
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) atisba un repunte de la deuda pública española a largo plazo y considera que el plan fiscal comprometido por el Gobierno con Bruselas será insuficiente para cumplir con los objetivos de deuda y déficit. La 'auditora pública' estima una reducción de la deuda de 7,2 puntos respecto al nivel de 2023, hasta el 98% del PIB en 2029, pero observa de nuevo una senda ascendente a largo plazo en un escenario a políticas constantes, situándose en el 108,9% en 2041. Una vez agotado el 'motor' del crecimiento y sin medidas fiscales adicionales, el pasivo público volvería a aumentar.
Las reglas fiscales obligan a los países a someterse a una determinada senda de aumentos del gasto primario, es decir, descontando los intereses, los fondos europeos y otros gastos coyunturales como el desempleo. Así, establece un límite de aumento del gasto anual que puede ampliarse con nuevas medidas de ingresos públicos. El resultado es el famoso concepto de 'gasto primario neto'.
El Plan español recoge un compromiso de aumento del gasto primario neto del 3% anual en promedio desde 2025 y hasta 2031. Esta cifra es inferior al que estima la Auditora Fiscal (3,6%) sin medidas fiscales adicionales en su Observatorio de Deuda, "por lo que exigirá medidas adicionales".
En otras palabras, las proyecciones del organismo que preside Cristina Herrero apuntan a que el plan fiscal del Gobierno podría quedar en papel mojado. "Según las proyecciones de la AIReF, el cumplimiento de este compromiso rebajaría la deuda en 21,4 puntos en 2041, frente a los 42,4 puntos que estima el Gobierno", calculan. Esta advertencia es bien conocida por el Ministerio de Hacienda, pues Herrero insiste en la necesidad de un plan fiscal a largo plazo de mayor calado.
Desde el punto de vista de AIReF, el plan presentado por el Gobierno, si bien puede ser acorde con las orientaciones de la Comisión Europea de junio, no ofrece detalle suficiente de las medidas que se pretenden introducir para cumplir con el compromiso de gasto, por lo que no constituye una herramienta útil de planificación presupuestaria a medio plazo.
Cómo ha evolucionado la deuda pública
Las cuentas públicas todavía se están saneando tras la crisis económica generada por el Covid. Desde el techo alcanzado en el primer trimestre de 2021 (124,2%), la deuda ha bajado es de 19,8 puntos, pero todavía se mantiene 6,8 puntos por encima del nivel previo a la pandemia.
El crecimiento económico sigue siendo el principal impulsor de la disminución de la ratio. En el periodo 2020-2023, su aportación a la reducción de la deuda ha sido de 20 puntos, mientras que un déficit público con una tendencia decreciente ha ayudado a consolidar la reducción.
De hecho, la última revisión del PIB ha supuesto una reducción de 2,9 puntos como efecto de un mayor denominador del cociente. A pesar del descenso, España es en la actualidad uno de los países de la Unión Económica y Monetaria (UEM) con mayores niveles de deuda, por detrás de Grecia, Italia, Francia y Bélgica.
De cara a los próximos años, la AIReF estima en su proyección inercial en el medio plazo una reducción de la ratio de deuda de 7,2 puntos de PIB respecto al nivel de 2023 y la sitúa en el 98% en 2029. La reducción vendrá sustentada por el crecimiento del PIB nominal, donde el deflactor tendrá una contribución muy notable, antes de repuntar como efecto del agotamiento del motor del crecimiento.
La moderación de la contribución del crecimiento nominal supondría una ralentización en la reducción de la deuda, que se agotaría a final de la década. A largo plazo, la AIReF estima que la deuda podría retomar una senda ascendente en un escenario a políticas constantes, situándose en el 108,9% en 2041.