Economía

Lo probable es que Turquía sea tacaña con la subida de tipos

  • No se espera que el banco central suba tipos tanto como sería necesario
Billete de lira turco. Foto: Archivo

Esta semana el encuentro del banco central de Turquía eclipsa en importancia a la reunión de política monetaria que cada mes y medio acapara la atención de los inversores: la del Banco Central Europeo. El país otomano está en el ojo del huracán, después de un verano en el que ha sido protagonista por su papel central en la inestabilidad que los mercados emergentes han generado entre los inversores. La crisis de la lira turca fue la primera en aparecer, y ahora es el momento en el que el banco central del país debe tirar de las riendas de una inflación desbocada (roza el 18%) e intentar poner fin a las caídas que está viviendo la lira.

Esto, según explican los expertos, pasa inevitablemente por acometer una subida en los tipos de interés del país. Hay que recordar que, precisamente lo que propició el miedo de los mercados el pasado mes de julio fue la inmovilidad del banco central en su reunión del día 24 de ese mes, a pesar de que la inflación superaba entonces el 15%. "En este momento creemos que las medidas deberían estar orientadas a estabilizar a los mercados financieros, y también a prevenir una profundización en la ralentización de la economía. De esta forma, es crucial que el banco central de Turquía lleve a cabo una subida de tipos de al menos 550 - 600 puntos básicos en su próxima reunión", explican desde Nomura. Sin embargo, el banco japonés avisa de que este escenario no es el más probable: "No tenemos altas convicciones de que este sea el caso".

Javier Santacruz, economista investigador de la Universidad de Essex, cree que el banco central "sí va a hacer una subida", pero, como Nomura, "no espero que llegue a los 500 puntos", señala. El experto espera que la subida sea "de entre 150 y 300 puntos básicos. Una subida de 150 puntos básicos volvería a poner en positivo los tipos de interés reales -los tipos descontando la inflación-, mientras que un incremento en 300 puntos básicos revertiría la fuga de capitales".

El problema que tiene ahora el banco central de Turquía es que sólo puede defraudar: el pasado 3 de septiembre la entidad, reconociendo un nuevo aumento del IPC, anunció que esta semana "ajustaría" la política monetaria. El mercado descuenta ya más tipos, y quizá el país no cumpla las expectativas.

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