Economía

La mano de Trump en la Fed abre la puerta al relevo de Yellen en 2018

  • La Casa Blanca nominará para ocupar dos de los tres asientos disponibles
  • Yellen y su mano derecha, Fischer, terminan su mandato el año que viene

En los fueros de la Avenida de la Constitución y la calle 20, donde se asienta el Consejo de Gobierno de la Reserva Federal, se avecinan cambios. Tras años operando con vacantes dentro del total de siete puestos que regentan el órgano rector del banco central estadounidense, el presidente de Estados Unidos está dispuesto ya a dejar implícitamente su huella en las decisiones de política monetaria que, en este momento, están a cargo de la presidenta Janet Yellen y su séquito de funcionarios.

Para ello, la Casa Blanca se prepara para nominar a sus candidatos para ocupar dos de los tres asientos disponibles en el comando de poder de la Fed, todos ellos con poder de voto en el Comité Federal de Mercados Abiertos, FOMC, por sus siglas en inglés, encargado de dictar el rumbo que toma el precio del dinero a este lado del Atlántico. En su elección, el mandatario ha sido ávido en distanciar a sus favoritos de la tendencia acomodaticia que siempre ha caracterizado a la guardiana que vela por alcanzar el pleno empleo y mantener la inflación en el 2%.

Si Yellen se caracteriza por su plumaje de paloma, como se conoce en la jerga financiera a los banqueros centrales más flexibles y favorables a mantener los tipos de interés en niveles bajos, Randal Quarles, a quien Trump busca colocar como encargado dentro de la Fed para regentar la supervisión del sector bancario, y Marvin Goodfriend, quien aspira a ocupar otro de los sillones vacíos, no han dudado en expresar sus reticencias a las agresivas herramientas de las que ha echado mano el banco central estadounidense desde 2008 -como el programa de compra de deuda, QE, similar al que previamente había implementado el Banco de Japón-, en su hazaña por enderezar la economía desde el revés de la Gran Recesión.

Quién es quién

Quarles militó en el Departamento del Tesoro bajo la Administración de George W. Bush y Goodfriend conoce el banco central estadounidense donde trabajó antes de convertirse en profesor de la Universidad Carnegie Mellon. "El nombre de Quarles lleva rondando las quinielas desde hace meses, pero Goodfriend representa una elección interesante", reconoce Jay Hatzius, economista de Goldman Sachs. "Es un economista monetario cualificado, con un perspectiva históricamente agresiva, pero más ecléctica en los últimos tiempos", señala al resaltar que éste ha incidido en la importancia de anclar los precios en el 2% y su preferencia por llevar los tipos de interés a terreno negativo frente, a la compra de activos como alternativa acomodaticia, la medida que finalmente se adoptó en el país.

Paralelamente, a la espera de la nominación oficial de ambos, esta situación plantea nuevas preguntas sobre quién capitaneará la Fed a partir de 1 de febrero de 2018. Yellen ha pasado de ser considerada una líder politizada a ganarse el completo respeto de Trump, quien en una entrevista con el Wall Street Journal reconoció que "le gusta" su estilo, sobre todo "su política de tipos de interés bajos".

En la paradoja de contradicciones que caracteriza a la Administración del republicano, el presidente no ha dudado en quejarse por el elevado valor del dólar, criticar la política acomodaticia de la Reserva Federal o más recientemente a favorecer el dinero barato, una maraña de opiniones con falta de coherencia.

Lo cierto es que mientras su hija Ivanka alababa la semana pasada a Yellen, citando en Twitter el discurso ofrecido por la presidenta de la Fed en la Universidad de Brown, donde indicó que "muchas mujeres luchan por combinar sus aspiraciones profesionales y familiares", el control de la Fed es un puesto codiciado.

Es por ello que en los mentideros de la Casa Blanca, Gary Cohn, el expresidente de Goldman Sachs y actual director del Consejo Económico Nacional, haya dejado caer su interés por dicha corona, algo que, posteriormente, ha negado en un momento en que su nombre también se baraja para sustituir a Reince Priebus como jefe de gabinete de la Casa Blanca.

Juego de 'sillones'

Cierto o no, el reglamento por el que se rige la Fed hace difícil contemplar el desembarco en el puesto de más prestigio del banco central de un "outsider", especialmente como Cohn, quien no es académico ni cuenta con experiencia alguna en política monetaria. Además, es importante tener en cuenta que en este juego de tronos dentro de la Reserva Federal, tanto Yellen como su mano derecha, el vicegobernador Stanley Fischer, cuyo mandato expira en junio del próximo año, pueden permanecer como miembros del Consejo de Gobierno hasta 2024 y 2020, respectivamente.

"La tercera vacante actual en el Consejo debe ser ocupada por un banquero comunitario como estipula la legislación aprobada en 2015", matiza Hatzius, quien incide en que "un nombramiento externo a la presidencia de la Fed cuando expire el mandato de Yellen requeriría que uno de los gobernadores actuales renuncie". De momento, ninguno ha dado señales de tener estas intenciones en mente. Entonces, ¿qué pasará? "Tal vez Trump renueve a Yellen para cumplir otro mandato o quizás ascienda a alguno de los gobernadores ya existentes a la presidencia o, simplemente, la administración confía en que alguno de los gobernadores decidirá abandonar su cargo", explica el economista de Goldman.

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