
A pesar de que el Gobierno puede tramitar nuevas figuras fiscales en el escenario de una más que segura prórroga presupuestaria para 2019 al tratarse de proyectos de ley que se han de aprobar en el Congreso de los Diputados, el Ejecutivo no podría hacer uso de esta estrategia si se cumplen los vaticinios de que habrá adelanto electoral, puesto que ya no habría tiempo para ello.
La clave está en los plazos. Tramitar un proyecto de ley cualquiera hasta su aprobación lleva, como mínimo, unos seis meses si no se gestionan de urgencia y con lectura única. Y, a día de hoy, ninguno de los borradores de las nuevas figuras tributarias que maneja el Ministerio de Hacienda, la 'tasa Google' y el tributo a transferencias financieras, se han registrado en la Cámara Baja. En la misma situación se encuentra el paquete de medidas que tiene preparado Hacienda contra la evasión fiscal
De hecho, fuentes del departamento que dirige María Jesús Montero confirman que no lo harán hasta diciembre. Reconocen que ambos proyectos han recibido numerosas alegaciones durante el proceso de información pública -que finalizó el pasado 16 de noviembre- y que todavía están analizándolas.
Si se tiene en cuenta que el mes de enero es, en términos generales, inhábil en la Cámara Baja, igual que agosto, los nuevos impuestos no podrían ser aprobados al menos hasta septiembre u octubre, y esto sin tener en cuenta que posiblemente el Partido Popular y Ciudadanos, que dominan por mayoría la mesa del Congreso, pondrán todas las barreras posibles a su tramitación, como la ampliación del periodo de enmiendas.
El tiempo es la barrera
De esta manera, cualquiera de las fechas que el Gobierno y el PSOE han filtrado para celebrar unas eventuales Elecciones Generales impediría que se aprobaran los nuevos impuestos. Según cuentan diversas fuentes, Pedro Sánchez baraja convocar los comicios en febrero, marzo o junio. Incluso se ha llegado a plantear, de boca del propio ministro de Fomento y secretario general del PSOE, José Luis Ábalos, celebrar un superdomingo el 26 de mayo, de maneara que el mismo día se celebren Elecciones Generales, Autonómicas y Europeas.
En cualquier caso, es probable que el propio Gobierno acabe bloqueando la tramitación de los nuevos impuestos si los plazos dieran para ello. Es improbable que el Ejecutivo de Sánchez ejecute una medida de este tipo justo antes de celebrar comicios, en caso de que finalmente se decidiera su realización en otoño, como ha vaticinado en la última semana uno de sus barones, Emilio García-Page, presidente de Castilla-La Mancha.
Y todo ello a pesar de que posiblemente el Gobierno lograría apoyos suficientes para sacar adelante estas medidas fiscales. Ya cuenta con el respaldo de facto de Unidos Podemos, al igual que con el de PDeCAT -siempre y cuando se acepten algunas de sus enmiendas-. Incluso Ciudadanos, a pesar de su oposición a las subidas de impuestos, no ha planteado un 'no' rotundo a su aprobación. Al fin y al cabo, son dos proposiciones que llegan planteadas desde la Comisión Europea, aunque son pocos los países que por lo pronto las están aplicando.
Ingresos dudosos
A pesar de que el Gobierno siempre ha defendido la puesta en marcha de ambos impuestos para mejorar los ingresos del Estado, lo cierto es que en los últimos meses organizaciones nacionales e internacionales venían advirtiendo de que las previsiones oficiales de recaudación eran irreales.
Así lo indicó la Autoridad Independiente de Autoridad Fiscal, que calculó que los ingresos por el tributo de Transacciones Financieras serían de 420 millones, no los 850 millones estimados. En el caso de la 'tasa Google', esta reducción es superior al 50%: de los 1.200 millones a 546 millones.
También la Comisión Europea comparte este punto de vista, como dio a entender en su análisis de la propuesta presupuestaria que el Gobierno le envió en octubre. Recortó las previsiones de recaudación por ambos impuestos así como por las medidas planteadas para combatir el fraude fiscal en su análisis, aunque no contabilizó en qué grado.