
Las ruedas de prensa de Donald Trump se han convertido en uno de los momentos más destacados de su mandato como presidente de EEUU, y la que siguió a su encuentro con la primera ministra británica saliente, Theresa May, no decepcionó. En apenas media hora, Trump atacó a sus críticos, ninguneó al líder de la oposición británica, Jeremy Corbyn; insistió en que May -"mejor negociadora que yo"- debía haber llevado a la UE a los tribunales, ofreció un acuerdo comercial a Reino Unido y apoyó públicamente a dos de los candidatos 'tories' a primer ministro: Boris Johnson y Jeremy Hunt. Todo ello entre fuertes protestas en la calle, lideradas por Corbyn, que Trump parecía incapaz de ver.
Tras el encuentro con May, la rueda de prensa se retrasó ligeramente después de que Larry, el gato oficial de Downing Street, se colara debajo de 'La Bestia', el coche blindado que lleva al presidente estadounidense en sus viajes. Pero una vez que Larry despejó el camino, May y Trump se dirigieron al Ministerio de Exteriores. A sus puertas, centenares de personas con pancartas contra el magnate y un globo que le caricaturizaba como un bebé gigante.
A la cabeza de la manifestación, Corbyn, que criticó a Trump por sus ataques contra el alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan, que tildó de "insultos racistas". A continuación, insistió en que el Reino Unido nunca debía aceptar un acuerdo comercial con EEUU que incluya la entrada de empresas privadas en la sanidad pública, uno de los grandes orgullos británicos.
Y justo dentro del edificio, Trump actuaba como el reverso completo. El presidente de EEUU empezó por negar que hubiera una manifestación contra él a la puerta del edificio en el que se encontraba -"muy pocas personas, por motivos políticos"- y ninguneó a Corbyn: "No lo conozco. Nunca he hablado con él. Me pidió reunirme con él y lo rechacé. Es una fuerza negativa." Y volvió a criticar a Khan: "No me gustan los críticos. Debería centrarse en su trabajo".
A continuación, lanzó la bomba de la reunión: confirmó que EEUU está dispuesto a firmar un "muy sustancial" acuerdo comercial con Reino Unido una vez se complete el Brexit. Eso sí, hay una una condición: que "todo" esté sobre la mesa, incluida la sanidad pública, como especificó. Inmediatamente, el ministro de Sanidad -y candidato a suceder a May-, Matt Hancock, aseguró que su Gobierno "jamás negociará sobre la sanidad" con EEUU.
"May es probablemente una mejor negociadora que yo", afirmó Trump
A May la colmó de elogios. Dijo que era una mejor negociadora que él, y alabó su acuerdo de salida de la UE, que "aún no está muerto". "May ha llevado al Reino Unido a un gran lugar. En el futuro se lo reconocerán", afirmó. Trump incluso la animó a seguir en el cargo hasta completar la salida y negociar ambos el acuerdo comercial posterior, aunque May lo rechazó. "Soy una mujer de palabra" y se marchará este viernes, dijo.
El magnate, eso sí, rechazó la forma en que May había encauzado las negociaciones con la UE. "Yo les habría denunciado y habría buscado un acuerdo en los tribunales", dijo. May confirmó que Trump se lo sugirió hace años y que ellá rechazó el plan. "Ella es probablemente una mejor negociadora que yo", añadió.
Y Trump no pudo evitar inmiscuirse en la guerra interna del Partido 'Tory' por suceder a May. Preguntado sobre sus candidatos favoritos, dijo que el exalcalde de Londres, Boris Johnson, y el ministro de exteriores, Jeremy Hunt, eran "grandes" políticos. Pero al ministro de Agricultura, Michael Gove, no le dedicó el mismo cariño: Trump dijo que "no le había visto nunca", pese a que Gove le entrevistó para el periódico The Times poco después de su victoria, y de que el propio Trump había pedido reunirse con él hoy mismo. "¿Es Gove un buen candidato?", le preguntó Trump a Hunt.
Reunión empresarial
Por la mañana, Trump y la primera ministra británica saliente, Theresa May, presidieron una mesa redonda con representantes de diez empresas locales y estadounidenses, a fin de "celebrar y estrechar los lazos comerciales". Participaron en la cita empresarial, entre otros, el príncipe Andrés, duque de York; los ministros británicos de Economía, Philip Hammond, y Comercio Internacional, Liam Fox; el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, y su colega del Tesoro, Steven Mnuchin, e Ivanka Trump, hija del presidente.
Por parte de las empresas, estuvieron los directivos de la aeronáutica británica BAE Systems, la farmacéutica GSK, el banco Barclays, la eléctrica National Grid y Reckitt Benckiser, mientras que, de EEUU, participaron los de JP Morgan Chase, Lockheed Martin, el banco Goldman Sachs International, la firma de ingeniería Bechtel y Splunk, de software.