Economía

El CEO de Louis Vuitton amenaza con deslocalizar la producción por las subidas de impuestos en Francia

El CEO de LVMH, Bernard Arnault. /Reuters.

El CEO de LVMH, Bernard Arnault, dueña de marcas de 'megalujo' como Louis Vuitton, Möet & Chandon , Cristian Dior y otras 76 marcas, criticó duramente el gravamen que pretende imponer el Ejecutivo francés sobre los beneficios de 2024 a las empresas. "Dan ganas de deslocalizar", aseguró durante la presentación de los resultados anuales de la Compañía. Es curioso que el máximo exponente del "made in France" amenace ahora con irse del país.

MUna medida que está incluida en los Presupuestos Generales de 2025, que están siendo debatidos estos días. El ejecutivo de François Bayrou pretende con esto recaudar 8.000 millones para las maltrechas cuentas francesas.

El anterior gobierno de Michel Barnier, que duró solo seis meses, ya contemplaba esta medida en las cuentas que le hicieron caer. En concreto, el impuesto planeta gravar todavía más los beneficios de 440 empresas galas, que facturan más de mil millones de euros. En concreto, aquellas que facturaron entre 1.000 y 3.000 millones en el pasado ejercicio tendrían un gravamen del 20,6% sobre importe del impuesto de beneficios de ese año. Por otro lado, aquellos cuyo volumen de negocio superase los 3.000 millones de euros o más, la aportación a las arcas públicas sería del 41,2%.

En tono irónico y jocoso, Arnault dijo que "no hay nada mejor" que este tipo de tasas "para enfriar los ánimos. Para incitar a la deslocalización es ideal. No sé si es el objetivo del Gobierno, pero lo va a conseguir", reiteró.

A priori, este gravamen sería temporal para atajar la coyuntura financiera por la que está atravesando el país vecino, con un déficit desbocado que este año cerró por encima del 6%. Ante esto, Arnault sentenció que "nadie se lo cree" porque "una vez que hemos aumentado un impuesto al 40%, ¿quién lo va a bajar un 40%?", planteó. El director financiero del grupo, Jean-Jacques Guiony, estimó que esta tasa temporal costaría a la compañía "entre 700 y 800 millones de euros"

Arnault, manteniendo su tono irónico, llamó a esta nueva carga fiscal el "impuesto made in France" y contrastó las políticas que tiene el actual Ejecutivo galo para con las empresas, con aquellas que pretende llevar a cabo el recién nombrado presidente de Estados Unidos, Donald Trump: "Acabo de volver de Estados Unidos y pude apreciar el ambiente de optimismo que reina en ese país. En cambio, cuando vuelves a Francia, es un jarro de agua fría", aseveró ante los accionistas de la compañía.

Ese viaje al que se refiere tiene que ver con su presencia en la tribuna VIP del acto de toma de posesión del presidente estadounidense. Arnault estuvo en el mismo lugar que los principales dueños de las tecnológicas: Elon Musk (dueño de la red social X y de Tesla), Mark Zuckerberg (Meta), Tim Cook (Apple) o Jeff Bezos (Amazon) durante el acto, por lo que pudo escuchar los planes del magnate para las empresas al otro lado del Atlántico.

"Allí -por EEUU- uno tiene la impresión de que te reciben con los brazos abiertos, los impuestos van a bajar un 15% y hay subvenciones en algunos estados para construir factorías", aseveró. Por el contrario, denunció que en Francia se iba a gravar ese 40%. "Se va a gravar el made in France", remarcó.

Es cierto que Trump prometió que una de sus primeras medidas, nada más sentarse en el Despacho Oval, sería la de bajar el impuesto de Sociedades del 21% al 15%, mientras impondría sus famosos aranceles tanto a Europa (10%) como a China (60%).

La estrategia está clara: hacer que a las empresas no le quede más remedio que fabricar en los Estados Unidos para poder mantener su cuota de mercado en el país y no se vayan a producir a China. Así de claro fue durante su intervención en el Foro de Davos: "Si no fabrican su producto en EEUU tendrán que pagar un arancel".

Estados Unidos representó casi una cuarta parte de la facturación de la compañía que regenta Bernard Arnault, mientras que el mercado chino es el principal sustento de las casi 80 firmas que aglutina LVMH. El mercado del lujo se estancó al otro lado del Atlántico tras caer un 8% en 2023, por su parte, las ventas en 2024 sumaron unos 100.000 millones de euros.

Tras la victoria de Donald Trump, el comportamiento de los consumidores estadounidenses parece que ha dado un vuelco en materia de lujo. En declaraciones al diario francés Le Figaro, uno de los gestores de la compañía en Norteamérica, Anish Melwani, aseguró que "el efecto positivo de las elecciones fue inmediato en nuestro negocio". Remarcó que ahora hay "un 50% de estadounidenses infelices y otro 50% felices. Pero antes del 5 de noviembre estábamos 100% preocupados y eso no era bueno para el negocio", aseveró.

En 2024 el beneficio de LVMH fue de 12.550 millones de euros, un descenso del 17% que se debió en particular a la ralentización del mercado en China, marcado por una baja demanda interna que no se recuperó tras la desescalada del Covid en 2022.

Ante esto, la portavoz del Gobierno galo, Shopie Primas, aseguró que entendía el enfado que podría tener el director general del LVMH, pero remarcó que, en su opinión, "todos deben participar con sus esfuerzos".

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