Economía

El BCE afronta una revolución interna en plena desaceleración de la economía

  • Erkki Liikanen, ex gobernador del Banco de Finlandia, es el favorito
  • Los cambios, aunque muchos, no cambiarán la inclinación de la política
Foto de la silla vacía de Mario Draghi en el BCE

El Banco Central Europeo afronta un año de cambios importantes en su estructura interna. Los mandatos del presidente y de otros dos miembros del Comité Ejecutivo llegan a su fin este 2019, el año en el que se ha confirmado la desaceleración de la economía global y de la Eurozona y que sigue planteando importantes retos para los bancos centrales. Además, alrededor de la mitad de los banqueros centrales nacionales de la Eurozona terminan también sus mandatos.

Para comprender la importancia de estos cambios es importante conocer los órganos rectores del BCE. Probablemente, el Comité Ejecutivo es el órgano más relevante, y está conformado por el presidente (Mario Draghi), el vicepresidente (Luis de Guindos) y otros cuatro miembros (Benoit Coeure, Sabine Lautenschlager, Yves Mersch y Peter Praet). Estos nombres junto a los gobernadores de los bancos centrales nacionales toman las grandes decisiones: evalúan los cambios económicos y monetarios, definen la política monetaria de la Eurozona y fijan los tipos de interés.

Adiós a Peter Praet

El primero en 'caer' del Comité Ejecutivo será Peter Praet, economista jefe del BCE y cuyo mandato finaliza en mayo. En este caso, el sustituto será, salvo sorpresa de última hora, Philip Lane, gobernador del Banco Central de Irlanda. Los economistas de Commerzbank creen que este cambio de cromos no tendrá repercusión sobre la política monetaria porque "Lane y Praet suelen hablar en un tono muy similar".

Por otro lado, Benoit Coeure termina su mandato en diciembre de este año, por lo que aún es demasiado temprano para hablar de posibles sustitutos. Además, el economistas que supla a Coeure podría depender de la nacionalidad del que sea elegido nuevo presidente del Banco Central Europeo.

Y es que el cambio más importante se ejecutará el 1 de noviembre, día en el que Mario Draghi abandona su puesto como presidente del Banco Central Europeo con nueve bajadas de tipos, y el mayor programa de compra de bonos de la historia de la institución a sus espaldas.

Los expertos de Commerzbank creen que el nueve 'jefe' del BCE no se comenzará a sonar con fuerza hasta después de las elecciones al Parlamento Europeo que se celebran en mayo. También será muy relevante la nacionalidad del nuevo presidente de la Comisión Europea (CE), que será elegido tras las elecciones de mayo.

La lucha por la presidencia de la Comisión ha dejado al BCE en vilo. Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, era claro favorito para tomar el relevado de Draghi hasta que la canciller Angela Merkel antepuso la presidencia de la CE, con Manfred Weber como candidato para suceder al Jean-Claude Junker, al mando de la CE desde 2014. Ahora, los candidatos son varios y sus opciones parecen bastante igualadas.

Según el último sondeo realizado por Bloomberg, Weidmann tiene ahora un 25% de probabilidades de alcanzar la presidencia del BCE. El presidente de la institución como el resto de miembros del Comité Ejecutivo son nombrado por el Consejo Europeo por mayoría cualificada.

Erkki Liikanen, ex presidente del Banco Central de Finlandia, es el principal favorito con un 39% de probabilidades, tres puntos porcentuales más que François Villeroy, gobernador del Banco de Francia. El tercero en discordia es el propio Benoit Coeure, que en principio debería quedar descartado porque los tratados europeos impiden la reelección de un miembro que ya forma parte del Comité Ejecutivo, sin embargo, juristas consultados por Commerzbank creen que si Coeure abandona su puesto antes de noviembre sería técnicamente legal su elección como presidente del BCE. El elevado grado de conocimiento del francés de la institución y el continuismo que supondría para la política monetaria le hacen entrar en las quinielas.

Los economistas del banco germano creen que tanto Villeroy como Coeure (mano derecha de Draghi) pertenecen al ala dovish del BCE, defensores de los tipos bajos, de las condiciones financieras laxas o acomodaticias y del programa de compra de bonos (QE por sus siglas en inglés). No obstante, "ambos comenzaron a hablar de la reducción del QE antes que Draghi o Praet, lo que deja entrever que su inclinación es ligeramente menos dovish que la del banquero italiano.

En el caso de Erkki Liikanen, el favorito a día de hoy, su inclinación monetaria es más neutral (ni dovish ni hawkish) y con toda seguridad "sería menos dovish que el actual presidente del BCE". Aún así, su poder estaría limitado a lo que diga el Consejo de Gobierno, formado por el propio Comité Ejecutivo y los gobernadores de los bancos centrales nacionales del área euro.

Desde Commerzbank insisten en que "es poco probable que se produzca un cambio en la política monetaria tras el fin de la era Draghi, sobre todo por el baile de sillas que se va a producir en los bancos centrales nacionales. Según la información disponible creemos que la mayoría dovish en el Consejo de Gobierno del BCE quedará reforzada tras estos cambios".

Aunque los cambios no vayan a producir un giro de la política monetaria, llegan en un momento complejo para la economía de la Eurozona y para el propio Banco Central Europeo. La institución monetaria deberá presentar sus nuevas caras en medio de la desaceleración global, el auge del populismo, las tensiones comerciales o la debilidad de la demanda exterior, que además se ha sumado la entrada en recesión técnica de Italia y el estancamiento de la economía de Alemania.

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