
La posibilidad de que las empresas de trabajo temporal realizaran contratos fijos discontinuos supuso una de las novedades más polémicas introducida por la reforma laboral, y dos años después de la entrada en vigor de la norma los datos confirman los augurios de muchos analistas. El 46% de los contratos de puesta a disposición (CPD) realizados en los seis primeros meses del año se realizó bajo esta modalidad, un total de 896.422, un 34% más que en el mismo periodo de 2023. Ello está permitiendo a las ETTs incrementar su volumen de actividad en el último año.
Los contratos de puesta a disposición son los celebrados entre una empresa de trabajo temporal y una 'empresa usuaria' (es decir, su cliente) para la cesión del trabajador, lo que supone el pilar del negocio de estas compañías. Hasta el mes de junio acumulaban un total de 1,98 millones de firmas, un 12,1% más que hace un año. Según se contabilizan en las estadísticas que publica el Ministerio de Trabajo, cada CPD equivale a un llamamiento, por lo que la cifra es mayor que el número de trabajadores cedidos, que se sumaron 1,1 millones, un 6% más que en 2023. Sin embargo, este dato de cesiones de personas físicas se considera una aproximación y, además, no viene desglosado por tipo de contrato del trabajador, como sí ocurre con los CPD.
La reforma laboral pactada por el Gobierno, la patronal y los sindicatos a finales de 2021 restringía la firma de contratos temporales, lo cual apuntaba directamente a la línea de flotación de la actividad de estas empresas. Las previsiones iniciales auguraban un desplome por la supresión de los contratos por obra y servicio (que suponían el 37% de los CPD) y las limitaciones a los contratos eventuales por circunstancias de la producción (los CPD bajo esta categoría se redujeron un 23% entre 2021 y 2023).
Pero la propia norma introdujo un 'flotador' al que aferrarse para estas empresas: la posibilidad de contratar fijos discontinuos para ponerlos a disposición de sus clientes. Esta fórmula fue aceptada como un 'mal menor' por los sindicatos, aunque advirtieron de que esto iba a disparar la volatilidad y precariedad de estos contratos, en principio indefinidos y ligados a actividades estacionales y recurrentes en condiciones muy concretas.
Además, reducía el coste de los empleos para estas empresas, ya que los fijos discontinuos que pasan a la inactividad hasta el nuevo llamamiento no reciben la indemnización por caducidad del contrato (12 días por año trabajado) que sí perciben los temporales.
Lo que dicen los datos
Lo que revelan las estadísticas que publica el Ministerio de Trabajo es que ha habido un retroceso en la actividad de las ETTs (medida en números de CPDs) del 10,6% entre 2021 y 2023, que se tradujo en la pérdida de un 5% de las ETTs registradas (que se redujeron de 247 a 232). Pero la tendencia empieza a invertirse. En los seis primeros meses del año, los contratos de puesta a disposición han crecido un 12,1% respecto al mismo periodo de 2023. Y la clave de ello está en los fijos discontinuos, cuya evolución han compensado con creces la desaparición de los eventuales por obra y servicio y moderado el impacto del retroceso de los demás temporales.
El fenómeno se ha producido de manera continua desde marzo de 2022, cuando concluye la 'vacatio legis' de tres meses dada por la reforma para que las empresas, incluyendo las ETTs, se adaptaran a la liquidación de los contratos por obra y servicio y contemplaran a los fijos discontinuos como alternativa.
Así, en junio se registraron 165.648 contratos de puesta a disposición de trabajadores fijos discontinuos, un 46% del total. En el acumulado de los primeros 6 meses, la cifra alcanza los 896.422, un 45,3% y un 34% más que en el primer trimestre del año anterior. En el mismo intervalo, los contratos eventuales por obra y servicio solo han repuntado un 0,4% y suman el 48% del total, frente al 62% previo a la reforma laboral.
Así, las empresas de trabajo temporal que han apostado por estos contratos han modular mejor el 'golpe' de la reforma laboral. Aunque esto despierta las críticas en las que coincidendesde los sindicatos a expertos como los de Fedea, que acusan a las ETTs de estar detrás de la precarización de los fijos discontinuos desde la puesta en marcha de la reforma laboral. Esto ha llevado a Trabaja a endurecer el control sobre las ETTs y un supuesto uso 'irregular' de los fijos discontinuos, incluyendo una campaña de inspección.
Seis cesiones por contrato
El sector se defiende asegurando que firman relativamente pocos contratos fijos discontinuos, apenas un 15% del total de los registrados bajo esta modalidad por el SEPE en 2023. En lo que va de 2024 el porcentaje se ha reducido al 11,8%, según las estadísticas de Trabajo, que también revelan que solo un 13,4% de los contratos realizados por ETTs son fijos discontinuos, mientras que el 80,8% son eventuales por circunstancias de la producción.
La discrepancia con los datos de los CPD se explica porque, como señalábamos al principio de este artículo, estos son los diferentes llamamientos que reciben los trabajadores contratados para ser puestos a disposición de sus clientes. En este sentido, en los seis primeros meses del año las ETTs registraron 1,1 millones de contratos en los servicios públicos de empleo, frene a 1,98 millones de CPD. Esto arroja una ratio de 1,78, si bien esta fluctúa enormemente según el tipo.
Los contratos eventuales por circunstancias de producción registran una relación de 0,9 (la mayoría de los formalizados generan un único CPD) pero entre los fijos discontinuos se dispar al 5,8. Algo coherente con el hecho de que el 13,4% de los contratos firmados por ETT sumen el 46% de sus CPD.
Aunque el análisis se complica aún más si tenemos en cuenta que el número de contratos notificados por las ETT no equivale al número de trabajadores afectados. Según los cálcuos de Trabajo, las ETTs solo contrataron a 428.594 personas físicas en los seis primeros meses del año, lo que arroja a 4,6 por cada CPD. Aunque en este caso, la información tampoco viene desglosada por tipo de contrato, sabemos que la ratio es cuatro décimas superior a la registrada a mediados de 2023 (un 4,2),si bien el pasado ejercicio cerró con una ratio de 5,2, exactamente la misma que en 2021.
A falta de mayor información sobre la situación de los fijos discontinuos contratados por ETTs, los datos apunta a que explicarían que, a pesar de la reducción de los contratos temporales propiamente dichos, la volatilidad de los puestos cedidos por ETTs siguen en niveles similares a los de antes de la reforma laboral, sin que los controles de Trabajo hayan dado fruto por ahora.
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