
Estados Unidos bate su propio récord de deuda. Según informaba este miércoles el Departamento del Tesoro, el pasivo bruto del país superaba los 37 billones de dólares (unos 31,8 billones de euros). El cómputo de la deuda federal incluye 29,64 billones de dólares (25,46 billones de euros) en deuda pública y otros 7,36 billones de dólares (6,32 billones de euros) en deuda intragubernamental, lo que sitúa la proporción en torno al 123% del PIB. "El cómputo global equivale al valor de las economías de China, Alemania, Japón India y Reino Unido juntas", explicaba en un informe la Fundación Peterson.
Los expertos alertan que estos niveles de endeudamiento solo se pueden comparar con los que se registraron tras la Segunda Guerra Mundial, a pesar de que existe cierta expansión económica y todavía el país no está directamente involucrado en ningún conflicto bélico.
La Oficina de Presupuestos del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) preveían en enero del año 2020 que la deuda bruta de Estados Unidos alcanzaría este punto después del año 2030, pero es cierto que el pasivo del país se incrementó de manera notable durante la pandemia. Durante el primer mandato de Donald Trump y el de Joe Biden, el gobierno federal se endeudó fuertemente para poder reequilibrar la economía tras la parálisis del Covid. Por otro lado, El Fondo Monetario Internacional (FMI) preveía en su Monitor Fiscal de 2025, publicado en abril, que la deuda de Estados Unidos cerraría este año en el 122,5% del PIB y que seguiría aumentando hasta el 128,2% del total de la economía del país para el año 2030. Por tanto, estos 37 billones de dólares ya superaron con creces los pronósticos del organismo bilateral y de los organismos nacionales.
Pero esto solo será el principio. Tras la aprobación de la nueva "gran y bella" reforma fiscal que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acaba de aprobar, amenaza con desbocar todavía más la deuda y el déficit del país. De acuerdo con un informe del Comité para un Presupuesto Federal Responsable (CRFB, por sus siglas en inglés), las propuestas de recortes fiscales del presidente podrían disparar la deuda nacional hasta representar el 145 % del PIB en 2035, que coincide con el horizonte de aplicación del proyecto de ley. Además, el déficit, que ya de por sí es elevado, podría alcanzar el 9,6 % del PIB al finalizar ese mismo período fiscal.
El think thank asegura en un informe que su estimación está en que la Ley One Big Beautiful Bill (algo así como Una bella y grande factura) "añadiría 3,3 billones de dólares a la deuda, incluyendo intereses, o 5,2 billones si sus disposiciones temporales se hacen permanentes".
Para el año 2027, cuando las políticas fiscales propuestas estén plenamente implementadas, se estima que el déficit federal se incrementará en casi 600.000 millones de dólares, lo que representa alrededor del 1,8 % del PIB. Según los especialistas del organismo, este aumento refleja el efecto neto de unos 770.000 millones de dólares en nuevos préstamos frente a apenas 180.000 millones de dólares en medidas compensatorias.

Pero el propio CBO predijo en su momento, cuando salió a la luz el plan fiscal de Trump y antes de que fuese aprobado por las Cámaras, que esta reforma de impuestos añadiría 4,1 billones de dólares a la deuda nacional en la próxima década.
El presidente y director ejecutivo de la Fundación Peterson, Michael Peterson, advirtió que el endeudamiento público ejerce una presión al alza de los tipos de interés, lo que "aumenta el coste" para todos y reduce la inversión del sector privado. Esos costes a los que se refiere Peterson son los préstamos hipotecarios o para personales y de automóviles. También se traducirá en salarios más bajos, debido a que las empresas tendrán menos dinero para invertir, y servicios y bienes más caros.
Está claro que esta tendencia va a seguir al alza y esto es síntoma de preocupación para los inversores. En conversaciones de este periódico con expertos inversores, varios aseguraron que el hecho de que la deuda de Estados Unidos esté adquiriendo un volumen tan alto de una manera tan acelerada, puede poner en peligro el bono estadounidense como "valor refugio".
Para tener una idea de cuánto crece ahora mismo el 'agujero' en las cuentas estadounidenses y a qué ritmo, Peterson aseguró que ahora "estamos añadiendo un billón más a la deuda nacional cada cinco meses". "Esto es más del doble de rápido que el ritmo promedio de los últimos 25 años", reiteró.
La presidenta del CRFB, Maya McGineas, reiteró en una declaración que espera que este hito de los 37 billones de dólares de deuda "sea suficiente para despertar la responsabilidad de los políticos a la realidad de que necesitamos hacer algo, y debemos hacerlo rápidamente".
Una gran rebaja de impuestos
La ley plantea, tal y como prometió el magnate en campaña, una prórroga de las reducciones de impuestos implementadas en la Ley de Recortes de Impuestos y Empleos de 2017, haciendo permanentes los niveles más altos de deducción estándar, con un aumento temporal de 1.000 dólares adicionales para contribuyentes solteros para los años fiscales 2025-2028. Por otro lado, los intereses de préstamos para vehículos personales son deducibles hasta 10.000 dólares al año, con una deducción para las personas de altos ingresos a partir de los 100.000 dólares (200.000 para quien hace una declaración conjunta).
Asimismo, en consonancia con sus promesas electorales, elimina también los impuestos sobre las propinas y las horas extra, aumenta el crédito tributario por hijos temporalmente hasta los 2.500 dólares por hijo entre 2025 y 2028; incrementa el límite de deducción de los impuestos locales (SALT) de 10.000 dólares a 40.000 dólares por hogar.
Lorenzo Bernaldo de Quirós, economista y presidente de Freemarket, describió la propuesta fiscal como "insostenible". A su juicio, las reducciones impositivas no encontrarán compensación alguna en los ingresos procedentes de los aranceles. También advirtió que aplicar un recorte tributario de tal magnitud en un contexto de crecimiento económico debilitado equivale, en sus palabras, a la crónica de una muerte anunciada.
Lo cierto es que, si se atienden a los datos de recaudación del Tesoro correspondiente al mes de junio, los ingresos por aranceles aumentaron. En concreto, se recaudaron unos 27.000 millones de dólares en aranceles en el sexto mes, frente a los 6.000 millones de junio del año anterior.
Pero, a pesar de ese incremento, las tarifas a productos extranjeros siguen siendo un ingreso menor. Hasta el momento, los derechos de aduana —que incluyen los aranceles— han generado 108.000 millones de dólares en el presente año fiscal. Junio marcó el récord mensual más alto hasta ahora, y si se mantiene la tendencia, se estima una recaudación anual cercana a los 300.000 millones. Es una cifra relevante, pero insuficiente para un gasto de 7 billones de dólares.
Desde la Fundación Peterson son muy claros y dicen que "de cara al futuro, es crucial que los líderes del país prioricen políticas fiscalmente responsables que encaminen al país hacia una senda más sostenible".