
¿Quién dimite en España? En los cuatro primeros meses del año la Seguridad Social registró 893.269 bajas voluntarias de afiliación, un 99% más que en el mismo periodo de 2021 y un 47% más que en 2019, pero sabemos poco a ciencia cierta sobre los protagonistas, más allá de que la mayoría tiene un contrato indefinido, grupo que se ha disparado un 197% respecto a hace seis años. Un reciente estudio ha tratado de poner rostro a estos 'fugitivos' y revela varias claves sobre sus características. La principal, que la tasa de renuncias de los extranjeros multiplica por 2,7 a la de los españoles. Lo cual es un problema para el sector en el que los foráneos tienen mayor presencia: la hostelería. Que también es el que más dimisiones sufre y denuncia las mayores dificultades para encontrar trabajadores.
Los investigadores Julián Llorent Jurado, de la Universidad Pablo de Olavide y Dolores Gómez Domínguez, Patrocinio Fernández Geniz y Francisco Javier Calvo Gallego, de la Universidad de Sevilla, publican en el último número de la revista Cuadernos del Mercado de Trabajo que edita el ministerio que dirige Yolanda Díaz, un análisis sobe la "Gran Dimisión" española y su "impacto en la reconfiguración de los mercados de trabajo", atendiendo a su distribución por sectores de actividad, nacionalidad y sexo.
Los autores destacan que las dimisiones voluntarias han aumentado de forma sostenida durante la última década, "con una breve excepción durante los años de pandemia" y que existe una "correlación positiva" con el aumento de vacantes y una "correlación negativa" con la tasa de desempleo, lo que indica que las renuncias están ligadas a la búsqueda de una mejora en las condiciones de trabajo.
Pero inciden en que el fenómeno en España es un "proceso estructural más que coyuntural", es decir. No ha sido un cambio repentino, como interpretan muchos análisis de la mal llamada "Gran Renuncia", sino que viene vinculado a factores como la calidad del empleo, las expectativas generacionales y la reconfiguración del mercado laboral antes y después la pandemia. Aunque los autores recogen el posible efecto del relevo generacional en las plantillas (retirada progresiva de los baby boomers y entrada en el mercado laboral de la denominada Generación Z).
Sin embargo, el hecho diferencial y más sorprendente en España es el hecho de que desde la reforma laboral de 2021 las dimisiones han pasado de concentrarse en los temporales (suponían seis de cada diez renuncias antes del cambio legal y ahora apenas llegan a dos) a los indefinidos (que han pasado de una proporción de cuatro de cada diez bajas voluntarias a ocho).
Este giro, que ha disparado en tres años las renuncias de personas con un contrato fijo, (y ha reducido las de temporales) es una de las claves más llamativas del fenómeno en nuestro país, si bien los investigadores no clasifican las dimisiones por modalidad contractual, sino como agregado. Aun así, la evolución es más intensa de lo que puede explicar el mero aumento del número de trabajadores en los últimos años.
Aquí la clave es la ratio de dimisiones sobre el total de afilados. Si el repunte de las renuncias fuera un mero efecto colateral del mayor número de afiliados, esta variable se debería haber mantenido estable, si bien el análisis revela que pasó del 0,50% en enero de 2012 al 1,79% en septiembre de 2024. Aun así, es un dato marcado por la estacionalidad, ya que a inicios de 2025 había caído al 1,29%, lo que apunta a que estas bajas voluntarias siguen muy ligadas a los empleos eventuales.

Ello conecta con el principal hallazgo del artículo: la evolución de esta ratio ha sido muy diferente según la nacionalidad del trabajador. Los extranjeros siempre han tenido peores empleos que los españoles, y también una tasa de dimisiones mucho más elevada. En el primer trimestre de 2020 se situó en el 2,76%, superando en 194 puntos básicos la de los nacionales, que era del 0,84%.
Aunque esta brecha puede estar marcado por el impacto inicial de la pandemia, el hecho es que no ha dejado de subir, alcanzando su punto máximo con 227 puntos básicos en el tercer trimestre de 2022, cuando la tasa de dimisiones en extranjeros se sitúa en un máximo de 3,66% y la de los españoles del 1,39%. La distancia se ha mantenido estable, al menos hasta cierre de 2023, cuando finaliza el periodo objeto del estudio. Para entonces, la reforma laboral ya estaba plenamente en vigor.
Estos datos sugieren, pues, que los extranjeros presentan un mayor número de dimisiones, "con una tendencia ascendente y con un notable incremento entre el inicio y el final del período analizado". Y, en contraste, los españoles muestran un comportamiento "más estable" a lo largo de los cuatro años estudiados, "con un crecimiento más moderado" desde el inicio hasta el cierre del período.
Por otro lado, el análisis no detecta "características diferenciadoras relevantes" por género en las renuncias. Hombres y mujeres registran una tasa de renuncias similar, si bien las diferencias por nacionalidad son el elemento destacado para ambos.
Camareros a la fuga
Este análisis basado en la ratio en lugar del número de dimisiones también puede hacerse por ramas de actividad. Y aquí los datos son contundentes: "las dimisiones se han concentrado en secciones de actividad específicas, mientras que en otras este mismo porcentaje es prácticamente nulo".
Hostelería se presenta como la sección de actividad con mayor porcentaje de afiliados que renuncian, un 3,85% en 2023. Le siguen las actividades de ocio y cultura, con un 2,35% y las "actividades administrativas y servicios auxiliares", aunque su peso en el mercado laboral es mucho menor con un 2,11%. Por otro lado, el sector agrario anota un 1,95% de dimisiones y la construcción un 1,85%.
El estudio concluye que las bajas voluntarias destacan especialmente como aquellos sectores caracterizados "por una elevada rotación y estacionalidad", como la hostelería y el entretenimiento, mientras que en otros con alta demanda de empleos cualificados, como el tecnológico, ya habían empezado a normalizarse a cierre de 2023.
Una hipótesis, que las renuncias son un síntoma de precariedad laboral, que ya habían avanzado análisis anteriores, pero que el nuevo análisis refuerza, con la novedad de que pone sobre la mesa la relación entre dimisiones y nacionalidad.
Sin embargo, este factor parece tener un efecto desigual por ramas de actividad. Así, los cuatro sectores con mayor tasa de dimisiones, hostelería, ocio y cultura, servicios auxiliares, agricultura y construcción, tienen un peso muy diferente de ocupados foráneos, que hace que la correlación no sea clara, salvo en el primer caso.
Bares, restaurantes y hoteles tenían en 2023 un porcentaje de asalariados extranjeros del 25,6% (en 2025 llega al 26,6) y una tasa de dimisiones que hace dos años ya superaba el 3,85%. A día de hoy, siendo uno de los sectores más afectados por la falta de mano de obra.
La Construcción llegaba al 18,05% de foráneos, si bien la tasa de dimisiones es muy inferior, del 1,85%, lo que implica que en este caso las condiciones convencen más a los trabajadores que ya se han especializado en este sector.
En cualquier caso, el elevado porcentaje de dimisiones y la dependencia de los inmigrantes convierte a la hostelería en el sector más vulnerable, al menos en términos de acceso a la mano de obra, a una reconfiguración del mercado laboral como la que se ha planteado, llamémosla o no "Gran Dimisión".
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