Economía

El sol podría volver a lucir en la Eurozona, pero no con la intensidad de 2017

  • Se está produciendo una 'lucha' entre demanda interna y externa
  • El consumo podría perder fuerza si la desaceleración del comercio se prolonga
  • Amundi: "Hay que confiar en el consumo de los hogares y el gasto fiscal"
Foto de alamy

La zona euro sufrió un fuerte parón económico en la segunda mitad de 2018 y, probablemente, en parte de la primera mitad de 2019. El PIB pasó de crecer al 0,7% trimestral en 2017 al 0,1% y 0,2% en el tercer y cuarto trimestre de 2018. En los primeros meses de 2019 la situación podría haber sido similar según muestran los indicadores 'macro' adelantados. Sin embargo, algunos nubarrones amenazantes comienzan a perder intensidad y esto podría dejar ver algún rayo de sol en Europa, no tan intensos como los de 2017 (parece que el comercio internacional no volverá a crecer por encima del 4%), pero sí suficientes para mantener un crecimiento suave de la actividad.

Por ejemplo, el último PMI compuesto (un índice que refleja la situación económica a través de encuestas a empresas) de la zona euro de marzo ha sido levemente mejor de lo esperado tras presentar una expansión de 51,6 puntos. Tristan Perrier, economista de Amundi, destaca en su último análisis que "después de una serie de decepciones en 2018, las figuras económicas en los primeros meses de 2019 han sido más bien confusas. Sin embargo, creemos que la situación debería mejorar en los siguientes trimestres".

La 'boca' de los PMI

Se está produciendo una dicotomía curiosa en la Eurozona. La 'boca' que se está abriendo entre el PMI de servicios y el PMI manufacturero es el reflejo de la lucha que mantienen la demanda interna y la externa. Mientras que las exportaciones siguen lastrando al sector industrial (como muestra la caída de los pedidos de fábrica en Alemania), la creación de empleo y el alza de los salarios están tirando del consumo en el sector servicios, más orientado al mercado doméstico.

Los economistas de ABN Amro creen que "esta descorrelación refleja el agudo deterioro del comercio internacional". La diferencia entre ambos PMI es de 5,8 puntos, la mayor distancia desde 2009. No obstante, estos expertos creen que el giro de los bancos centrales en los últimos meses podría apoyar una recuperación del comercio internacional que ayudase a cerrar algo esta 'boca' de los PMI.

Perrier argumenta que los pilares que pueden sostener este pequeño impulso deben llegar del interior y del exterior. Por un lado, la estabilización de la economía China y del comercio internacional podrían devolver parte del vigor a la demanda externa de la que tanto depende la Eurozona. Allan von Mehren, economista jefe de Danske Bank para China, cree que el buen dato del PMI manufacturero de marzo "evidencia que el gigante asiático tocó suelo en el primer trimestre de 2019. Esperamos una recuperación moderada en lo que resta de año".

Las exportaciones de vehículos y piezas desde Alemania a China han mejorado levemente en el mes de enero, primer dato de este año publicado. Dentro de esa mejora destacan los envíos de coches, que sufrieron una fuerte desplome en el mes de diciembre de 2018 y en enero han vuelto recuperar el tono volviendo a acercarse a los 2.000 millones de euros mensuales, algo que todavía no se refleja en los datos de la industria.

Hoy viernes se ha conocido que las matriculaciones de automóviles en el mercado alemán se situaron en 880.092 unidades en el primer trimestre, lo que supone una subida del 0,2% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según datos publicados por la Autoridad Federal del Transporte Motorizado de Alemania (KBA, por sus siglas en alemán). Tan solo en marzo se vendieron 345.523 automóviles en el país, un 28,5% más frente al mismo mes de 2018.

Perrier cree que la situación comenzará a mejorar en la zona euro por el incremento de los ingresos de los hogares, un fuerte apoyo fiscal de los gobiernos y porque el crecimiento del comercio internacional no va a ser tan lento como se esperaba en los meses pasados".

El crecimiento del volumen del comercio mundial perderá impulso en 2019, pero no tanto como se creía hace unos meses. Según la Organización Mundial del Comercio (OMC) se espera una desaceleración al 2,6%, cuatro décimas por debajo del 3% registrado en 2018 y muy lejos del 4,6% registrado en 2017. Este débil avance del comercio global, de cumplirse, no será tan trágico como lo que se podía entresacar de los datos de los últimos meses de 2018, cuando se produjo una caída del volumen de los bienes comerciados. 

"Varias firmas han revisado muy a la baja sus previsiones de crecimiento para 2019... pero la política monetaria es acomodaticia (lo que reduce la carga financiera de la deuda), la política fiscal es expansiva, no hay burbujas de precios y se habla mucho de la guerra de aranceles, pero el comercio está volviendo crecer tras el bache de final de año", comenta Patrick Artus, economista jefe de Natixis. Este experto cree que a medida que avance el año se podrían ver revisiones al alza de las previsiones.

Sin la fuerza del comercio internacional, el crecimiento no tendrá la vigorosidad de 2017

No obstante, el experto de Amundi deja claro que "aunque el crecimiento vuelva, hay que olvidarse de los datos vistos en 2017, y si riesgos como un Brexit sin acuerdo o la imposición de aranceles a la industria del automóvil se materializan no habrá crecimiento", sentencia este experto.

En los últimos meses, los problemas con la industria del automóvil en Alemania, los 'chalecos amarillos' en Francia y los sempiternos problemas internos en Italia han impedido que la actividad económica de la Eurozona avanzase con normalidad. "Ahora que algunos de estos shocks están quedando atrás, varios factores apuntan a una leve aceleración del crecimiento en los próximos trimestres mientras que los riesgos comentados anteriormente no entren en juego".

En Francia se espera que el consumo de los hogares comience a repuntar a medida que el desempleo sigue con su tendencia a la baja y las protestas de los 'chalecos amarillos' pierde fuerza. En el caso de Alemania, la industria del automóvil podría recuperar cierta normalidad a medida que el sector se adapta a la nueva normativa y la estabilización de China desemboca en una recuperación de las importaciones.

Crecen los salarios en la Eurozona

"Además, los ingresos de los hogares en los últimos trimestres ha mantenido trayectoria ascendente, y el impacto en términos reales probablemente se amplifique en 2019 por la debilidad de la inflación. A pesar de que las malas noticias se estaban acumulando en el PIB y otros indicadores económicos, la tasa de desempleo siguió disminuyendo, la creación de empleo se mantuvo sólida y, lo que es más importante, los salarios aumentaron aproximadamente otro 2% el año pasado. Todas estas cifras deberían significar un aumento en el consumo real de los hogares", explica el economista de Amundi.

Las previsiones de Amundi apuntan a un crecimiento del 1% en 2019 y un 1,5% en 2020, cuando la Eurozona alcanzará velocidad de crucero. Dentro de las grandes economías prevé un 0,8% de crecimiento en Alemania, un 1,3% en Francia, un 0,1% en Italia y 2% en España.

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