Economía

Sánchez vende los puntos fuertes de España a potenciales inversores

  • Destacó la prima de riesgo, la reducción del déficit y el superávit comercial
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza) 2019. Autor: Efe.
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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidió ayer a la élite del mundo de los negocios reunida en Davos que respalde el matrimonio de la economía y la política, no solo para corregir los fallos que llevaron a la pasada crisis, sino también para evitar los errores que precipitaron dos guerras mundiales. Con todo, en sus palabras no se olvidó de vender la economía española a los inversores presentes.

En la primera participación de un presidente del Gobierno desde la accidentada intervención de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010, Sánchez apostó por "vender" España ante los potenciales inversores y socios comerciales del país. Destacó nuestra prima de riesgo estable, los 82 millones de turistas que visitaron España, los sólidos pilares económicos, la reducción del déficit, o el superávit comercial. Y explicó que la razón para tal confianza es la armonía social (por las relaciones laborales), la certidumbre legal, y contar con instituciones y compañías robustas. También añadió el europeísmo del país. "Ningún partido político es abiertamente euroescéptico", resaltó.

Su discurso, en el que también defendió las credenciales verdes de España y los logros de las fuerzas progresistas en el pasado, fue bien recibido por la audiencia, entre la que se encontraban gran parte de los jefes ejecutivos de las firmas españolas presentes en Davos. Uno de ellos se felicitó por contar con un presidente del Gobierno que finalmente hable inglés. "Ha dejado bien a Europa", dijo una fuente europea, destacando el marcado contraste con el discurso de Conte, pobremente construido y muy centrado en política nacional.

Por otro lado, Sánchez urgió a los asistentes del Foro Económico Mundial a luchar contra la desigualdad porque "está destrozando" a todas nuestras sociedades y es "una fuente de desestabilización".

Los niveles de desigualdad "son en muchos casos intolerables". Y si los políticos responsables no actúan, "la política descarada tirará de las grietas que aparecen en nuestras sociedades y nos arrastrará de vuelta al desastre."

El populismo como enemigo

El enemigo está claro. "Los populismos nacionalistas reaccionarios ya no son el problema de un país o de un continente: son el principal desafío que enfrentan las democracias liberales."

En un discurso de media hora al final de la jornada, ante un auditorio que estaba medio vacío (como también le sucedió a su predecesor el primer ministro italiano Giuseppe Conte), Sánchez avisó que, tras el impacto de la crisis, corremos el riesgo de olvidarnos todo lo que sufrimos, y las promesas de cambio que se realizaron tras el batacazo. "Hay asuntos del capitalismo que aún no han sido solucionados", indicó mencionando los paraísos fiscales. Y lamentó que los ciudadanos cargan todavía con la losa de la crisis. "Debemos actuar ahora que tenemos algún grado de libertad para hacerlo", indicó.

"Hay asuntos del capitalismo que aún no han sido solucionados"

En esta línea, defendió un crecimiento que esté al servicio de mejorar la vida de las personas y dentro de los límites que marca la sostenibilidad.

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