
Los subsidios por desempleo son una ayuda fundamental para las personas que se han quedado sin trabajo y han agotado el paro o no tienen derecho a percibirlo. La razón es que, a diferencia de los trabajadores que cobran la prestación contributiva, su situación es más vulnerable porque se van quedado sin opciones para cubrir la pérdida de ingresos.
Con esa realidad como telón de fondo, el Gobierno reformó los subsidios por desempleo para aumentar sus cuantías durante periodos determinados de tiempo. Esa subida se va perdiendo de forma progresiva hasta recuperar la cuantía existente antes de la reforma.
Es por eso que el SEPE (Servicio Público de Empleo Estatal) va reduciendo la cuantía de los subsidios por desempleo de forma progresiva, hasta llegar a quitar el 15% del subsidio que se percibe en un primer momento.
Todo está recogido en Real Decreto Ley 2/2024, de 21 de mayo (puede consultarlo en este enlace), en cuyo preámbulo se informa de que "se modifica la cuantía de los subsidios por agotamiento y de cotizaciones insuficientes, introduciendo una fórmula de cuantía decreciente, en tres tramos".
Tras la aplicación de la reforma, la cuantía de estos dos subsidios queda de la siguiente forma, según se refleja en la página web del SEPE:
- El 95% del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples) durante los primeros 180 días de cobro: 570 euros mensuales.
- El 90% del IPREM durante los siguientes 180 días, del día 181 al 360: 540 euros mensuales.
- El 80% del IPREM a partir del día 361 de cobro: 480 euros mensuales. Es la cantidad que ya se pagaba antes de la reforma.
Así, aunque el subsidio empieza con un 15% extra de IPREM se va reduciendo conforme avanzan los meses de cobro para, finalmente, perder ese 15% adicional y llegar a los 480 euros mensuales.
¿Por qué no sube el subsidio para mayores de 52 años?
Es el gran subsidio que quedó fuera de este aumento de la cuantía recogido en la reforma. La razón es que el subsidio para mayores de 52 años tiene una ventaja de la que carecen el resto de subsidios: su cotización a la Seguridad Social por jubilación durante todo el tiempo de cobro.
De hecho, la intención del Gobierno de reducir esa cotización (es sobre el 125% de la base mínima vigente en cada momento) propició el retraso en la aprobación de la reforma, dado que Podemos tumbó el decreto y solo dio sus votos al Ejecutivo cuando se dio marcha atrás en la medida.