La devaluación interna (reducir salarios y beneficios distribuidos) es la fórmula elegida por el gobierno de Finlandia para volver a ser un país más competitivo que Alemania y Suecia. Tras haber superado una recesión económica, el país quiere volver a crecer con fuerza y reducir una tasa de paro que se encuentra en el 9%, y lo quiere hacer de una forma sana y sostenible. Para lograr este objetivo, el gobierno sigue empeñado en mejorar los datos del sector exportador (ahora sin la Nokia del pasado) y alcanzar un superávit comercial que estimule el crecimiento del PIB y la creación de empleo.
Juha Sipila, líder del partido liberal y primer ministro de Finlandia, asegura en una entrevista con Bloomberg que las exportaciones son la clave del éxito de una economía. El crecimiento económico basado en las exportaciones es más sostenible que el crecimiento basado en la deuda externa, sobre todo cuando se producen cambios del ciclo económico.
Ahora mismo, "nos encontramos por debajo de nuestros principales competidores... nuestro problema es que nuestras exportaciones están atascadas y el crecimiento depende de la demanda interna, necesitamos que las exportaciones sean nuestro motor otra vez", explica Sipila desde Helsinki.
Salarios congelados
El objetivo es alcanzar a Alemania y Suecia, explica el líder de la coalición que gobierna en Finlandia. Para alcanzar este objetivo "tenemos que apretarnos el cinturón". Para este año se ha pactado un incremento de los salarios del 0,4%, mientras que en 2017 permanecerán totalmente congelados. A partir de 2018 será el sector exportador el que fije las bases para negociar los salarios.
Una vez que los salarios se hayan adaptado al nuevo entorno habrá que analizar al detalle la evolución de los costes laborales unitarios (CLU) y ver si ha aumentado la productividad. "Ahí el gobierno poco puede hacer, pues depende más de las decisiones de las empresas", que son las que invierten para mejorar la productividad.
"Pero mi instinto me dice, tras hablar con los principales exportadores, que ganar un 5% de productividad no va a ser un problema", asegura Sipila. El gobierno ya ha implementado otros recortes para equilibrar las cuentas públicas, como la polémica reforma del mercado laboral de 2015.
Una historia exportadora
Por ahora, el déficit comercial de Finlandia se ha reducido desde los 3,700 millones de euros en 2011 hasta los 351 millones (0,17% del PIB) de 2015. Mientras que el déficit público fue del 2,8% en ese mismo año. Aún así, el gobierno ya está cerca de encontrar el equilibrio, puesto que la deuda pública ha caído al 61% del PIB en el segundo trimestre de 2016 y la tasa de paro se ha reducido levemente en 0,4 puntos porcentuales hasta el 9%. Aún así se encuentra lejos del 6,8% de desempleo que presentaba el país antes de la crisis.
Finlandia busca corregir el fuerte incremento de su tipo de cambio real frente a sus principales parejas comerciales. Desde 2007, el tipo de cambio real del país se ha apreciado con fuerza, una parte se debe al euro y otra al incremento de los costes laborales y los precios durante los primeros años de la crisis. Ahora, Finlandia quiere recuperar parte de la competitividad perdida y volver a ser un país con grandes superávits comerciales, aunque esta vez Nokia no estará para ayudar.