Economía

El poderío militar de Polonia deja en evidencia a España: gasta el doble en defensa con un PIB más pequeño

  • Polonia gastó 35.000 millones de dólares en defensa durante en 2023...
  • ... España apenas superó los 21.000 millones de dólares durante el mismo año
  • En términos de PIB, Polonia lidera el ranking de la OTAN y España ocupa el último puesto

El mundo parece hoy un lugar mucho más peligroso e inestable que hace cinco años. Este riesgo se ha materializado ya en varias guerras que han pasado rozando a varios países de la OTAN (los bálticos o Polonia). Por ello, la inversión en defensa vuelve a estar en el punto de mira y más teniendo en cuenta que el nuevo presidente de EEUU, Donald Trump, quiere que todos los países de la coalición gasten como mínimo un 2% de su PIB en esta partida... si esto no ocurre, EEUU amenaza con dejar huérfana a la coalición. En medio de toda esta disputa, España es protagonista por su bajo nivel de gasto en defensa. Concretamente, España es el país que menos gasta de toda la OTAN sobre PIB. En el lado opuesto se encuentra un país que, con un PIB mucho más pequeño que el de España, gasta un 50% más en defensa en términos de dólares y casi cuatro veces más en gasto sobre PIB, algo que no va a pasar inadvertido para los ojos de EEUU. El poderío militar de Polonia deja en evidencia a España.

Los últimos datos publicados por la OTAN revelan esta curiosa realidad. Polonia tiene un PIB de 811.000 millones de dólares, mientras que el PIB de España es de 1,4 billones de dólares, casi el doble que el polaco. Sin embargo, cuando se analiza el gasto en defensa, la información de la OTAN revela que España gastó 21.269 millones de dólares en 2023, mientras que Polonia invirtió 35.000 millones de dólares. Esto demuestra que se puede hacer más por tener un ejército competitivo teniendo menos recursos. Pese al fuerte gasto de Varsovia en defensa, la economía de Polonia está creciendo con intensidad y presenta unos fundamentales sólidos. La cuestión es que España pone en peligro la unidad de la OTAN por su bajo gasto en defensa, algo que queda en evidencia cuando se compara, por ejemplo, con el de Polonia.

En la tarea de animar a los 'rezagados' como España es clave el papel del secretario general de la OTAN, el holandés Mark Rutte, en el cargo desde el pasado octubre. Según los analistas de destacados think tank ligados a la defensa y a la geopolítica, el exprimer ministro holandés, ha visitado este lunes precisamente al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, es un buen negociador y su buena relación con Trump puede contribuir al entendimiento. Rutte le ha pedido a Sánchez un incremento del gasto en defensa y ha dejado caer que el 2% de PIB es una cota ya obsoleta, lo que evidencia que España va muy por detrás. La previsión del Gobierno de España es alcanzar ese 2% para 2029.

"La Cumbre de la OTAN de junio de 2025 puede celebrar el hecho de que 23 de los 32 países de la Alianza cumplan ya el objetivo del 2% del PIB en gasto en defensa. Pero la Alianza debe animar a los nueve restantes a cumplir pronto ese objetivo y además dar el siguiente gran paso. El gasto militar chino -especialmente en activos navales, misiles y armas nucleares- está desafiando el tradicional dominio militar de EEUU en Asia Oriental. Estados Unidos debe responder para mantener la disuasión en esa región. Para contribuir a ello, Europa necesita reforzar su propia región", avisan desde el think tank americano Atlantic Council. La cuestión es que España está muy lejos de ese 2% y ya hay rumores que hablan de un porcentaje de gasto sobre PIB mayor de cara al futuro, dado el fuerte incremento en gasto en países 'enemigos' como China o Rusia. Por ello, Polonia se ha convertido en el ejemplo a seguir para líderes como Trump, mientras que España es el ejemplo a evitar. Los polacos está realizando un esfuerzo titánico en el que merece la pena profundizar.

El boom de Polonia frente a la decadencia de España

Han pasado siglos desde que Polonia tuvo un papel preeminente como potencia militar, pero la nación parece haber recuperado su ambición bélica. Como señala The Economist en un extenso reportaje, "los húsares alados están de vuelta" (los húsares era un cuerpo de caballería pesada armada con largas lanzas temido en Europa entera). En 2014, cuando Rusia se anexionó Crimea, las fuerzas armadas polacas ocupaban el noveno lugar en la OTAN por número de efectivos. Hoy, han ascendido al tercer puesto, solo detrás de Estados Unidos y Turquía, con más de 200.000 soldados. Este crecimiento exponencial viene acompañado de un presupuesto militar que se ha triplicado en términos reales, alcanzando los 35.000 millones de dólares. Polonia no solo supera a la mayoría de los países europeos en gasto militar total, sino que, como porcentaje del PIB, lidera ampliamente en la región. Por el contrario, el número de efectivos de España sigue anclado en poco más de 100.000, mientras que el gasto en defensa crece a un ritmo mucho más lento.

Este mes, Polonia asumió la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea y ha dejado claro que su prioridad es la seguridad. Según Wladyslaw Kosiniak-Kamysz, ministro de Defensa y viceprimer ministro, el país enfrenta "una amenaza enorme" que justifica su rápido rearme. Polonia ha destinado casi 60.000 millones de dólares a la adquisición de armamento, incluyendo un contrato de 10.000 millones para 96 helicópteros Apache y otro de 2.500 millones para el sistema integrado de defensa aérea Patriot, ambos de fabricación estadounidense. Además, ha realizado importantes compras en Corea del Sur, como tanques y sistemas de cohetes. "Hemos hecho lo que Trump espera", afirma Kosiniak-Kamysz, subrayando que Polonia está en camino de alcanzar el objetivo del 5% del PIB en gasto de defensa, una meta que Donald Trump ha promovido para los miembros de la OTAN.

A pesar de su creciente poder militar, el principal objetivo de Polonia es mantener a Estados Unidos comprometido con la seguridad europea. The Economist señala que Polonia es "uno de los miembros más atlantistas de la UE" y que históricamente ha priorizado su alianza con Washington sobre las iniciativas de autonomía estratégica europea. Sin embargo, el gobierno de Donald Tusk, más orientado hacia la Unión Europea, también está convencido de que Europa debe hacer más por sí misma, aunque siempre con el propósito de "mantener a los estadounidenses dentro". Como afirma Kosiniak-Kamysz: "Sin América, la OTAN no funciona".

Polonia tiene a Rusia... España a Marruecos

Aunque Polonia ha asumido un papel más destacado en la defensa europea, ciertas tensiones internas y externas complican su estrategia. En el marco de la guerra en Ucrania, Emmanuel Macron propuso la posibilidad de desplegar tropas de la OTAN en territorio ucraniano tras un hipotético alto el fuego. Sin embargo, Polonia se ha mostrado reticente. Donald Tusk declaró que el país "no está planeando enviar soldados", una postura que parece contradecir su deseo de ser un pilar de seguridad en la región. Como explica Kosiniak-Kamysz, cualquier decisión sobre el despliegue debe tomarse de forma conjunta en el seno de la OTAN. Polonia teme a Rusia (y hace bien), por ello se está rearmando.

España, por su parte, pese al rápido avance en gasto y tecnología del ejército marroquí, prefiere legar su protección a los países de la OTAN, una estrategia con ciertas lagunas ahora que ha vuelto Donald Trump a la Casa Blanca. Trump es un firme aliado de Marruecos, que se ha convertido en un buen cliente del armamento americano y de las relaciones internacionales.

Otro factor de peso en el caso de Polonia es la cautela en su relación con Ucrania. A pesar de haber acogido a más de un millón de refugiados y de actuar como un centro logístico clave para la ayuda militar, muchos polacos sienten que el gobierno de Volodímir Zelenski no ha mostrado suficiente gratitud. Además, tensiones históricas, como las masacres de Volinia durante la Segunda Guerra Mundial, aún ensombrecen las relaciones bilaterales. Si bien Ucrania ha accedido recientemente a permitir la exhumación de las víctimas polacas, persiste una percepción en Varsovia de que Kiev tiende a priorizar el diálogo con países como Estados Unidos, Francia o Alemania, dejando a Polonia en un segundo plano.

A pesar de estas dificultades, Polonia mantiene una estrategia clara: contener a Rusia y reforzar su posición como pilar de seguridad en Europa del Este. Kosiniak-Kamysz resume esta visión al afirmar que "la estrategia del ejército polaco es mantener a Rusia lo más lejos posible". Con un crecimiento económico del 3% en 2024, el país tiene los recursos para seguir aumentando su gasto en defensa sin comprometer otras áreas. Según The Economist, la modernización militar polaca estará plenamente operativa entre 2026 y 2027, lo que permitirá a la nación desempeñar un papel aún más relevante en la seguridad regional.

Además, el gobierno de Tusk planea impulsar la adhesión de Ucrania a la OTAN y a la UE, aunque estas metas parezcan lejanas. Polonia ve este apoyo no solo como un acto de solidaridad, sino también como un componente estratégico para su propia seguridad. A medida que Europa busca adaptarse a un contexto geopolítico más incierto, Polonia se posiciona como un actor clave en la defensa de las fronteras orientales del continente y como un puente entre la Unión Europea y Estados Unidos, cimentando su lugar en el nuevo orden de seguridad europeo.

La próxima cumbre de la OTAN

En la próxima cumbre, la OTAN debería acordar aumentar el objetivo del 2%, quizás hasta el 3% del PIB para finales de la década, tienen claro los estrategas Hans Binnendijk y Timo Koster, que ocuparon cargos en la Alianza y en la Seguridad Nacional de EEUU. "Si Trump abandonara el compromiso de EEUU con la OTAN, eso supondría un nivel mínimo absoluto de gasto europeo en defensa. Pero comprometerse por adelantado podría mantener a EEUU en la Alianza. Trump podría atribuirse el mérito mientras la OTAN se fortalece", avisan.

Para ambos expertos, no solo se trata de gastar más, sino de hacerlo bien: "El nuevo objetivo de gasto en defensa debería dirigirse a necesidades de defensa específicas. Uno de los requisitos podría ser el desarrollo de fuerzas europeas adecuadas para cumplir los nuevos planes de defensa del comandante supremo aliado de Europa para el continente. Un segundo requisito podría ser la compra de un número suficiente de los denominados habilitadores para cubrir las enormes carencias europeas en este campo. Entre ellos se encuentran el transporte estratégico, el reabastecimiento en vuelo, la inteligencia operativa moderna, las comunicaciones y el mando y control. Cada uno de ellos es esencial para una disuasión moderna creíble y, si ésta falla, para librar una guerra. Un tercer requisito debería ser la construcción de activos navales europeos adicionales que permitieran a EEUU desplazar muchas de sus fuerzas navales a Asia sin degradar las defensas de la OTAN".

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