Enésimo capítulo del desencuentro entre Trabajo y Economía con motivo de la reducción de la jornada laboral. La vicepresidenta segunda Yolanda Díaz ha acusado este miércoles al Ministerio que dirige Carlos Cuerpo de vetar el debate en el Consejo de Ministros, dificultando así la tramitación urgente de la norma que reclama, pero desde la cartera económica han negado la mayor, asegurando que la medida será tratada en cuanto sea posible dada su "trascendencia".
El último encontronazo se ha desatado después de que Díaz dijera durante una entrevista en Telecinco que "ayer el Ministerio de Economía respondió [al Ministerio de Trabajo] por escrito vetando este debate". La acusación, que llega tras el tira y afloja de los últimos días entre su cartera y la de Cuerpo, a tenor de los tiempos de aplicación de la jornada máxima legal de 37,5 horas semanales pactada entre Trabajo y los sindicatos para este 2025 no ha tardado en ser desmentida desde Economía: "Es falso que el Ministerio de Economía haya bloqueado la tramitación urgente de la reducción de la jornada laboral; al contrario, dada su trascendencia e importancia ha dispuesto que pueda ser tratado en la primera reunión de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos en la que sea posible", aseguran fuentes de la cartera.
Durante su intervención, Díaz ha señalado que ayer Economía respondió "por escrito" confirmando que se "impide que este acuerdo de diálogo social llegue a ser discutido en el Consejo de Ministros" al no incluirlo en la agenda de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos (CDGAE) del 13 de enero, paso previo para que un tema llegue a la reunión interministerial de los martes para ser aprobado. Ante esta situación, hablará con el presidente Pedro Sánchez, ha advertido Díaz.
La vicepresidenta ha incidido en que le parece "muy grave" que se intente bloquear una medida que forma parte del acuerdo de investidura y que ha sido pactada tras 11 meses de debate en la mesa de diálogo social: "Es la medida más importante del país", ha insistido sin perder la confianza en que saldrá adelante.
La lectura desde Economía es otra. Según han indicado poco después de las declaraciones de la vicepresidenta, "debido a la relevancia económica de la iniciativa, con implicaciones en todos los sectores económicos, el Ministerio quiere garantizar un debate y análisis a fondo con la participación de todos los ministerios económicos" pero dándole "la mayor importancia a la reducción de la jornada laboral" por lo que "rema a favor para que se tramite con la mayor velocidad", concluye la aclaración enviada por el equipo de Cuerpo.
Díaz reclama un ritmo más rápido
El problema son los tiempos. La hoja de ruta de Yolanda Díaz pasa por llevar la medida al Congreso en febrero. Para eso, antes tiene que pasar por el Consejo de Ministros, pero sin ese paso previo para el que Economía aún no da espacio al debate, tendrá que esperar.
La postura de Cuerpo pasa por "equilibrar" la reducción de jornada acordada entre Trabajo y los sindicatos CCOO y UGT mediante la introducción de algunos retoques al texto para "acompañar" a las empresas y que puedan mejorar la productividad. Los planes del ministro, sin embargo, no los comparte la titular de Trabajo, que pide más celeridad en los tiempos mientras el ministro insta más por una aplicación sosegada de la norma que modificará el Estatuto de los Trabajadores en uno de sus puntos más sensibles: las horas máximas legales. "Ayer escuchaba yo al ministro y decía que todos estamos de acuerdo en la reducción de jornada. No es verdad", ha subrayado.
Con todo, Díaz entiende que el retraso en la aprobación de la rebaja de jornada no sólo lo decide el ministro de Economía. Así, ha recordado que el PSOE "no quería la reducción de la jornada laboral". Se refiere a un debate televisado en el que, según recuerda "Pedro Sánchez, cuando yo digo que hay que reducir la jornada laboral, me dice: 'Yolanda, hay que tener los pies en el suelo'", ha rememorado.
Tras aquel debate y muchas negociaciones después, el pacto de investidura entre los socialistas y Sumar sí incluyó este punto, motivo del último encontronazo entre las dos formaciones del Gobierno: "Yo no comparto la política basada en promesas incumplidas", ha zanjado Díaz.
Según Díaz, la falta de apoyos parlamentarios para sacar adelante la medida no puede ser la excusa. La ministra ha criticado que se esté diciendo que el acuerdo para las 37,5 horas no se tramita por esta cuestión porque "no se puede dejar de legislar" porque actualmente no se tengan los apoyos suficientes, como ha ocurrido con otras normas que llegaron al Congreso sin el respaldo necesario pero luego fueron aprobadas. En este sentido, ha recordado en relación al paquete fiscal aprobado el último jueves de antes de las vacaciones de Navidad que "diez minutos antes o un cuarto de hora antes de unas votaciones importantísimas, no sabíamos cuál iba a ser el voto de algunas formaciones políticas".
A este respecto, el propio Cuerpo ha dicho ante las preguntas de los medios tras su intervención en un acto en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que quiere que "este proyecto sea una realidad y que sea una realidad lo antes posible. Para eso tenemos que trabajar precisamente teniendo en cuenta todas las realidades que tenemos: las realidades de nuestra economía, las realidades de nuestras empresas, pero también, por supuesto, la realidad parlamentaria".
Sobre la realidad de los posibles apoyos con los que la medida contaría actualmente, Díaz ha señalado que "el PNV ya se ha posicionado sobre la jornada laboral" y que, aunque no va a desvelar las conversaciones que esté teniendo con ninguna formación, "la he tenido también la semana pasada con el señor Puigdemont, estamos trabajando con Junts".
Que no pase como con el Estatuto del Becario
Los sindicatos, que tras la firma del pacto ya avisaron de que no descartaban movilizaciones si durante la tramitación de la norma se introducían cambios que acabaran con su esencia, siguen vigilantes la batalla.
El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha advertido al Gobierno de que no permitirá que la reducción de jornada "permanezca en un cajón sin que sea tramitada, como ha pasado con el estatuto del becario" aunque ha restado importancia a la cuestión de la llegada de la norma al Consejo de Ministros al insistir en la importancia de recabar apoyos: "El acuerdo no tenía la previsión de a qué Consejo de Ministros iba a ir", ha dicho para indicar que "no estamos perdiendo el tiempo", sino que tanto Gobierno como sindicatos están buscando los apoyos parlamentarios necesarios para asegurar su tramitación en las Cortes.