
El dato avanzado del PIB de la Eurozona se ha situado en el 0,4% en el primer trimestre de 2019, mejor de lo esperado por los analistas que habían vaticinado un crecimiento del 0,3%. El dato supera en dos décimas el crecimiento presentado en el cuarto trimestre de 2018 que fue de un 0,2%. En términos anuales el crecimiento ha sido del 1,2% para zona euro y del 1,5% para toda la Unión Europea. La actividad de la Eurozona toma impulso y se aleja del riesgo de estancamiento que amenazó a la región durante gran parte de 2018.
Peter Vanden Houte, economista jefe para la Eurozona de ING, sostiene que este dato muestra que la zona euro está viva, "probablemente para ser la etapa final del ciclo, este dato es el mejor que podía ser".
La demanda interna resiste
"Podemos decir que las llamadas a una recesión en la Eurozona han sido exageradas y prematuras. La caída del desempleo y la tendencia al alza de los salarios están apoyando el consumo de los hogares, que aprovechan unas condiciones de financiación favorables", sentencia el experto de ING.
El mercado laboral sigue mejorando. La tasa de paro en el área euro ha caído una décima hasta el 7,7% en el mes de marzo, el desempleo más bajo desde noviembre de 2008. Mientras que en el conjunto de la Unión Europea (UE) también cayó una décima y se situó en el 6,4 %, según informó este martes la oficina de estadística comunitaria, Eurostat.
Desde Oxford Economics creen que "esta estimación del PIB de la Eurozona confirmó nuestras expectativas de que los datos duros mensuales relativamente sólidos respaldan una mejora en el primer trimestre del año".
"Vemos un aumento del PIB de la zona euro en la misma tasa en los próximos trimestres, aunque para el segundo trimestre vemos riesgos a la baja relacionados con el crecimiento trimestral de la producción industrial en casi todos los países", señalan los expertos de la firma.
De este modo, los indicadores 'macro' de la Eurozona empiezan a ver algo de luz tras el decepcionante final de 2018, donde la economía estuvo cerca de detenerse ante la recesión de Italia y el parón de la actividad en Alemania, lastrada por una demanda exterior muy débil que ha golpeado de lleno a la industria germana y de los países europeos con una mayor dependencia del exterior.
Italia sale de la recesión
Hoy también se ha publicado que Italia ha retomado la senda del crecimiento y ha logrado salir de la recesión en la que entró durante los dos últimos trimestres de 2018. El PIB de la economía transalpina ha crecido un 0,2% respecto al anterior trimestre, muy por encima de lo que había vaticinado el consenso de los expertos, que preveían una tasa de variación negativa del -0,1%.
A pesar del optimismo que irradian estos datos, lo cierto es que la Eurozona y, probablemente, la economía global, se encuentran en la parte final del ciclo. "El envejecimiento hace también que las economías sean más vulnerables a los shocks. Los riesgos siguen siendo importantes, como la subida del precio del petróleo, las tensiones comerciales o el Brexit", sostiene el economista de ING.