Economía

El Reino Unido intensifica la explotación petrolífera en las islas Malvinas y las llena de soldados nepalíes

Soldados nepalíes, Gurkhas, al servicio del Reino Unido, ahora en las Malvinas

El Reino Unido continúa intensificando su presencia en las islas Malvinas, que mantiene ocupadas desde 1833 cuando expulsó a las autoridades argentinas, y está reforzando su contingente militar mientras aborda planes para aumentar la explotación del petróleo que realiza en aguas próximas al archipiélago.

La actividad de los británicos en las Malvinas es ahora incesante, tanto en lo comercial como en lo militar, dada la facilidad que las tropas británicas tienen para realizar ejercicios en sus posesiones del Atlántico Sur. El Reino Unido quiere sacarle mayor partido a la explotación petrolífera y para ello lo primero es militarizar la zona hasta el extremo y, según recoge la prensa argentina, con la intención de alargar sus brazos hasta la Antártida.

Es más, el diario británico The Telegraph también ha señalado que el Reino Unido tiene planes estratégicos para explotar recursos en la Antártida y señala que "la bonanza petrolera antártica podría salvar a Gran Bretaña, pero debemos llegar allí antes que Argentina".

En cuanto a la explotación petrolífera británica en el entorno de las Malvinas, el informe 'March 2025 NSAI Independent Report', recoge el proyecto Sea Lion (León Marino), que lidera la empresa israelí Navitas Petroleum en asociación con la británica Rockhopper Exploration, y que prevé alcanzar un pico de producción de hasta 150.000 barriles diarios de petróleo, lo cual consolidará la explotación de hidrocarburos en esta zona del Atlántico Sur que ocupa el Reino Unido.

La confirmación de nuevos recursos ha provocado una potente ampliación del programa de desarrollo de las Malvinas. El yacimiento Sea Lion se encuentra a unos 220 kilómetros al norte de las Malvinas, en el bloque 14/10 dentro de las áreas de licencia de producción PL032 y PL004b.

El citado informe, recogido por la prensa argentina y también por la kelper, que es como los britanicos llaman a los moradores de las Malvinas, detalla que con los recursos descubiertos se pueden producir hasta 917 millones de barriles de petróleo, con un adicional de 409 millones de barriles proyectados para fases futuras. La inversión total para todas las fases del proyecto se calcula en 4.000 millones de dólares y se estima que el barril podría costar aproximadamente 24 dólares.

Mientras tanto, el Gobierno argentino de Javier Milei guarda silencio sobre los planes británicos en unas islas que considera ocupadas y que hace ahora 43 años se vieron inmersas en una guerra tras la invasión argentina y posterior reacción británica. Argentina ha denunciado históricamente este tipo de actividades de los británicos ante organismos internacionales, pero esta vez no ha habido una reacción formal, ni en el ámbito diplomático ni en el militar.

Un proyecto en tres etapas

El proyecto del Reino Unido está dividido en tres etapas, según recoge Escenario Mundial. En la primera de ellas se perforarán un total de 11 pozos con una producción de 170 millones de barriles, en la segunda se sumarán 12 pozos adicionales con 149 millones de barriles y en la tercera se añadirán 16 pozos más con una producción estimada de 95 millones de barriles.

El objetivo es que el pico de producción inicial de 55.000 barriles diarios se incremente gradualmente hasta alcanzar los 150.000 barriles diarios cuando todas las fases del proyecto estén operativas, aunque aún hay cuestiones que perfilar. De hecho, la empresa Navitas Petroleum prevé tomar una decisión final de inversión (FID) a mediados de este año, aunque para avanzar en este proceso, la compañía ya ha firmado acuerdos preliminares de ingeniería y diseño (FEED) relacionados con la FPSO y el equipamiento submarino.

El proyecto suscita las reticencias de los ecologistas, pero al Reino Unido parece importarle poco tanto el impacto ambiental como la controversia legal y sigue promoviendo la explotación de recursos en el Atlántico Sur, además de completarla con la militarización de la región.

Asentamiento sólido

Las islas Malvinas son un lugar privilegiado para controlar el Estrecho de Magallanes, además de una puerta de entrada a la Antártida, que "cada vez atrae más miradas codiciosas por su riqueza en recursos naturales y una posición geográfica privilegiada", resalta la prensa argentina. Su posición geográfica es clave para cualquier operación militar en Sudamérica.

Por ello, el Reino Unido ha ido ampliando la población de las islas, la población kelper, con un flujo constante de migrantes provenientes sobre todo de Chile, tradicional aliado del Reino Unido cuyo Gobierno ya intervino a favor de los intereses británicos en la Guerra de las Malvinas de 1982. Estos migrantes chilenos llegan ante la reticencia de acudir por parte de trabajadores argentinos, aunque algunos hay en las Malvinas. Todos ellos son, en todo caso, mano de obra barata para los británicos.

El Reino Unido tiene en las Malvinas su base militar más importante en el Atlántico Sur, Mount Pleasant (Monte Placentero), donde cuenta con otros archiiélagos como las islas Sandwich. Además, invierte de manera constante para modernizar sus sistemas de defensa y fortificarlos.

Nepalíes para proteger las Malvinas

Londres ha intensificado los ejercicios aéreos que realiza la Royal Air Force en el entorno del archipiélago malvinero, ya que las condiciones del lugar ofrecen a la Real Fuerza Aérea (RAF) una "incomparable libertad" para realizarlos, asegura Mercopress. La escasa actividad aérea y los cielos despejados permiten que los pilotos de caza de la RAF ejecuten maniobras sin restricciones desde su base de Mount Pleasant, verdadero punto neurálgico de la militarización que realiza Londres en el Atlántico Sur.

El escuadrón británico 1435 Flight está presente en la base desde 1986. Opera con cazas Phantom, Tornado F3 y Eurofighter Typhoon. Además, los británicos han desplazado hasta las islas Malvinas a un contingente de tropas de Gurkhas, concretamente de la Sección 2 del Regimiento Real de Fusileros Gurkhas, que se han unido a la Compañía de Infantería Permanente Rotativa (RIC) y a efectivos de los buques que permanecen en las islas, como el HMS Forth de la Royal Navy.

Los Gurkhas, Gurkas o Gurjas son un pueblo originario de Nepal, que debe su nombre a un guerrero hindú del siglo VIII, Guru Gorkhanath. Son conocidos por ser feroces combatientes y sirven en unidades especiales de las fuerzas armadas tanto de la India como del Reino Unido, por lo que muchos los consideran simplemente mercenarios. Los Gurkas forman parte ahora del ejercicio 'Cape Kukri II', unas maniobras a gran escala del Ejército Británico en las islas Malvinas, y a ellos se les han asignado tareas de "marinización".

La participación de los Gurkhas en este tipo de entrenamientos se ha convertido en una constante dentro del esquema defensivo británico en las islas Malvinas desde la Guerra de 1982. El Reino Unido mantiene desde entonces una presencia militar permanente en el territorio, que reitera su interés por los recursos de la zona, para lo cual han de mantener una potente estructura militar activa en las Malvinas.

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