
Alemania se prepara para endurecer las condiciones de inversión de compañías no europeas en empresas alemanas que Berlín considere críticas para su seguridad nacional, en sectores de defensa, tecnología o medios de comunicación. Una decisión que podría aprobarse este martes y que se produce cuando la UE y EEUU revisan sus marcos y normativas relacionadas con las inversiones extranjeras directas.
Cualquier empresa no europea que pretenda hacerse con más del 10% de una alemana en estos sectores tendrá que someter la operación a las autoridades germanas. Desde 2017, solo las operaciones que implicaban la compra de más de un 25% en una entidad considerada estratégicamente importante o que pusiera en peligro el orden y la seguridad pública estaban sujetas a supervisión.
Alemania ha bloqueado dos importantes inversiones por parte de empresas chinas en este año
Aunque Berlín no quiere señalar explícitamente a China como el origen de esta decisión, Alemania ha bloqueado dos importantes inversiones por parte de compañías del gigante asiático en el último año. En julio, el banco alemán KfW se hizo con una participación del 20% en la matriz del operador alemán de sistemas de transmisión 50Hertz Transmission GmbH para frenar el interés de la asiática State Grid Corporation of China. Entonces se citaron "motivos de seguridad nacional". El Gobierno alemán también se opuso a la venta de la empresa de maquinaria Leifeld Metal Spinning a un inversor chino, alegando peligros en el "orden público y la seguridad".
Hace dos años, el Comité sobre Inversiones Extranjeras de EEUU (Cfius, por sus siglas en inglés), que revisa operaciones de compra en el extranjero si existen preocupaciones de seguridad nacional para EEUU, descarriló la compra valorada en 670 millones de euros del fabricante alemán de equipos y semiconductores Aixtron SE por parte de un fondo chino. Esto se produce en un momento en que las inversiones chinas en Europa aumentaron un 77% solo en 2016 hasta un récord de 35.000 millones de euros y en que Bruselas busca una mayor supervisión para asegurar la salvaguarda de sectores clave como el tecnológico o el de infraestructuras ante inversores o compañías extranjeras.
Dentro de las infraestructuras, los puertos representan una parte crucial de la infraestructura comercial de la UE, ya que el 70% de las mercancías que cruzan las fronteras europeas viajan por mar, según el think tank Bruegel. Además, los puertos europeos emplean a 1,5 millones de personas y actualmente gestionan bienes por valor de 1.700 millones de euros. Este tipo de infraestructura se ha convertido en el centro de atención de varias empresas chinas, con la nueva ruta de la seda medida que Pekín desarrolla la nueva ruta de la seda (BRI, por sus siglas en inglés). En 2016, el Banco de Desarrollo de China destinó 12.600 millones de dólares a proyectos de esta iniciativa.