
La irrupción de la inteligencia artificial generativa ha marcado un antes y un después en las quinielas sobre el impacto de una revolución digital que promete alcanzar a muchos millones de puestos de trabajo. El Observatorio de las Ocupaciones del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) no ha sido una excepción en estos pronósticos y en su informe de tendencias del empleo para 2025 recoge una lista de doce ocupaciones "en declive" amenazadas por las nuevas tecnologías y los cambios que traen a los procesos productivos. Su pronóstico eleva al 10% el porcentaje del empleo "que se automatizará y desaparecerá".
Desde a agentes de viaje a empleados de restaurantes de comida rápida, pasando por banqueros y periodistas, el organismo dependiente del Ministerio de Trabajo enumera los puestos de empleabilidad a la baja "de acuerdo con la opinión de expertos consultados". El foco también se pone en cajeros de supermercados, conductores de autobús y taxistas, libreros, personal de atención al cliente, secretarios y administrativos, vendedores de periódicos y de imprentas, correctores de estilos, contables y administradores, operadores telefónicos y registradores de datos.
En años anteriores, los análisis de tendencias que publica el Observatorio se centran en las "ocupaciones con mejores perspectivas", aunque este año ha optado por incluir su reverso, así como una tercera vía: aquellas "más proclives al autoempleo". La línea de corte de unos y otros está en la compleja y acelerada transición tecnológica.
El SEPE advierte de qué efecto de la digitalización y la inteligencia artificial afectará de distinta manera tanto al empleo como a la productividad de cada actividad. Pero se atreve a estimar que un 10 % del empleo "se automatizará y desaparecerá", mientras que alrededor del 15% verá aumentar su productividad. Entre el 70 % y el 75 % no sufrirá un "impacto significativo".
El grupo más afectado son las actividades administrativas y servicios auxiliares como programación, consultoría y telecomunicaciones, que sufrirán una automatización de los empleos en un 18%. Pero el impacto será desigual según el puesto. "Esto conlleva la desaparición de determinados procesos como algunos de los que llevan a cabo los agentes de viajes o empleados de banco", incide el organismo. Precisamente las dos ocupaciones citadas encabezan la lista de aquellas en declive.
Periodistas en la cuerda floja
Por el contrario, la inteligencia artificial generará nuevas "profesiones relevantes" en el campo de la programación y consultoría informática, como en los medios de información digitales. "Se estima que un 40 % de estos empleos serán más productivos".
Pero este pronóstico tiene truco: los programadores y diseñadores web, especialistas en IA y automatización y en ciberseguridad, pero también 'community managers', especialistas en SEO y diseñadores gráficos conjurarán el riesgo volviéndose "más proclives a autoempleo", un grupo en el que coinciden con los "consultores de carrera y desarrollo profesional".
Eso sí, mientras las empresas seguirán contratando profesionales TIC, que lideran el grupo de las "ocupaciones con mejores perspectivas", los profesionales de los medios correrán peor suerte. Sobre todo los "periodistas y correctores de estilo", que aparecen en la lista de los amenazados. El SEPE constata el impacto de la digitalización en el modelo tradicional de la prensa y el sector editorial al señalar a los vendedores de periódicos e impresores, igual que a los libreros.
Una paradoja similar se aprecia en el sector financiero. Se prevén repuntes en la demanda de profesionales de seguros, reaseguros y fondos de pensiones, así como en los servicios financieros. El SEPE considera que, "al tratarse de las ocupaciones que se han digitalizado en primer lugar, aumentará la productividad sin destruir empleo". Sin embargo, a los empleados de banca, en especial los que prestan servicio presencial en las oficinas, los ve en retroceso.
Robots al volante
Junto al auge de la IA, el SEPE también apunta al papel de la robotización en el caso de los conductores, que ve amenazados por los vehículos autónomos, y los trabajadores de establecimientos de comida rápida, afectados por el aumento del uso de esta tecnología. Aunque no mencionan a los transportistas ni otros operadores en el sector de la logística, donde los robots también parecen una apuesta creciente.
De hecho, los integra también en el grupo de los puestos que tienen mejores perspectivas, junto a profesionales TIC y, los ingenieros. Este es el grupo más numeroso, aunque sin grandes cambios respecto a otros años. Así, junto a los profesionales TIC e ingenieros especializados en estas tecnologías, los médicos, enfermeros y técnicos sanitarios, los especialistas de automoción, los empleos relacionados con el medio ambiente y las energías renovables y los trabajadores de la industria alimentaria.
Aunque el estudio parte también de las tendencias de creación y destrucción de empleo y recaba la opinión de expertos, empresas y agentes sociales, surgen dudas sobre la fiabilidad del pronóstico- Y es que no es la primera vez que se habla del fin de los conductores y de muchos empleos en restauración por la automatización.
Era un tema recurrente de conversación antes de la pandemia y no pocos señalaron la crisis sanitaria como el punto de inflexión. Pero cinco años después sigue lejos de materializarse un uso generalizado que suponga destrucción de empleo, en parte por el coste y en parte por la falta de una regulación adecuada. Pero también porque la tecnología no está tan avanzada aún y presenta riesgos.
El impacto de la IA generativa es aún más complejo de estimar. Aunque su potencial es enorme, su impacto en la productividad no está siendo tan evidente, lo que muestra que las empresas son prudentes. Esto complica estimar su capacidad de "automatizar y sustituir" empleos a corto plazo. Aunque nada de esto significa que se pueda ignorar lo que señala el Observatorio. A fin de cuentas, es una de las guías clave para el diseño de las políticas activas de empleo.
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