
El tablero ya está puesto y los cuatro partidos arrancan la partida. La campaña de las elecciones andaluzas del 2D ha dado el pistoletazo de salida esta noche y los contendientes han celebrado los habituales actos para demostrar fortaleza.
Estas dos 'semanas de pasión' comienzan con la 'resaca' del último sondeo del CIS, centrado en estos comicios autonómicos y que ha reavivado unas críticas vigentes desde que el PSOE se hiciera con las riendas del mismo y sus proyecciones de voto hayan sido excelsas desde entonces.
Sin embargo, más allá de las críticas al socialista Félix Tezanos, presidente del CIS, antes y después de recuperar la 'cocina' para este estudio, los datos arrojan una clara victoria del PSOE y un triple empate entre PP, Ciudadanos y Adelante Andalucía que condiciona los mensajes con los que los partidos emprenderán la batalla.
Por el momento, la favorita a revalidar la victoria, Susana Díaz, emprende una campaña personalista -el CIS andaluz la refleja como la líder mejor valorada y la más conocida- en la que el apoyo del Gobierno y de Ferraz será pretendidamente discreto. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, sólo estará en dos actos de campaña, mientras que los ministros harán alguna aparición esporádico. Una estrategia que contrasta con lo sucedido este jueves. En las vísperas de la campaña, Díaz ha aparecido en Sevilla y luego en Doñana junto a un valor seguro para los socialistas andaluces: Felipe González.
Díaz se apoya en González antes de una campaña con poco Ferraz
El expresidente del Gobierno, que hace horas se pornunciaba sobre los indultos del procés o sobre la Constitución, ha aparecido hoy en Andalucía para volver a erigirse una vez más en 'padrino' de la presidenta andaluza y ha aprovechado para hacer un llamamiento al pacto al resto de fuerzas. Lo ha hecho plenamente consciente de que el acuerdo con una de las otras fuerzas probablemente le dé el Gobierno a los socialistas, quienes han comenzado su campaña con un multitudinario acto en Granada y siguen este viernes en Sevilla.
Entre las restantes fuerzas, PP y Ciudadanos han decidido dar un enfoque claramente nacional a su campaña intentando explotar el desgaste de la labor de Gobierno del PSOE. El mejor ejemplo es el itinerario del líder 'popular', Pablo Casado, que destaca especialmente por las cifras: hará campaña 11 de los 15 días, recorrerá 9.636 kilómetros, protagonizará 45 actos, entre mítines, encuentros sectoriales y empresariales, y visitará las ocho provincias, aunque hará especial hincapié en Cádiz, Málaga y Sevilla.
Similar será el caso de Albert Rivera, que compite con Casado en guarismos: prevé visitar las ocho provincias y recorrer unos 10.000 kilómetros. La nota discordante estará en el apoyo al candidato. Mientras que Rivera acompañará a Juan Marín en más de una docena de actos. Casado estará con Juan Manuel Moreno Bonilla -antaño hombre de Soraya Sáenz de Santamaría en el PP- en sólo cuatro.
PP y Cs buscan el desgaste del Gobierno y apuntalar las ciudades
La pugna entre 'populares' y 'naranjas' se dará en las capitales de provincia, donde ambos esperan imponerse al otro y robarle votos a un PSOE muy fuerte en el ámbito rural. Prueba de ello es que ambas formaciones han celebrado sus actos de arranque de campaña en Málaga, una ciudad en la que el PP suele obtener buenos resultados -mantiene una prolongada Alcaldía- y en la que Ciudadanos presenta a su 'estrella' para la campaña, el ex seleccionador de baloncesto Javier Imbroda.
En el flanco izquierdo, Adelante Andalucía plantea también una campaña de signo más andalucista, si bien contará con el apoyo de la plana nacional de Podemos después de que la tranquilidad haya regresado entre Teresa Rodríguez y la dirección estatal de Pablo Iglesias y Pablo Echenique. La coalición entre Podemos e IU ha iniciado la campaña en el barrio sevillano de Pino Montano.
La coalición -cuyo segundo es Antonio Maíllo en representación de IU, en plena sintonía con Rodríguez- ya ha avanzado que no se lo pondrá tan fácil a Díaz para pactar como Podemos ha hecho a nivel nacional con el PSOE y plantea una dura campaña basada en exigir avances sociales, como una mejor financiación de la Sanidad Público, auténtico talón de aquiles del Ejecutivo regional socialista. Entre las notas anecdóticas de la confluencia para la campaña, está la pretensión de celebrar algunos mítines en cárceles andaluzas.