
El Partido Popular está empeñado en mostrarle a sus socios en el Parlamento Europeo que los Presupuestos de Pedro Sánchez son imposibles, porque se fundamentan en un aumento del gasto disparatado; gastos pro cíclicos, anuales y acumulativos y, en unos ingresos inflados, con el consiguiente aumento del déficit estructural.
De ahí el desembarco de Pablo Casado este miércoles en Bruselas, en la cumbre que el Partido Popular Europeo (PPE) celebra justo antes de la reunión del Consejo Europeo. Encuentro en el que pondrá el acento en su tesis ante distintos comisarios -no ante Pierre Moscovici, del que no creen que vayan a encontrar demasiada complicidad, sobre todo teniendo en cuenta su adscripción socialista y la buena relación que une al comisario económico y la ministra Nadia Calviño-.
Aunque la Comisión Europea nunca en su historia ha puesto objeciones a los Presupuestos de sus socios, pues no actúa de manera preventiva, el PP cree que tiene elementos suficientes como para denunciar el "infierno fiscal" que se avecina y las consecuencias que puede tener sobre al menos 14 millones de contribuyentes, entre los que se entremezclan 14 millones de conductores de diésel, con tres millones de autónomos, ocho millones de pensionistas que verán como su poder adquisitivo se rebaja en las transacciones financieras derivadas de sus planes de pensiones, o las 121.000 personas que tendrán que pagar más por IRPF, sin olvidar empresas, sucesiones, sociedades digitales, o el aumento del precio de la energía.
De los ocho millones de beneficiados, como apunta el Gobierno, el PP pasa a 14 millones de personas perjudicadas, ya que impuestos como la tasa Tobin, la tasa Google, el impuesto al diésel, "lo acabarán pagando la clase media, y también el trabajador que cobre el nuevo salario mínimo, estipulado para 900 euros al mes".
Para los populares, el SMI es uno de los puntos más conflictivos. Y no solo por el hecho de que se el PSOE haya tirado por la borda "el pacto logrado con los agentes sociales para que el salario mínimo subiera gradualmente hasta 2020, y ahora no tenga el cuenta el crecimiento económico, límite que quedó estipulado por encima del 2,5%.
El impacto de la subida del SMI
Subir en este momento el SMI a 900 euros, es decir, un 22% más, explica Daniel Lacalle a elEconomista, implica de inmediato las peticiones del resto de trabajadores de una empresa del aumento de sueldo, en consonancia con la subida del SMI. Supone también mal ambiente en las empresas por el agravio comparativo del incremento salarial de quien lo consiga. Así mismo, que las empresas tengan que soportar mayor carga de cotizaciones sociales perdiendo competitividad.
Además, señaló ayer Pablo Casado, esta medida no facilita la creación de empleo, ni que la tasa de paro descienda. Con estas cábalas, situaciones como el bono a 10 años, advertirán a Europa, puede experimentar un cambio radical si continúa la ralentización y el BCE deja de ayudar, pasando el interés del 1% al 3%. De esta manera, España tendrá que volver a pagar 36.000 millones de deuda pública, como hacía antes.
En esa misma línea, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, ha anunciado una ofensiva parlamentaria "a todos los niveles" para evitar que los Presupuestos de Sánchez ha pactado y Podemos entren en vigor y "arruinen" a España: "España no merece tener unos Presupuestos como estos, que son una ofensa contra los autónomos, las clases medias, las pymes o los consumidores", ha declarado en los pasillos del Congreso.