
España se ha convertido en la locomotora de la economía de Europa y en el país que registra un crecimiento más intenso y estable en los últimos años y trimestres (con el permiso de algunos pequeños países como Irlanda que presentan una actividad muy volátil). El reinado de España en la economía europea parecía casi asegurado para 2025 y 2026 ante la debilidad de Italia, Francia o Alemania... sin embargo, desde los puertos españoles se puede ver en lontananza la aparición de unos 'barcos vikingos', unos rivales inesperados que podrían batir o acercarse mucho a la economía española en los próximos años. Son tres países que tienen bastante en común, aunque solo tres de ellos forman parte de la UE: los nórdicos (Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia) están de vuelta. Su elevado margen fiscal para gastar y el miedo a Rusia va a impulsar el gasto militar de estas pequeñas economías que forman parte de una misma 'familia'. Más gasto junto a unos multiplicadores fiscales positivos podrían dar como resultado un crecimiento del PIB que ronde el 2% y el 4%, poniendo en peligro el trono que ostenta España. Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia se rearman 'hasta los dientes' y sin problemas fiscales.
Como en el año 844, cuando una flota de temibles drakkars surcó el Guadalquivir y, contra todo pronóstico, saqueó Sevilla en una incursión audaz que estremeció al sur de la península, hoy los herederos de aquellos vikingos (daneses, suecos y noruegos) navegan con fuerza renovada por las aguas del crecimiento económico europeo. Impulsados por un gasto en defensa sin precedentes, financiado con superávits fiscales y planes estratégicos, estos países del norte están dispuestos a desembarcar en el podio del PIB continental, donde hasta ahora España reinaba con autoridad. Lo que fue una sorpresa bélica en el siglo IX puede convertirse en un sorpasso económico en el siglo XXI, con los escandinavos desembarcando esta vez no con hachas, sino con presupuestos militares, multiplicadores fiscales y estabilidad financiera.
Tal es el giro en estos países, que los economistas de JP Morgan, el banco más grande del mundo, han dedicado un profundo análisis a lo que llaman ellos el 'rearme escandinavo' y sus implicaciones económicas: "El gasto en defensa escandinavo ha aumentado significativamente, y se espera que aumente aún más debido a las preocupaciones de seguridad. A diferencia de la mayor parte de Europa, los escandinavos tienen finanzas públicas muy sólidas, incluso con margen fiscal para alcanzar el 3,5% del PIB de gasto militar en Noruega y el 3% en Suecia. Los objetivos a largo plazo del 3% al 4% son realistas y manejables", señalan estos expertos.
Además, aunque los multiplicadores fiscales (el valor por el que se multiplica cada euro de gasto en defensa) probablemente sean pequeños crecerán con el tiempo. Por ejemplo, "se proyecta que el presupuesto militar sueco en 2025 casi se duplicará en comparación con los niveles de 2022, mientras que en Noruega se espera que el gasto aumente un 67% en comparación con 2019. En ambos países, el gasto de defensa estará por encima del objetivo del 2% de la OTAN este año y aumentará de forma constante en los próximos años", aseguran desde el banco americano. Por otro lado, Dinamarca y Finlandia (el nórdico menos nórdico, tampoco era vikingo, por su elevada deuda pública y estancamiento) también tienen sus propios planes de gasto para renovar su ejército, mientras que en España la situación parece más compleja, dada la falta de acuerdo político y nulo espacio fiscal (España sufre un déficit estructural casi crónico).
"Es probable que haya más y que estas estimaciones sean demasiado bajas. Los primeros ministros escandinavos han calificado la situación de seguridad como la más grave desde la Segunda Guerra Mundial, y existe un amplio apoyo público a un mayor gasto en defensa", aseguran desde el banco americano. Desde JP Morgan creen que los multiplicadores del gasto militar tanto en Noruega como en Suecia serán de 0,3 en 2025, antes de aumentar gradualmente a 0,5 y 0,6 en 2026, respectivamente. Esto implica que el impulso fiscal promediará en 0,65 puntos porcentuales en 2025-26 para ambos países, cifras elevadas según los estándares escandinavos.
El reinado de España, en peligro
Se prevé que la economía de España crezca este año entre un 2,4% y un 2,7%, unas tasas de variación intensas para una economía desarrollada y que lleva ya varios a años a la cabeza del crecimiento en la Unión Europea (unos años primera, otros segunda, pero siempre en el podio). Ahora, el subidón de los nórdicos por el mayor gasto en defensa puede poner en peligro esas 'medallas' de España en cuanto a crecimiento. Los expertos de JP Morgan han revisado con intensidad al alza su previsión del PIB para Suecia en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 1,9% anual este año, y en 0,6 puntos porcentuales, hasta el 2,4% anual en 2026 (muy por encima del 2% esperado para España).
El caso de Dinamarca es aún más especial, porque su crecimiento está previsto que sea mucho más fuerte. En este caso, las proyecciones llegan de su propio banco central: "Prevemos que el producto interior bruto (PIB) danés aumente un 3,6% en 2025, un 2,3% en 2026 y un 2% en 2027", señalan estos expertos. Para Noruega, desde JP Morgan han revisado al alza el crecimiento en 0,1 y 0,4 puntos porcentuales, hasta el 1,1% anual en 2025 y el 1,7% en 2026, respectivamente. Mientras que en Finlandia se espera que el PIB crezca a un ritmo de entre el 1,4 y el 1,6%.
De este modo, Suecia y Dinamarca están llamadas a liderar el crecimiento de la Unión Europa en los próximos años, gracias a un gran margen fiscal y a unos multiplicadores fiscales positivos y en un aumento. Para comprender un poco más que supone este giro del gasto en los países nórdicos se expondrán en los próximos párrafos cuales son los planes con más detalle y cómo afectarán a las finanzas públicas.
Dinamarca, un margen fiscal de 'ensueño'
Alumno fiscal aventajado entre los nórdicos es Dinamarca, famosa por sus continuos superávits fiscales, proyectando incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) 13 seguidos en sus proyecciones hasta 2029. Al cierre del cuarto trimestre de 2024, según datos de Eurostat, el superávit se situaba en un 3,4% del PIB, una cifra que sería la envidia de casi cualquier nación. Este espectacular desempeño ha permitido al país lucir una deuda pública llamativamente baja en comparación con sus socios continentales: un 33,6% del PIB al cierre de 2024 y un 27,3% en el arranque de 2025 según los datos del FMI. Para hacerse una idea, Alemania, históricamente el 'sargento fiscal' de Europa registra un 62,1% de deuda pública.
Y no solo eso. Fuentes del sector financiero han confirmado a elEconomista.es que la deuda pública de este país es todavía más baja de lo que parece, porque el Gobierno atesora una montaña de liquidez en una cuenta en el banco central. Por si esto fuera poco, los costes por intereses del gobierno fueron negativos al cierre de 2024 (-300 millones de coronas). El potencial exportador de Dinamarca con su poderoso sector farmacéutico, espoleado por el Ozempic para adelgazar, y el reinado en los mares de su naviera Maersk han llevado en volandas a su economía.
Todo esto ofrece a Copenhague una pólvora fiscal de ensueño para reforzar sus capacidades militares. Si el país venía superando el teórico objetivo de la OTAN de inversión en defensa con un 2,5% del PIB, los últimos anuncios de su gobierno llevarán ese gasto por encima del 3%. Dinamarca establecerá un Fondo de Aceleración que canalizará 50.000 millones de coronas danesas (unos 6.700 millones de euros) en 2025 y 2026 para inversiones rápidas en capacidad de combate que reforzarán la defensa danesa a corto plazo. El fondo es un complemento de los acuerdos de defensa existentes y situará a Dinamarca por encima del citado 3% del PIB en gasto de defensa asignado.
Además, el Gobierno estudiará la necesidad de financiación adicional para la defensa danesa a finales de este año, tras recibir los nuevos objetivos de capacidad de la OTAN y cuando negocie otro acuerdo sobre el Ártico y el Atlántico Norte. Cabe recordar aquí los constantes llamamientos de la nueva administración estadounidense a anexionar Groenlandia. Este aumento presupuestario lo justifica el gobierno, más allá de los llamamientos de la OTAN y el belicoso discurso de Trump, en las recientes evaluaciones del Servicio de Inteligencia de Defensa danés, según las cuales Rusia podrá aumentar su poder militar en dos años hasta un nivel que le permita librar una guerra contra uno o varios países de la Alianza Atlántica.
Noruega también tiene 'pólvora'
En el caso de Suecia y Noruega, según informan desde JP Morgan, hay expectativas de que se anuncien más medidas este año, posiblemente en relación con el Presupuesto de Primavera sueco (15 de abril) y el Presupuesto Revisado de Noruega (principios de mayo). Las cantidades son muy inciertas, pero, como se indicó en una nota esta semana, se asume que Suecia aumentará el gasto en defensa en 25.000 millones de coronas suecas en 2025 y en 70.000 millones de coronas suecas en 2026. Como porcentaje del PIB, esto representaría un aumento del 2,4% al 2,8% en 2025 y del 3,2% en 2026. Para Noruega, se anticipa un aumento del 2,6% en 2025 (frente al 2,1%) y del 3,0% en 2026 (frente al 2,2%).
Noruega también cuenta con una posición fiscal única gracias al mayor fondo soberano de riqueza del mundo (GPFG). Esto asegura que la deuda pública neta sea negativa y que Noruega no se vea obligada a emitir deuda para financiar el gasto público. Por lo tanto, las reglas fiscales tradicionales no se aplican en este país. Pero Noruega tiene su propia regla que estipula que el déficit presupuestario estructural no petrolero no debe superar el 3% del valor del GPFG. Con todo, desde JP Morgan usa este umbral para evaluar el espacio fiscal del país.
"El Presupuesto de 2025 incluyó un déficit estructural no petrolero del 2,5% del GPFG, es decir, 0,5 puntos porcentuales por debajo del umbral del 3%. Sin embargo, esto no tuvo en cuenta los 50.000 millones de coronas danesas anunciados recientemente en apoyo a Ucrania, ni el hecho de que el valor del GPFG para finales de 2024 era significativamente mayor que el previsto en el Presupuesto de octubre. Ajustando esto, desde JP Morgan calculan que Noruega tiene un fiscal de aproximadamente 80.000 millones de coronas noruegas en 2025, equivalente al 2,1% del PIB.
Suecia tendrá que flexibilizar
En el caso de Suecia podría ser necesario una flexibilización de las reglas. "Para llegar al 3% del PIB durante 2025-2030 se necesitarían unos 30.000 millones de coronas suecas adicionales al año. Alcanzando niveles de, por ejemplo, 3,5%, 4% o 5% del PIB, las cantidades aumentarían a 60.000 millones, 95.000 millones y 160.000 millones, respectivamente. La pregunta entonces es si estos escenarios son realistas en relación con la posición fiscal. Suecia tiene reglas fiscales conservadoras, aunque estas se relajarán ligeramente en 2027. Sin embargo, el Gobierno se muestra un tanto reticente a anunciar subidas de impuestos o recortes de gasto, "por lo tanto, nuestra suposición es que Suecia solicitará préstamos adicionales en un escenario del 3,5%. A menos que el endeudamiento se realice a nivel de la UE, esto significa que el gasto militar, en cierta medida, debe estar exento de las normas presupuestarias nacionales".
¿Y qué pasaría con la deuda? Desde JP Morgan creen que alcanzar el 3,5% sobre PIB de gasto militar no supondrá un cambio drástico. La ratio de deuda solo se situaría en el 36% sobre PIB, ligeramente por encima del 35% de la deuda, aunque dentro del rango aceptable de 5 puntos porcentuales con los que se sienten cómodos, según sus reglas fiscales. "En resumen, un escenario a largo plazo del 3% se encuentra aproximadamente dentro del marco fiscal, mientras que un objetivo del 3,5% al ??4% es realista y manejable, siempre que se contemple algún tipo de exención del gasto militar. Superar el 4% exigiría decisiones muy difíciles y parece poco realista en este momento", señalan desde JP Morgan.
Finlandia, la frontera más difícil
El caso de Finlandia es algo más complejo. El país no tiene una situación financiera tan boyante, pero sus más de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia hacen que la mayor inversión en defensa sea inexcusable. Con un déficit público del 3% al cierre de 2024 y una deuda del 81,5%, el margen es escaso. Pero en ocasiones, la supervivencia va más allá de los números. Por ello, el gobierno conservador aprobó el pasado diciembre un plan para elevar el gasto de defensa de unos 6.300 millones de euros en 2025 a casi 11.000 millones para 2032. Aunque el gasto en defensa del país ya se acercó al 2,5% del PIB en 2024, esta propuesta del gobierno, que obtuvo el apoyo mayoritario de los principales partidos de oposición en el parlamento finlandés, acercaría el gasto anual de Helsinki en defensa al 3,3% del PIB.
El presupuesto de defensa de Finlandia ha aumentado notablemente desde 2020, cuando se situaba en unos 3.000 millones de euros. Una serie de adquisiciones de gran envergadura, incluido el acuerdo de más de 8.000 millones de dólares para la compra de 64 cazas Lockheed Martin F-35A, hizo que el presupuesto de defensa aumentara ya hasta cerca de los 6.000 millones en 2023.
Todo apunta a que la economía finlandesa mantendrá el crecimiento en los próximos años. El bache ya quedó atrás y el PIB crecerá un 1,2% este año y un 1,4% el próximo, según las proyecciones de Etla Economic Research. "La demanda internacional se está recuperando, pero las exportaciones netas están en dificultades. Los aranceles estadounidenses ensombrecen las perspectivas del comercio internacional, pero el gasto europeo en infraestructura y defensa compensa, al menos parcialmente, las posibles pérdidas de exportaciones", explican desde este instituto de investigación finés.
Este renovado impulso de los países nórdicos, respaldado por unas cuentas públicas envidiables y una voluntad política clara, podría alterar el equilibrio económico de Europa en los próximos años. Mientras que España ha liderado el crecimiento de la eurozona gracias a la resiliencia de su demanda interna, el turismo y su capacidad exportadora, el auge del gasto militar en Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia amenaza con reconfigurar el podio del dinamismo económico europeo. La locomotora española se enfrenta ahora a un grupo compacto, bien financiado y cada vez más competitivo, dispuesto a acelerar con fuerza en un contexto de creciente tensión geopolítica. El reinado de España no está perdido, pero ya no parece tan indiscutible.