Economía

Los valores con más capital extranjero son más sensibles a la incertidumbre

Imagen: Dreams Time.

Las compañías con más inversores foráneos son, según los expertos, las que más podrían sufrir en el caso de que Reino Unido saliese de la UE o si en España gobernase Unidos Podemos.

Recoge el refranero español que "no hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague" y las hojas del calendario que el mercado tiene por delante no dejan de caer. Varios son los acontecimientos que acapararán la atención de los inversores durante las próximas jornadas, y entre votaciones anda el juego.

El primero en abrir fuego será Reino Unido, donde el 23 de junio (es decir, a falta de 13 sesiones) los ciudadanos decidirán si permanecen o no en la Unión Europea. Tres días después, el partido se jugará en casa, ya que se celebrarán de nuevo Elecciones Generales en España. De sobra es sabido que si hay algo que no gusta a los mercados es la incertidumbre, pero ¿ésta afecta a todos los inversores por igual? Cuando se conoce el terreno el pánico es menor, pero cuando hay fronteras de por medio, el inversor es más proclive a hacer las maletas y marcharse si percibe peligro.

En este sentido, a priori un Gobierno de Unidos Podemos en España no sentaría demasiado bien al mercado por las medidas de cambio que plantean, ya que buena parte de las cotizadas dependen de la regulación existente, como eléctricas y bancos (Bankia). Por tanto, las firmas con un mayor porcentaje de accionariado extranjero estarían más expuestas a una huida de inversores que las que tienen un mayor peso de inversor nacional.

"Si un inversor fuerte extranjero advierte que puede haber inestabilidad (por ejemplo, la incertidumbre política en España), podría decidir deshacer su inversión y buscar alternativas más tranquilas. Otra opción es que, ante la incertidumbre, se decida un traslado de la sede a otro país con mayor visibilidad", explica Victoria Torre, de Self Bank.

Las más expuestas

Este podría ser el caso de compañías como Abertis o Merlin Properties, en las que el inversor internacional pesa un 94 y un 88 por ciento, respectivamente (ver gráfico). Pero tampoco se quedan atrás valores como Ferrovial -con un 81 por ciento de capital extranjero-, Enagás -con un 73 por ciento- o Red Eléctrica -67 por ciento-.

Llama la atención que, tratándose de empresas que cotizan y que, por tanto, deben hacer gala de transparencia, no todas las compañías del Ibex facilitan información acerca de la procedencia de sus inversores (en el gráfico puede comprobarse cuáles son más opacas). Mientras algunas de ellas no proporcionan ni un solo dato al respecto, otras sólo revelan parte de la información.

En cualquier caso, lo que parece claro es que la incertidumbre ya está ahuyentando al inversor foráneo: "Se viene observando un descenso de la inversión no residente en cartera, que acompaña/adelanta el movimiento del Ibex. El último dato es de febrero y queda reflejado el menor interés por parte del inversor no residente en los activos españoles. Así, hasta febrero se ve una salida de 18.100 millones frente a la entrada de 55.200 millones en el mismo período del pasado año. En nuestra opinión, este comportamiento está ligado al entorno de incertidumbre política", arguye Estefanía Ponte, de BNP Paribas.

José Lizán, de Auriga Global Investors, explica que las empresas más sensibles a un escenario de Brexit o en el caso de que triunfe una coalición de izquierdas el 26-J, "son aquellas con un elevado peso de los accionistas extrajeros, en particular anglosajones". En estos fondos, el porcentaje de inversión española en sus carteras es residual y no dudan en deshacer esa participación si el panorama se complica, agrega.

Si nos fijamos en la presencia de accionistas norteamericanos, aproximadamente la mitad del capital de Merlin Properties está en manos de inversores de Canadá y EEUU, mientras que en Ferrovial el 30 por ciento son estadounidenses.

Eso sí, no hay que perder de vista que uno de los factores que más pesarán en la cotización de las firmas españolas es la exposición de su negocio a países que presenten inestabilidad. "Si el resultado de las elecciones es poco adecuado afectará a todas las empresas y más a sectores que tienen mucha exposición a la regulación del país, como por ejemplo utilities", indica Sara Carbonell, de CMC Markets. José Lizán también considera que, en el caso de que acabe imponiéndose un Gobierno de Unidos Podemos en España, serán más vulnerables aquellos negocios bancarios e inmobiliarios en los que la práctica totalidad del negocio se genere en nuestro país.

Lo mismo ocurrirá en caso de un voto favorable por parte de los británicos para abandonar la UE. "Afectaría de forma general a casi toda la renta variable (al menos el primer impacto cortoplacista), por la incertidumbre; y de forma particular a las empresas con exposición a la libra (como IAG), ya que el primer efecto esperado sería una depreciación de la divisa", añade Carbonell.

¿Fuera de peligro?

Según la mayoría de los expertos consultados, un accionariado español imprimiría estabilidad en un escenario cambiante tanto en España como en Reino Unido. De acuerdo con esta tesis, los valores más seguros serían, entre otros, Sacyr (con un 83 por ciento de su accionariado en manos locales) y Mapfre (con un 80 por ciento de ciento de inversores españoles). Entre las compañías en las que el accionista doméstico tiene un peso relevante encontramos, además, a Indra (un 38 por ciento, aproximadamente).

Pero no sólo ellas están entre las más seguras. En el índice de referencia de la bolsa española se cuela, además, un buen número de grupos que cuentan con inversores de referencia que, por su vocación de permanencia, pueden otorgar estabilidad.

El caso más llamativo es el de Endesa, en el que Enel controla algo más del 70 por ciento. O Inditex, donde Amancio Ortega y su familia ostentan más del 65 por ciento a través de Pontegadea Inversiones -que posee el 50 por ciento de las acciones-, Partler 2006 y Rosp Corunna Participaciones Empresariales.

Otra familia, los Entrecanales, tiene en sus manos el 55 por ciento de Acciona, mientras que Grupo Villar Mir controla algo más de la mitad de OHL y el mexicano Carlos Slim se ha hecho con el 33 por ciento de FCC, al que hay que sumar el 22 por ciento de Esther Koplowitz. En Técnicas Reunidas, José Lladó tiene un 37 por ciento. Por su parte, Mediaset España está controlada en un 46 por ciento por Mediaset Italia, que a su vez es propiedad de Silvio Berlusconi.

En ACS, los inversores de referencia (entre ellos Florentino Pérez, que tiene un 13 por ciento) pesan un 36 por ciento. Por su parte, Lakshmi Mittal, presidente de ArcelorMittal, y sus hijos son propietarios del 37 por ciento de la acerera que el indio adquirió a través de una opa en el año 2006. Y, siguiendo con las sagas, la familia Grifols es dueña de más de un tercio del capital del fabricante de hemoderivados catalán.

En otros casos no son familias, sino empresas las que controlan un importante porcentaje del capital de las cotizadas. La Caixa y Repsol, por ejemplo, aglutinan más del 64 por ciento del capital de Gas Natural, al igual que hace BFA (Banco Financiero y de Ahorros) en Bankia. Corporación Financiera Alba y la japonesa Nisshin Steel acaparan, por su parte, casi un tercio del accionariado de Acerinox.

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