Justo ayer se cumplieron diez años desde que el Banco Central Europeo subiera los tipos de interés a pesar de la evidente llegada de la crisis financiera mundial. Un alza de tipos a destiempo. Ahora ocurre lo contrario, algunos expertos creen que podría estar dilatándose demasiado la espera para endurecer la política monetaria. El miedo a volver a cometer otro grave error -como las subidas del pasado (2008 y 2011)- podría estar frenando al BCE a la hora de elevar los tipos.
El 3 de julio de 2008 el BCE elevó el precio del dinero del 4% al 4,25% para combatir una inflación que superaba con creces su objetivo al alcanzar el 4% en junio de ese año, el máximo histórico de la Eurozona. Para octubre daba marcha atrás a medida que los precios se moderaban y el crecimiento económico se evaporaba en medio de la peor crisis económica desde la Gran Depresión.
"En el BCE son extremadamente prudentes precisamente porque ya se han quemado antes"
El presidente Mario Draghi ya integraba por entonces el Consejo de Gobierno del BCE en su condición de gobernador del Banco de Italia. El banquero italiano estaba en el mismo puesto en 2011, cuando se subieron de nuevo los tipos, justo antes de que diese comienzo la devastadora crisis de deuda de Europa. Tal vez debido a esas experiencias, ahora descarta subir los tipos hasta después del verano de 2019 en Europa. Draghi ha vivido muy de cerca los movimientos del BCE, aunque no asumió la presidencia del organismo hasta noviembre de 2011, lo que quiere decir que todos los movimientos de la institución desde que el italiano es presidente han sido en el mismo sentido: bajadas de tipos.
No obstante, los mercados celebraron la orientación dovish (postura que defiende bajos tipos de interés y la abundancia de reservas en el sistema) de de Draghi en la última reunión y la calificaron de prudente. Los economistas e inversores que habían esperado un aumento de tipos a mediados de 2019 extendieron sus pronósticos hasta finales de ese año. No obstante, algunos estiman que hay una amenaza mayor: que el BCE quede atrapado en un mundo de tipos de interés cero a medida que el ciclo económico expansivo llega a su fin. Existe cierto consenso sobre el fin de esta expansión en EEUU, que podría terminar en 2020 arrastrando al resto del mundo, incluida Europa.
"Hay un riesgo real de que el BCE nunca empiece a aumentar tipos", explica Patrick Artus, economista jefe de Natixis en París. "El consenso es que el BCE tiene razón, pero podría ir retrasado y terminar con tipos cero durante mucho tiempo", explica este economista a la agencia Bloomberg.
Existen diferencias
El argumento para esperar un tiempo se basa en el hecho de que en la actualidad el panorama de la inflación es muy diferente. En 2008 los precios aumentaban un 4% interanual. El ritmo es ahora del 2%, pero en buena parte se debe al incremento del precio del petróleo: el ritmo de la inflación subyacente, excluidos alimentos y energía, es de sólo el 1%. El crecimiento salarial apenas está comenzando a asomar la cabeza y la economía se enfrenta a varias amenazas como consecuencia de las crecientes tensiones comerciales, del populismo y de unos indicadores que se han debilitado en los últimos meses.
"Son (el Consejo del BCE) extremadamente prudentes precisamente porque ya se han quemado antes", explica Marco Valli, economista de UniCredit en Milán. "En el contexto actual, la visibilidad es muy baja para las autoridades".
Desde el banco ING creen que la subida puede ir para largo, incluso más de lo que se cree: "El incremento de la incertidumbre por las tensiones comerciales y las turbulencias políticas mantienen la puerta entreabierta para una posible extensión del programa de compra en 2019".
Los expertos del banco holandés argumentan que hasta que el programa de estímulos no haya terminado "no se pondrá la vista en la subida de tipos de interés". Tras el último discurso de Draghi las subidas de tipos no llegarán al menos hasta el verano de 2019, lo que deja al italiano las reuniones de septiembre y octubre para subir tipos antes de que abandone el timón del BCE. El mercado no da más de un 50% de probabilidades de subidas hasta la reunión octubre de 2019.
La otra cara de la moneda es que la zona euro es más fuerte que hace 10 años, y por lo tanto está en mejores condiciones de absorber tipos más altos. Existen nuevas herramientas para hacer frente a las crisis, el BCE cuenta con una serie más amplia de instrumentos y los bancos de la zona del euro son objeto de una mayor vigilancia.
Ni siquiera los expertos coinciden en cuál es el momento adecuado. El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos Lawrence Summers dijo el mes pasado en una conferencia del BCE que los bancos centrales debían esperar hasta estar "por completo seguros" respecto de la inflación y sostuvo que el daño de otra recesión "superaría por mucho" el costo de un leve recalentamiento de los precios.
El Banco de Pagos Internacionales (BIS por la sigla en inglés), que coordina los debates de los bancos centrales y su análisis de la estabilidad monetaria y financiera, ha advertido una y otra vez de los riesgos de prolongar los estímulos y cree que la volatilidad del mercado no debe detener a las autoridades a la hora de poner fin a la compra de activos. Actuar más rápido también crearía más margen para flexibilizar la política cuando se produzca otra depresión.
"Lo importante para un banco central es que cuando el crecimiento se ha consolidado y la inflación está cerca del nivel buscado se suban los tipos de interés", asegura Gertrude Tumpel-Gugerell, que integraba el Comité Ejecutivo del BCE cuando se elevaron las tasas en 2008. "Siempre se necesita un instrumento en caso de una conmoción negativa".