
El Banco de España (BdE) prevé que la recuperación de la economía continúe en 2017, aunque alerta de que existen riesgos significativos tanto a nivel externo como interno que podrían comprometerla. La entidad insiste en que nuestro país debe hacer frente a su elevado endeudamiento, a la escasa rentabilidad de sus entidades financieras y evitar que la subida del petróleo se traslade a los salarios. Además, recomienda una reforma de las pensiones que permita elevar el nivel de ingresos porque sin ella será necesario reducir la pensión media con respecto al salario medio.
En su Informe Anual 2016, el organismo considera "crucial que los precios internos y los salarios no acomoden el repunte transitorio del coste de la energía y de las materias primas" y pide evitar que con ello se "disipen" las ventajas competitivas acumuladas en los últimos años.
La entidad que dirige Luis María Linde resalta que, aunque el PIB recuperará este mismo trimestre el nivel de avance previo a la crisis financiera, el empleo seguirá siendo aún un 12% inferior. Las perspectivas económicas son "favorables" para este año aunque el ritmo de crecimiento se moderará por dos motivos: la política fiscal deberá seguir siendo restrictiva para poder cumplir el déficit (el objetivo es del 3,1% este ejercicio) y el impacto que tendrá del encarecimiento del crudo en las rentas de familias y empresas. A esto se suman varios riesgos tanto a nivel externo, como interno.
A nivel interno, el Banco de España advierte sobre el nivel de endeudamiento público y duda de que el pasivo de las Administraciones vaya a bajar del 60% en la próxima década. Un nivel de deuda tan elevado nos hace vulnerables, sobre todo si vuelven a subir los tipos de interés. El organismo también alerta del elevado endeudamiento que siguen presentando tanto las empresas vinculadas a la construcción y el inmobiliario, como las familias con las rentas más bajas.
Por el exterior, a la entidad le preocupa el impacto que puedan tener sobre nuestro país los desequilibrios de la economía china, un auge de las políticas proteccionistas (recuerda que las exportaciones representan ya el 33% de nuestra riqueza, frente al 25% de 2008), así como la futura relación que acuerden Reino Unido y la Unión Europea. El BdE recuerda que la exposición de la economía española a la británica es "muy elevada en varios ámbitos, incluidos el de los sectores ligados a los servicios, tanto turísticos como no turísticos".
Las reformas prioritarias
Por todo lo anterior, el BdE insta al Gobierno a adoptar medidas más a largo plazo para atajar los problemas más recurrentes de nuestra economía: el elevado paro estructural, el envejecimiento de la población y la baja productividad.
Para favorecer la incorporación de los parados de larga duración al mercado laboral apuesta por promover políticas de formación y por bonificaciones a la contratación especifica de este colectivo, pero con mecanismos de seguimiento y evaluación de resultados.
Con vistas a capear el envejecimiento de la población, pide "determinar la relación deseada entre salarios y pensiones" y buscar cómo garantizar la suficiencia de ingresos del sistema. "De cara al futuro, la clave consiste en delimitar las tasas de sustitución de nuestro sistema de pensiones que se pretenden asegurar, de forma que se adecuen los ingresos para que la sostenibilidad quede garantizada", sentencia.
Por último y para elevar la productividad, el organismo se decanta por cambios regulatorios para favorecer la incorporación al mercado de nuevas empresas y para favorecer que éstas aumenten su tamaño; por combatir las restricciones en el ámbito de los servicios; por mejorar la eficiencia de los procedimientos judiciales o por reducir la excesiva dualidad del mercado de trabajo. Observa además un amplio margen de mejora en la calidad del sistema educativo.