
La elevada rotación del empleo ha impedido que los cambios en la contratación introducidos en la reforma laboral se reflejen con la misma intensidad en las cifras totales de afiliación.
Acostumbrados a centrarnos en las cifras de variación mensual que cada mes publican los ministerios de Trabajo y de Inclusión, los datos del 'stock' mensual de afiliación, que incluye tanto a los nuevos trabajadores como a los que ya tenían empleo, resultan sorprendentes.
Mientras el primero habla de un porcentaje del 44,3% de indefinidos entre los nuevos contratos, el segundo la eleva al 71,8% entre los afiliados al Régimen General, que engloba a la gran mayoría de trabajadores por cuenta ajena: 15,8 millones de asalariados en junio.
Hay que tener en cuenta que este dato es una media mensual, calculada para evitar la distorsión que supone el alto volumen de altas y bajas que registra cada día la Seguridad Social. Aun así, los datos muestran una mejoría evidente de la contratación indefinida, desde el 64% registrado hace un año. Es el mayor porcentaje de indefinidos de este Régimen de toda la serie histórica.
Esta variación es consecuencia directa de la reforma laboral. Refleja la caída del número de afiliados con contrato temporal, junto al aumento de los que tienen contrato indefinido. Aunque en este caso, el repunte ha sido relativamente menor entre los que trabajan a tiempo completo.
Esta desigual evolución está provocando un fenómeno sin precedentes en la calidad del empleo de los trabajadores indefinidos: los que no tienen un contrato a tiempo completo llegaron al 25,85% del total de los fijos en junio, la proporción más alta de la serie.
'Parcial' como eufemismo de 'temporal'
En el pasado mes había 8,4 millones de trabajadores indefinidos a tiempo completo, 2,1 indefinidos a tiempo parcial y 834.026 indefinidos fijos discontinuos.
Pero pesar de su menor número, son estos últimos los que más han influido en la composición del empleo, aprovechando el 'hueco' dejado por los contratos a tiempo completo.
Si se analiza la variación de la ponderación, es decir el porcentaje de cada tipo de jornada sobre el total de asalariados, desde el 'punto cero' de la aprobación de la norma se aprecia mucho más claramente este cambio en los últimos seis meses.
Los fijos discontinuos son el contrato 'estrella' de la reforma laboral. Por ello, su definición estadística ha estado en el centro de la polémica entre los analistas del mercado del empleo.
Hasta hace un par de meses, el avance de datos mensuales del SEPE seguía englobándolos en el bloque de los indefinidos a tiempo parcial. La razón era que no eran empleos de actividad continua en el tiempo, ya que se interrumpían periódicamente. Esto, con independencia de si la jornada diaria del trabajador era a tiempo completo o no.
En este contexto, considerar a los fijos discontinuos como 'a tiempo parcial' era un eufemismo de 'eventual'. Se intentaba evitar así la principal acusación que siempre se ha hecho a esta modalidad: que es un "maquillaje" de la temporalidad.
Pero esta solución generó una gran confusión cuando la firma de fijos discontinuos se disparó. Por ello, Trabajo aclara ahora en los resúmenes del SEPE que se trata de un tercer tipo de jornada, como, por otra parte, hacen sus estadísticas y las de la Seguridad Social.
Por ello el Gobierno insiste en que no es correcto considerar parciales a los fijos discontinuos. Por otra parte, ni Trabajo ni la Seguridad Social ofrecen una cifra de cuántos fijos discontinuos tienen una jornada diaria parcial.
Lo más parecido son los datos de las bases de cotización, donde sí se desgrana una estimación, si bien estos datos se publican con un decalaje de meses. Los últimos disponibles son de cierre de 2021 y hablan de un 46% de fijos discontinuos a tiempo parcial.
Se reduce la brecha de jornada entre fijos y temporales
Sin embargo, más allá de la contratación indefinida, también merece un análisis lo ocurrido con la contratación temporal.
Y es que mientras la tasa de contratos indefinidos a tiempo completo ha descendido del 78,74% en diciembre al 74,15%, la de trabajadores temporales ha aumentado y registra también su máximo histórico, con un 68,4%.
Este comportamiento puede explicarse porque la penalización sobre los contratos de muy corta duración ha eliminado muchos a tiempo parcial.
Además, hay que recordar que esta mejora en el tipo de jornada no implica necesariamente una menor rotación de los contratos temporales. De hecho, según los datos del SEPE está ocurriendo lo contrario.
Esta reducción de la brecha de parcialidad entre trabajadores con contrato temporal e indefinido parece confirmar que algunos elementos de la 'precariedad' asociada a los trabajos eventuales empiezan a trasvasarse a aquellos que, supuestamente, tienen empleos de mayor calidad. Un fenómeno que también se aprecia en las dimisiones de trabajadores.