Economía

Argentina es incapaz de controlar a cientos de destartalados pesqueros chinos que faenan de manera ilegal

Un barco y un avión de Argentina ante cientos de pesqueros chinos, que encienden sus luces para atraer a los calamares / Armada Argentina

Argentina no es capaz de hacer frente a la pesca masiva por parte de cientos de barcos chinos en aguas internacionales cercanas a sus costas que, en demasiadas ocasiones, también entran para faenar en sus aguas, una situación que se viene repitiendo desde hace años y que acaba de deparar la intervención de la Armada argentina tras ser detectados cerca de 400 pesqueros chinos en el borde de la milla naútica 200 (230 millas), que delimita la zona económica exclusiva (ZEE) de Argentina.

La flota pesquera china es, de largo, la mayor del mundo, con más de 17.000 barcos operando por todo el mundo, según el Overseas Development Institute, muchos de ellos verdaderas chatarras oxidadas que parece imposible que puedan navegar miles de kilómetros por aguas de todo el planeta.

La última acción de Argentina para tratar de evitar la "depredación de los recursos marítimos argentinos" por parte de la flota pesquera china, fue denominada Mare Nostrum I y en ella han participado tanto buques como aviones millitares argentinos, concretamente un aeroplano C-12 Huron y un P-3C Orion y dos corbetas.

Un buque de la Armada Argentina se ditige hacia los pesqueros chinos / Armada Argentina

Gracias a ella, se decectó hasta 380 pesqueros de China en las inmediaciones de esa milla 200, ocupando una extensión de 90 millas naúticas (166 kilómetros), algo que Argentina califica como "pesca ilegal no declarada y no reglamentada (INDNR)" y que tacha de una práctica de depredación que afecta a los ecosistemas marinos, además de a la economía argentina y de los países de la zona.

En el avión P-3C que se desplazó hasta el enjambre de pesqueros chinos en el borde de la ZEE del país, viajaron el ministro de Defensa de Argentina, Luis Alfonso Petri, y varios altos cargos militares. Argentina ha podido comprobar así que la enorme flota pesquera china que opera frente a sus costas utiliza prácticas prohibidas, entre ellas el uso de redes de arrastre no homologadas, el apagado de sistemas de identificación automática (AIS) para evitar ser detectados y, lo que resulta más grave, y la explotación intensiva de especies como el calamar argentino, uno de los recursos más codiciados del Atlántico Sur, especialmente por los pesqueros chinos.


Cortan la migración del calamar

China saca del mar miles de toneladas de calamar cada año de manera ilegal a juicio de Argentina, ya que lo hace en el borde de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) cortando la migración de regreso de los calamares a aguas argentinas. Los barcos chinos suelen establecerse y pescar en la denominada Milla 201, justo al borde de la ZEE, donde no rige la jurisdicción nacional y, en todo caso, las especies marinas migratorias, especialmente el calamar, que tiene en el Atlántico Sur el segundo mayor caladero del mundo, son capturadas antes de poder volver a aguas argentinas.

Por ello, esta práctica no solo afecta a la biodiversidad de la zona, además funde a la industria pesquera local, que deja de ganar más de 1.000 millones de dólares anuales debido a esta actividad de los barcos chinos, según la Subsecretaría de Pesca de Argentina y South Atlantic Fisheries Organization (SAFO). El Gobierno de Javier Milei estudia, además, reforzar la coordinación con países vecinos como Uruguay y Brasil, a los que también afecta la pesca masiva ilegal por parte de embarcaciones chinas.

La presencia de pesqueros chinos de manera masiva e ilegal no es exclusiva del Atlántico Sur. Los pesqueros chinos realizan la misma práctica en los límites de exclusión de aguas de Chile, Perú y Ecuador, obviando también las zonas demilitadas y entrando ampliamente en ellas, como hacen igualmente en aguas de Vietnam, Indonesia y Filipinas, en el Sudeste asiático. Buena prueba de ello es que en 2020 la Armada de Ecuador denunció la presencia de hasta 300 pesqueros chinos cerca de las Islas Galapagos, algo que se viene repitiendo de manera habitual también dentro de aguas indonesias.

Las malas artes de los pesqueros

La ley marítima permite que los buques extranjeros operen fuera de la zona de exclusión, pero cientos de barcos merodean constantemente el límite y después no dudan en entrar en aguas argentinas no sin antes haber apagado su sistema de identificación automática (AIS) para poder cruzar y pescar sin ser detectados.

Los barcos pesqueros chinos no tienen reparo alguno en acudir en masa a aguas de todo el mundo. Se organizan en torno a un gran barco nodriza que les aporta apoyo logístico: combustible, alimentos y almacenamiento de la pesca capturada, lo que prolonga durante meses las operaciones en alta mar. Por eso los barcos chinos son capaces de pasar tanto tiempo faenando en alta mar sin acudir a un puerto.

Un destartalado pesquero chino frente a la costa argentina / Armada Argentina

Estos barcos pesqueros chinos, además, trasbordan la pesca en aguas internacionales, con lo cual hacen muy difícil su control, al tiempo que eluden controles aduaneros y sanitarios. Aunque la mayoría de los barcos chinos lucen destartalados e incluso oxidados, la flota china cuenta con una avanzada tecnología, que incluye sonares de gran alcance para localizar sus capturas y redes de arrastre de gran tamaño para apresarlas.

Ambigüedad china

La flota china no entiende ni de sobreexplotación ni de esquilmación, y captura sobre todo calamar y merluza en el Atlántico Sur, afectando gravemente a la cadena alimenticia y generando un desequilibrio ecológico que, además, redunda en un menor rendimiento de las capturas de la flota argentina.

Por ello, Argentina ha decidido ahora dotar con más medios a su Armada y su aviación para tratar de controlar la pesca ilegal y ha intensificado la presencia de patrullas navales como advertencia a los cientos de barcos pesqueros que se encuentran en el borde de la zona marítima del país.

Militares argentinos durante la operación Mare Nostrum I / Armada Argentina

El Ministerio de Defensa de Argentina también ha pedido cuentas al Ministerio de Relaciones Exteriores de China, que no suele pronunciarse sobre estas prácticas de sus pesqueros, aunque en esta ocasión ha alegado que aplica la supervisión más estricta del mundo a su flota pesquera de aguas lejanas. Está por verse y, además, también existen cientos de pesqueros chinos que operan bajo banderas de otras naciones.

El incidente de 2016

El incidente más grave hasta el momento entre pesqueros chinos y la Armada argentina se produjo el 14 de marzo de 2016 en aguas de la Patagonia argentina. Un destartalado pesquero chino de nombre Lu Yan Yuan Yu 010 estaba pescando a solo unas millas de tierra cuando una patrullera guardacostas argentina lo detectó. Ordenó por radio al barco calamarero chino que se detuviera, pero este emprendióla la huida.

El calamarero chino Lu Yan Yuan Yu 010 observado desde un avión militar argentino / Almada Argentina

La patrullera comenzó a perseguir al barco asiático mientras su tripulación disparaba al aire para tratar de disuadir al pesquero, que entonces giró y trató de embertir a la patrullera, motivo por el cual desde la embarcación argentina se abrió fuego contra el barco chino, que no tardó en hundirse.

Todos sus tripulantes fueron rescatados con vida y China emitió un comunicado de protesta contra Argentina expresando su "seria preocupación" y exigiendo una "verificación minuciosa".

Un mercado de 2.000 millones

El mercado del calamar genera más de 2.000 millones de dólares cada año y más de dos tercios de los pesqueros que los capturan son chinos. El resto son de Taiwán, de Corea del Sur y también de España, donde en 2023 se consumieron 41,1 millones de kilogramos de calamares y pulpo. Los pesqueros españoles también faenan en el Atléntico Sur, aunque su pesca está controlada por Argentina.

Interior de un avión argentino durante la operación Mare Nostrum I / Armada Argentina

China no se plantea dejar de faenar en aguas próximas a Argentina y otra de las prácticas a las que recurre es alquilar barcos a pescadores argentinos y asociarse con armadores locales para burlar la legalidad.

De hecho, las empresas chinas controlan también un mínimo de 62 buques de pesca industrial de calamar bajo pabellón argentino, más de la mitad de la flota de calamar del país.

Las multas no compensan

La Secretaría de Pesca de Argentina admite, además, que aunque se impongan multas, a la flota china le sale más rentable asumirlas que acatar la legalidad: "El valor de las multas cobradas al capturar buques pescando ilegalmente supera con creces el costo de la mercadería hallada en esas embarcaciones".

Pesqueros chinos en aguas de Sudamérica

China anunció en 2017 que limitaría el número de buques en su flota de altura a solo 3.000 para evitar la sobrepesca, pero en ese recuento obviaba el cada vez mayor número de barcos industriales propiedad de China que operan bajo bandera de otro país.

Solo en aguas de Ghana faenan hasta 135 pesqueros chinos bajo bandera del país africano, pese a que la inversión extranjera en la pesca es técnicamente ilegal. China también opera en aguas marroquíes con al menos seis barcos que lucen la bandera de Marruecos.

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