Juan Ramón Rallo es uno de los máximos representantes de la Escuela Austriaca en España. Director del Instituto Juan de Mariana, profesor de Economía en el centro de estudios OMMA o del IE Business School y autor de libros como Una revolución liberal para España, Contra la Teoría Monetaria Moderna o Los Diez Principios Básicos del Orden Político Liberal, un análisis filosófico de lo que es ser liberal en todos los aspectos.
¿Por qué España está resistiendo mejor la desaceleración económica de la Eurozona y del mundo?
Lo que está haciendo que la economía de España resista mejor no sólo es el consumo público, es también el consumo en general, público y privado, las familias están incrementado su consumo gracias a la creación de empleo y porque están reduciendo su tasa de ahorro, esto tiene cierta influencia sobre el resto de la economía.
También es cierto que el gasto público se está incrementando, el consumo público está ayudando a 'dopar' artificialmente la actividad, pero el crecimiento económico sostenido a largo plazo depende de la inversión, y la inversión se ha paralizado en parte por la incertidumbre regulatoria, como en el caso de los alquileres o sobre el sector del automóvil, o por la incertidumbre ante la mala regulación como la subida del salario mínimo... tenemos un patrón de crecimiento que a corto plazo da la impresión de que es capaz de aguantar, pero realmente es un patrón muy débil si la inversión no regresa.
En caso de llegar una crisis, ¿se parece la situación hoy a la de 2008?
Hay diferencias importantes, porque en 2008 acumulábamos una serie importante de desequilibrios, especialmente en el sector privado, la burbuja inmobiliaria, el endeudamiento de las empresas y familias que era endeudamiento exterior y eso generaba un mix insostenible, y además la necesidad de que la economía se readaptará de una forma muy extensa y dolorosa para todos los que la sufrieron.
Hoy tenemos el gran desequilibrio que no se ha corregido, que es la deuda pública, y eso sí es una amenaza potencial si no somos capaces de mantener el crédito y la credibilidad de nuestra economía. No obstante, el sector privado no presenta esos enormes desequilibrios de 2008. Aún cuando en el futuro nos desaceleramos de forma intensa no sucedería nada similar a lo de 2008 salvo que haya un colapso en los mercados de deuda pública. En ese caso sí sufriríamos mucho.
¿Una bajada de impuestos en España supondría una mayor recaudación?
No, porque no estamos a la derecha de la curva de Laffer, es cierto que las subidas de impuestos destruyen actividad en el sector privado estés a la izquierda o a la derecha, pero si estas a la derecha las bajadas de impuestos no crean suficiente actividad como para aumentar la recaudación hasta un nivel que pueda contrarrestar la caída del tipo de los impuestos.
Bajar hoy impuestos en España no aumentaría la recaudación, lo que no significa que bajando los impuestos no vaya a aumentar la recaudación en términos absolutos dentro de una dinámica de crecimiento, pero la cuestión es que la recaudación sería mayor si no se bajaran. Eso no significa que no haya que bajar impuestos, lo que significa es que hay que combinar las bajadas de impuestos con reducciones de gasto dado el nivel actual de déficit y deuda pública.
Son cada vez más los economistas que defienden déficits crecientes y más deuda para estimular el crecimiento, ¿cuál puede ser el desenlace de implementar estas controvertidas políticas de gasto?
Es evidente que en la medida que no se presentan inversiones muy atractivas en el sector privado y que hay un gran volumen de ahorro que busca donde aparcarse, la deuda pública de países que son solventes puede parecer un refugio interesante como puede ser en el caso de la deuda de Alemania, EEUU y Holanda. Pero que la deuda pública sea barata no quiere decir que el sector público pueda hacer cualquier tipo de inversión, porque estas pueden tener un rendimiento negativo. No obstante, estos economistas deberían reflexionar en qué medida la falta de inversiones atractivas en el sector privado pueden deberse al proceso de 'zombificación' de la economía que han promovido estas políticas expansivas y de reflote artificial tanto del lado fiscal como del monetaria.
¿Por qué las malas inversiones no han desembocado en la quiebra de empresas? o ¿por qué esas empresas no han liberado recursos que estarían mejor invertidos en otros lugares? No es absurdo pensar que puede ser en gran medida por esas medidas de estímulo que lo que consiguen es que los muertos que deberían estar enterrados sigan correteando por nuestras calles y acaparando recursos. Estas políticas de estímulo fiscal no son pertinentes para países como España porque no tenemos margen de endeudamiento.
Bajo crecimiento, escasa inflación y tipos de interés en cero, ¿está la Eurozona condenada a sufrir una 'japonización'?
Siempre hay factores que pueden contrarrestar eso como una liberalización amplia de los factores de producción con lo que podrían surgir otros modelos que barriesen a las empresas zombificadas... pero el marco regulatorio que tenemos hoy y las políticas públicas no están ayudando a esto y, por tanto, sí están propiciando la expansión de estos zombis, que es precisamente a lo que se llama proceso de japonización en la economía.
Para evitar la japonización, ¿hubiera sido más eficiente el helicóptero del dinero (regalar dinero a familias y empresas) que las políticas expansivas que han usado bancos centrales y gobiernos?
Un helicóptero monetario equivale a todos los efectos a una rebaja impositiva, sin recorte de gasto alguno, se les dice a las familias y empresas que su deuda tributaria es la que es mientras que se les entrega dinero gratis para que paguen impuestos, con lo cual el Gobierno recibe más recursos reales de la economía.
¿Una rebaja impositiva hubiera sido más beneficiosa para la economía?, yo no soy partidario del déficit ni de la deuda pública, pero desde luego si de lo que se trata es de querer acelerar el crecimiento a corto plazo sin zombificar a la economía y sin premiar a malos inversores, sí creo que las rebajas impositivas, o en este caso el helicóptero del dinero, son mucho más eficaces para lograr ese fin.
La curva de tipos en EEUU se invirtió durante unos días en marzo, este indicador ha funcionado como el mejor predictor de recesiones. ¿Cree usted que la próxima crisis está a la vuelta de la esquina?
La curva no se ha invertido en su totalidad, sólo en algunos vencimientos, y el mayor predictor hasta la fecha se corresponde con el vencimiento a 30 año y ahí todavía no hay inversión, es más, la pendiente sigue siendo positiva. No obstante, hay incertidumbre sobre lo que quiere decir la curva hoy, pero lo que está claro es que se está aplanando y este es el paso previo a una inversión, por lo que quizá no estamos tan al final del ciclo sino en un lugar más intermedio.
La explicación que más me gusta de por qué la curva de tipos anticipa la llegada de una recesión se resume en que los empresarios, cuando financian sus proyectos productivos con endeudamiento, efectúa una cierta planificación financiera acerca de la cuantía y del momento en el que esos proyectos van a proporcionarle beneficios. En función de esa planificación decide, a su vez, cuál va a ser el esquema de repago de sus pasivos: idealmente, los flujos de caja que reciben por sus operaciones reales deberían bastar en cada periodo para amortizar sus flujos de caja salientes vinculados a la amortización de deuda.
Pero ¿qué sucede cuando se frustran esas expectativas sobre beneficios futuros? Pues que los empresarios no alcanzan a cubrir la amortización de su deuda con su previsión de flujos de caja entrantes, en cuyo caso se verán forzados a buscar refinanciación a corto plazo para aquella deuda que vence y que no son capaces de amortizar con sus propios recursos. Es decir, la curva de rendimientos tenderá a invertirse cuando los beneficios realizados por los empresarios estén quedando por debajo de lo que necesitan para repagar las deudas que contrajeron en el pasado. Esto indica que las cosas no están yendo bien en el ámbito empresarial por inversiones que se realizaron y están siendo peores de lo que se pronosticó. Tiene sentido que la curva anticipe una recesión, pero todavía no está enviando una señal extremadamente fuerte.
¿Qué pueden hacer gobiernos y bancos centrales para contrarrestar la siguiente crisis?
Depende de cada gobierno y de cada banco central. Por ejemplo EEUU tiene margen para combatirlo con la política monetaria y fiscal, otra cosa es que esta sea la mejor receta para combatirla, pero este ya es un debate muy amplio... Pero en la Eurozona dependerá de si los contribuyentes más solventes están dispuestos a financiar los déficits del sur de Europa. En la anterior crisis ya estuvimos en manos de Alemania y los países solventes, si no hubiera sido por ellos hubiéramos quebrado en 2012. No obstante, bajo el contexto actual, salvo una ruptura del mercado de deuda pública, la próxima crisis no será tan dura para nadie como fue la anterior. Por lo tanto eso evita dar unas perspectivas tan catastrofistas porque no se están acumulando tantos desequilibrios en el sector privado, ni hay burbujas inmobiliarias, ni ha habido una burbuja de endeudamiento privado como la que hubo en los años previos en 2008.
Usted ha defendido el derecho a decir de Cataluña mediante un referéndum, ¿qué opina del fenómeno de Tabarnia? ¿Merecen otro referéndum?
Lo de Tabarnia es más bien un chiste que una opción política realista, pero esa es la idea principal, permitir la posibilidad de que grupos dentro de Cataluña que se quieran intrasecesionar y luego mantenerse independientes o adhesionarse a España tengan los mismos derechos. Esto es imprescindible para permitir esa libertad de autorizar un referéndum de autodeterminación en Cataluña... para dar luz verde a un referéndum de autodeterminación con garantías para todas las partes.
¿Existe alguna esquema o modelo de pensiones que pueda soportar un shock demográfico como el actual de forma sostenible?
Es verdad que no hay ningún sistema que sea infalible ante un cambio de la demografía, pero la cuestión es cuál de los dos sistemas (reparto o capitalización) es más resistente ante un shock demográfico. Con mucha claridad el sistema de capitalización es más resistente. Si hay menos población produciendo se puede aumentar la productividad, quizá no lo compense, pero el sistema que maximiza el crecimiento de la productividad es el sistema que convierte el ahorro en inversión, un sistema de capitalización. Por no hablar de que el problema demográfico, que es un problema nacional y no global, y el sistema de capitalización permite invertir el ahorro nacional en otras zonas con un perfil demográfico creciente, donde los beneficios están creciendo y por tanto las rentabilidades pueden ser mayores. Sin haber sistemas infalibles, el de capitalización es el que ofrece más garantías.