bernal & Sanz Bujanda, Miguel Ángel Bernal.
A su juicio, en el mercado laboral se amontonan actualmente todos los factores para que la menor jornada laboral sea un reactivo que acabe debilitando con gran intensidad la maltrecha productividad española. Bernal los enumera:"El alto peso de las pymes, la elevada importancia del sector servicios, los mayores costes de financiación, la amplia economía sumergida..."
El también economista y consejero editorial de elEconomista.es. Francisco de la Torre, es igualmente contundente a la hora de pronosticar que "desafortunadamente la productividad española está abocada a bajar más" en relación a nuestros socios europeos. "Al final si la producción es la misma repartida entre más puestos supuestamente equivalentes, el rendimiento disminuye y el coste laboral unitario aumenta", apunta.
Castigo fiscal
No tiene por qué ser un destino inevitable "si se aumenta la producción con otros recursos como mejor educación o tecnología", matiza De la Torre. No obstante, los desarrollos en esos ámbitos requieren de mucho tiempo. Más eficaz a corto plazo resultaría "la reducción de otros costes, especialmente los energéticos y fiscales de las empresas", pero se da la circunstancia de que el acuerdo PSOE-Sumar discurre en sentido contrario. Sobre todo, en lo que se refiere a modificar Sociedades y ejercer más presión sobre las compañías.
El experto de CaixaBank Research Javier García-Arenas ha incidido también recientemente en las asignaturas suspendidas, en materia de productividad, que nuestro país debería abordar para evitar nuevos deterioros. En primer lugar, "según constata el Banco de España existe un déficit significativo en el nivel de formación de los trabajadores y de los empresarios españoles con respecto al promedio de la eurozona".
En segundo lugar, "el peso de las empresas de tamaño mediano o grande es menor que en otros países". En concreto, "alrededor del 35% de la ocupación está en empresas de más de 50 empleados, una proporción que se sitúa en el 66% en Alemania".
El economista Javier Santacruz no solo da por hecho el retroceso del rendimiento laboral en el caso de que la propuesta de PSOE-Sumar prospere; además, proporciona un primer cálculo del retroceso porcentual que es más previsible.
"Reducir la jornada semanal de 40 a 37,5 horas supone una merma del 6,25%. Por cada 1% que bajan las horas efectivas de trabajo , se produce una caída paralela de la productividad por hora del 0,87%", según cuantifica el experto. Siguiendo esa lógica, el rendimiento del mercado de trabajo está en condiciones de contraerse casi un 5,5%. Son conclusiones extraídas por Santacruz tras su escrutinio de las estadísticas laborales de los últimos 15 años, precisamente aquellos en los que el problema de la productividad española se ha vuelto más acuciante.
Todo lo anteriormente expuesto parece apuntar a que la arcaica tesis económica de que trabajar más horas equivale, por sí solo, a rendir más vuelve a estar vigente en las tesis de los analistas en este ámbito.
Evitar la simplificación
La realidad es muy diferente como escribe el experto el Instituto de Estudios Bursátiles (IEB), Aurelio García del Barrio, argumentando que el quid de la cuestión radica en que el debate ya no puede abordarse en esos términos tan simples. "La realidad laboral española es muy compleja, ya que está marcada por factores como la temporalidad y el alto nivel de desempleo juvenil".
En esas circunstancias, García del Barrio prevé también perjuicios derivados de la reducción de la jornada laboral si no se tiene en cuenta un factor clave como "la mejora de la calidad del capital humano del que dispone la economía".