El crecimiento de la economía española y la evolución del empleo están experimentando un mejor desempeño de lo previsto por todos los organismos internacionales a principio de este año, en un marco de desaceleración económica internacional y pérdida de impulso de las contrataciones por el efecto de una guerra comercial que está laminando la actividad industrial en los principales países de la Unión Europea. Sin embargo, las cifras que arroja España cada trimestre en términos de PIB y afiliación a la Seguridad Social mantienen el pulso del enfriamiento internacional, con aumentos por encima de la media de los vecinos europeos.
Así, en este entorno, la afiliación media a la Seguridad Social superó en junio los 19,5 millones de personas ocupadas (19.517.697), tratándose del mejor dato de la serie histórica desde que se tienen registros. Además, el número de parados registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo (SEPE) ha bajado en 146.476 personas respecto al mismo mes del ejercicio anterior, con un ritmo de reducción interanual del 4,63%, hasta situarse el número total de personas desempleadas se ha situado en 3.015.686 personas, la cifra más baja desde noviembre de 2008.

Ello, dibuja una actividad laboral mucho mejor de la prevista al inicio de año en el entorno de desaceleración de la actividad económica internacional, y con el añadido en el caso de España de la incertidumbre por el ciclo electoral de hasta cuatro votaciones transcurrido entre abril y mayo, además del esperado impacto negativo en los volúmenes de contratación por el incremento en un 22% del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 900 euros. Caber recordar que el Banco de España situó el efecto del alza salarial en una destrucción de hasta 125.000 puestos de trabajo a tiempo completo en España.
Tal es la sorpresa pues generada por los datos de afiliación de récord histórico que la propia secretaria de Estado de Empleo, Yolanda Valdeolivas, afeó recientemente al supervisor bancario haber contribuido a la teoría más catastrofista de la medida salarial. Sin embargo, al margen del impacto del SMI, sí que existen datos que dan cuenta de un sobrecalentamiento del mercado de trabajo provocado desde el estamento público.
Concretamente, esta misma semana se ha conocido que el número de convenios especiales de los cuidadoras y cuidadores no profesionales de personas en situación de dependencia asciende ya a 40.076. La inmensa mayoría, 32.772, son nuevos convenios suscritos desde que el pasado 1 de abril el Gobierno se hizo cargo de abonar las cotizaciones, tras la aprobación del Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y de oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación. De esta forma, se ha multiplicado por cinco la cifra de 7.304 convenios que había en alta a 30 de marzo de 2019.
Además en el mismo periodo de tiempo transcurrido desde la aprobación de dicho texto, la afiliación general de trabajadores ha experimentado un aumento de 287.335 cotizantes de los que 32.756 son de cuidadores no profesionales, es decir, un 11,4% de ellos. Este es el volumen de alza del empleo subvencionado por el Estado al estar estas cotizaciones cubiertas por la Seguridad Social. A ello, se une la oferta de empleo público para el ejercicio de 2019 que contará con un total de 33.793 plazas, casi un 10% superior a la oferta registrada en 2018 y "la mayor registrada en los últimos 11 años", como reconoce el Ministerio de Trabajo, dando cuenta del esfuerzo del Ejecutivo en la ampliación de cotizantes por la vía del empleo público.