Economía

El agujero comercial ya se nota en Alemania: las exportaciones a EEUU se hunden a mínimos de tres años

  • El valor de las exportaciones a EEUU cayó a 12.100 millones de euros
  • Se trata del valor más bajo registrado desde el mes de marzo de 2022
  • Las exportaciones totales caen un 1,4% mensual, más de lo esperado
Foto: iStock

El espejismo se acabó. El chute que habían experimentado las exportaciones alemanas en los albores de la primavera por el efecto anticipación de los aranceles (frontloading es el término que emplean los analistas anglosajones) se ha esfumado tras empezar a corregir ya en abril. Los datos comerciales germanos de mayo certifican que la nueva política comercial de EEUU está empezando a hacer daño y que Alemania es especialmente vulnerable a los latigazos arancelarios que salen del Despacho Oval de la Casa Blanca.

Las exportaciones alemanas se hundieron más de lo previsto en mayo, ya que el valor de los envíos a EEUU cayó a su nivel más bajo en más de tres años en medio de las amenazas arancelarias del presidente Donald Trump. Según los datos publicados este martes por la agencia estadística federal Destatis, las exportaciones totales de Alemania disminuyeron en mayo un 1,4% respecto al mes anterior. Un dato notablemente peor que la estimación mediana del -0,5% en una encuesta de Bloomberg a analistas y sucede a una disminución revisada del 1,6% en abril (el dato inicial fue una caída del 1,7%). En concreto, las exportaciones de bienes de Alemania a EEUU disminuyeron un 7,7% mensual. El valor de las exportaciones a EEUU cayó a 12.100 millones de euros, el más bajo desde marzo de 2022.

Al mismo tiempo, las importaciones de Alemania se desplomaron un 3,8%, incluida una caída de más del 10% de las ventas procedentes de EEUU. La balanza comercial aumentó a 18.400 millones de euros (más superávit) desde los 15.700 millones de euros (revisados) de abril.

"En mayo prosiguió la inversión de la tendencia, lo que supuso otro mes decepcionante para las exportaciones alemanas", certifican los analistas de ING. "Los datos de hoy sugieren que el impulso de las exportaciones se debió casi exclusivamente a la anticipación en EEUU. Sin embargo, este efecto ya se ha disipado", constata su economista jefe Carsten Brzeski en una nota para clientes.

La Unión Europea busca esta semana un acuerdo comercial preliminar con EEUU que le permita fijar un arancel del 10% más allá de la fecha límite del 1 de agosto, mientras ambas partes negocian un acuerdo permanente. El lunes, Trump dio a conocer la primera de una serie de cartas prometidas que amenazan con imponer gravámenes más elevados a socios clave, pero aplazó el aumento de los aranceles hasta al menos el mes que viene.

De cara al futuro, las exportaciones alemanas siguen enfrentándose a duros vientos en contra. "Aunque la UE no recibió ayer una nueva carta arancelaria de la Casa Blanca, el riesgo de (más) aranceles pende como una espada de Damocles sobre los exportadores alemanes y europeos. Y aún hay más: el fortalecimiento del euro, no sólo frente al dólar estadounidense sino también en términos efectivos nominales, se suma a las preocupaciones de los exportadores", señala Brzeski.

"Si la UE y EEUU no llegan a un acuerdo que evite en gran medida el aumento de aranceles estadounidenses -algo improbable por el momento-, cabe suponer que las exportaciones a EEUU seguirán disminuyendo en los próximos meses. Esto convertiría al mercado estadounidense en el segundo mayor problema para los exportadores alemanes. La tendencia de las exportaciones de bienes a China ha sido a la baja durante algún tiempo, y por el momento tampoco se espera una recuperación radical en este mercado. Solo las exportaciones a otros países de la eurozona se mantienen estables actualmente", destaca Ralph Solveen desde Commerzbank.

El crecimiento tendrá que esperar

Se considera que Alemania es especialmente vulnerable a los aranceles de EEUU y en la actualidad todavía está sujeta a gravámenes sectoriales sobre productos como los automóviles (una tarifa del 25%). El presidente del Bundesbank, Joachim Nagel, ha llegado a advertir de que la mayor economía europea corre el riesgo de sufrir una recesión debido a las consecuencias de los aranceles. Al mismo tiempo, los planes del nuevo gobierno de impulsar masivamente los gastos en defensa e infraestructuras han traído algo de optimismo; pero está por ver si es suficiente.

El producto interior bruto (PIB) alemán creció más de lo previsto a principios de año, pero las opiniones difieren sobre si el impulso se desvanecerá o se convertirá en una recuperación sostenible. El crecimiento del 0,4% entre enero y marzo se debió en parte a que las empresas y los exportadores se adelantaron a los gravámenes estadounidenses, aunque el consumo privado y la inversión también repuntaron.

Datos separados publicados este lunes mostraron un aumento inesperado de la producción industrial en mayo, lo que refuerza las esperanzas de que la economía pueda salir adelante tras años de estancamiento. No obstante, persisten las dudas y todo parece indicar que el primer semestre del año mostrará una línea plana. Cunde el temor a que Alemania rompa registros históricos al sumar un tercer año consecutivo sin crecimiento económico.

En términos más generales, con los datos macroeconómicos de los dos primeros meses del segundo trimestre, la economía alemana parece abocada a un nuevo estancamiento o incluso a una pequeña contracción, defienden desde ING. "Aunque las ventas al por menor y la actividad de la construcción bajaron en comparación con el primer trimestre, el pequeño repunte de la producción industrial no basta para compensar el lastre previsto del comercio", completan.

"En estos tiempos de gran incertidumbre y alta volatilidad, es demasiado pronto para hablar de contracción en el segundo trimestre, pero a pesar del creciente optimismo y de los indicios de un punto de inflexión cíclico, la economía alemana tendrá que esperar al menos otro trimestre para presentar datos concretos que se correspondan con la mejora del sentimiento", cierra Brzeski.

"El comercio exterior seguramente ralentizará la economía alemana en los próximos meses, neutralizando así parcialmente el estímulo proporcionado por la política monetaria y fiscal. Es poco probable que los problemas con las exportaciones impidan una recuperación económica, pero sí contribuirán a que sea bastante moderada", dibuja Solveen desde Commerzbank.

El sector exterior ha sido la punta de lanza del exitoso hasta hace no tanto modelo económico alemán. Las exportaciones de alto valor añadido (automóviles, productos farmacéuticos...) con una pátina de marketing (la eficacia made in Germany) aunadas a un gas ruso que llegaba en tarifa plana a las industrias germanas llevó a la locomotora europea en volandas. Sin embargo, el mundo posterior a la pandemia es otro y Alemania está pagando el auge de China (de fiel cliente a feroz competidor), el fin del gas ruso, los más elevados tipos de interés y la pérdida de competitividad de sus empresas. El castigo comercial de EEUU es la puntilla en esta suerte de 'tormenta perfecta'.

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