Economía

El lío de las enmiendas en el Parlamento británico: guía para entender la nueva semana decisiva del Brexit

  • May podría ser obligada a solicitar un aplazamiento de la salida de la UE
  • La estrategia de May pasa por renegociar las condiciones entre las irlandas
  • Los tories presentan varias propuestas para tumbar el backstop en Irlanda
La primera ministra británica, Theresa May, en el parlamento Británico. // Reuters

Casi una veintena de enmiendas esperan a que May fracase en su nuevo intento de salvar el acuerdo del Brexit para ser votadas este martes por la tarde. Todavía no se sabe si se votarán antes o después de que la premier someta a votación su plan b que busca renegociar con Bruselas la salida, pero podrían ser la clave para que el Gobierno solicite un aplazamiento a la salida de la Unión Europea y evite un Brexit caótico, a la vez que pueden ser la tumba de May que le obligue a convocar elecciones.

La primera ministra británica, Theresa May, vuelve mañana al Parlamento británico para intentar salvar su plan b al acuerdo del Brexit, que apenas supone cambios a la propuesta inicial más allá de intentar renegociar con Bruselas las condiciones de salvaguarda a la frontera física en Irlanda. La premier ha intensificado los contactos con el resto de fuerzas parlamentarias pero todo parece abocado a un nuevo rechazo de de la Cámara de los Comunes. Y aquí entra en escena el juego de las enmiendas que también se votarán mañana y que puede terminar obligando al Gobierno de May a pedir un aplazamiento a la salida de Reino Unido de la Unión Europea, fijada para el 29 de marzo, un mandato para renegociar el acuerdo pactado con Bruselas, mantenerse en la unión aduanera, y en última instancia la celebración de un segundo referéndum.

Ya se han presentado un total de 19 enmiendas que podrían ser votadas y aprobadas por el Parlamento británico. Un grupo importante de ellas va destinado a evitar una salida abrupta del Reino Unido. Las que tienen más posibilidades de prosperar son la de los tories Caroline Spelman y Jack Dromey que cuenta con el apoyo de 200 parlamentarios y la de la laborista Yvette Cooper. Mientras la primera pide que el Gobierno de May evite un Brexit caótico, la segunda enmienda, que también tiene el respaldo entre los conservadores proeuropeos, exige a May pedir una prórroga a Bruselas para el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

Enmiendas para extender el Artículo 50

Para aplazar la fecha del 29 de marzo, no solo lo debe solicitar Londres, también tiene que ser aceptado por unanimidad por el resto de miembros de la Unión Europea. Las principales capitales europea, pasando por Berlín y París, están a favor de conceder más tiempo a May para encuentre una mayoría parlamentaria, pero lo que está menos claro es cuánto tiempo durará la prórroga.

May ha defendido en las últimas comparecencias que pedir más tiempo no soluciona nada y que Bruselas lo concederá solo si la extensión tiene un objetivo. Pero la premier cuando fue preguntada por Dominic Raab, su anterior ministro para el Brexit, en sede parlamentaria no cerró la puerta totalmente.

The Sun hoy publica que ha informado a su gabinete de que no permitirá una salida sin acuerdo y favorecerá que haya una prórroga. Para muchos analistas la estrategia de May pasa por no asumir la responsabilidad de la petición a Bruselas y prefiere verse obligada a ello sin asumir el coste político de que su acuerdo, negociado durante meses, ha fracasado. Para los miembros de su partido pro Brexit la extensión del plazo del Artículo 50 es una derrota y supone perder el poder negociación de la Reino Unido. Y en parte, también lo pierde May en el parlamento británico.

Enmiendas consultivas

El otro bloque de enmiendas importantes son las llamadas votaciones indicativas. Con ellas el parlamento británico se puede pronunciar sobre las distintas alternativas y manifestar cuál tiene más apoyos. La laborista Hillary Benn, lidera la enmienda más neutra para May, ya que solo son consultivas. Pero de ser contrarias a las intenciones de May pueden tener cargas de profundidad políticas y manifestar la soledad de la premier. La más peligrosa para el Gobierno es la del conservador Grieve, que permitiría al Parlamento británico asumir las negociaciones con Bruselas a semanas de la desconexión.

Enmiendas laboristas

Corbyn arropa, que no firma, la enmienda laborista de Rebecca Long-Bailey, portavoz del partido, para que Reino Unido siga enganchada a la Unión Europea por la unión aduanera, la fórmula de Noruega Plus, y si no es posible convocar un segundo referéndum. El matiz de que Corbyn no firme la propuesta es importante para intentar buscar apoyos fuera de su partido, aunque parece improbable que suceda.

Enmiendas para retocar la salvaguarda en Irlanda

Hoy están cogiendo fuerza las enmiendas tories destinadas a tumbar el acuerdo del Brexit sobre la salvaguarda sobre la frontera entre las dos Irlandas. May a regañadientes aceptó incluir un mecanismo de protección para impedir una frontera física entre las dos partes de la isla irlandesa a través de vincular a Irlanda del Norte a la unión aduanera en caso de no encontrar un acuerdo en la futura relación comercial entre los dos bloques. Reino Unido y la Unión Europea podrían levantar este protocolo en cualquier momento pero de mutuo acuerdo. Los Bretixeers temen que está solución deje para siempre a Reino Unido bajo las normas aduaneras y comerciales europeas.

Dos enmiendas tories van destinadas a tumbar el backstop en Irlanda con la propuesta de ponerle un límite temporal o directamente retirarla. El conservador Graham Brady, que firma una de las enmiendas, defiende en su propuesta votar por alternativas para evitar una frontera dura en Irlanda que no sea la actual salvaguarda. La enmienda encaja en la estrategia de May de renegociar las condiciones del Brexit y puede que encuentre su apoyo.

Las posibilidades de May de salvar su acuerdo de Brexit pasa por recuperar los apoyos los unionistas del DUP y los partidarios más duros del Brexit intentando retocar las condiciones de la frontera de Irlanda. Las enmiendas de Brady y Murrison disparan en el sentido de poner un límite temporal hasta diciembre de 2021 o la potestad de Reino Unido de abandonarla. Lo que no está claro es que satisfaga a la DUP y a los brexiteers. Más claro es el rechazo que generaría en Brusela. Irlanda ya ha dicho por activa y por pasiva que no renegociará las condiciones de salvaguarda para que aumente el riesgo de una frontera entre las dos irlandas.

Ahora la última palabra de que enmiendas se someterán a votación es la del speaker de la Cámara de los Comunes, John Bercow, que tiene discrecionalidad para tramitarlas o rechazarlas.

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