
El año 2023 batió, de nuevo, el récord del número de trabajadores en pluriactividad, con 809.009 afiliados medios, lo que equivale al 3,9 % del total de los que registra la Seguridad Social. Sin embargo, estas cifras arrojan una sombra de duda sobre las propias estadísticas de empleo que el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social publica cada mes. La clave es que estos afiliados cuentan al menos dos veces en las estadísticas, una por cada puesto por el que cotizan.
El 'efecto pluriempleo' en las estadísticas de afiliación es bien conocido, pero ignorado en el análisis de las estadísticas de empleo. Hay varias razones para ello: la principal es que no se recoge en las estadísticas mensuales de afiliación. La única estadística que refleja estas cifras es el Anuario de Estadísticas Laborales que actualmente publica el Ministerio de Trabajo y Economía Social y que, como su propio nombre indica, recopila los datos de afiliados medios del año anterior.
Aunque la fuente es la misma, entre ambas hay una discrepancia importante: los datos mensuales insisten en hablar de trabajadoras como si cada afiliado correspondiera a una persona física. El Anuario matiza esta conclusión en sus notas metodológicas incide en que el número de afiliados "no se corresponde necesariamente" con el de trabajadores, sino con el de situaciones que generan obligación de cotizar: "es decir, la misma persona se contabiliza tantas veces como situaciones de cotización tenga".
Esto en el caso del pluriempleo implica que las personas que cotizan por un segundo empleo cuentan dos veces. Es decir, que hay 809.009 afiliaciones 'fantasma'. El propio Anuario confirma esta sospecha. Tras recordar que "las cifras que se recogen en estos cuadros corresponden a las situaciones de pluriempleo que generan obligación de cotizar", explica que a partir de la información que contienen "se puede obtener el número de personas afiliadas".
"Para ello, debe restarse de las cifras que figuran en los cuadros referidos a trabajadores, pero que realmente recogen situaciones que implican obligación de cotizar (...), las que se incluyen en éstos". Es decir, si el anuario recoge 20,6 millones de afiliados medios en 2023, la cifra de personas físicas se reduce un 3,9%, a 19,8, tras restar el efecto pluriactividad.
Un impacto del 4%
A la hora de analizar cómo se puede trasladar estos datos anuales a los que cada mes publica el Gobierno, hay que recalcar que en todo momento hablamos de "afiliación media". Desde 2004 el Gobierno prioriza este dato sobre el de afiliados a último día de mes (que también se publica) porque se considera que reduce el efecto de la volatilidad de altas y bajas de afiliación: solo en 2023 se registraron 25 ,9 millones de las primeras y 25,4 millones de las segundas.
Desde esta perspectiva, la principal diferencia entre los datos del Anuario y los que cada mes publica la secretaría de Estado de Seguridad Social sería el periodo temporal sobre el que se publica esa media. Sin embargo, estos últimos introducen correcciones y ajustes estacionales para reflejar mejor la evolución del mercado laboral, por lo cual extrapolar el efecto pluriempleo se complica. Aun así, no parece que este trabajo de ajuste estadístico haya depurado las afiliaciones múltiples, con lo cual hablar de "personas físicas" no parece demasiado correcto. La duda sigue siendo el volumen de la divergencia si se calcula sobre los datos mensuales. .
En cualquier caso, este decalaje no es imputable al Gobierno actual. El Anuario cuantifica el efecto pluriempleo desde 2002, pero nunca se ha publicado a nivel mensual. Aunque hubo un importante repunte proporcional de sus cifras en los años posteriores a la Gran Recesión. Aun así, el Ejecutivo considera que el efecto de la distorsión se mantiene relativamente estable en 2023, por debajo del 4% de la afiliación (el mismo porcentaje que hace un año), y está por ver si se rebasa en 2024.
El hecho es que el pluriempleo crece a su menor ritmo en los dos últimos años, tras el 'frenazo' del mercado laboral en 2020. De hecho, también crece menos que en los ejercicios posteriores a la crisis financiera, lo cual puede reflejar una cierta desaceleración en la actividad y la creación de empleo. Pero esta no es la única explicación posible.
La otras es que el pluriempleo aumente, pero los trabajadores declaren menos esos empleos secundarios, es decir, se integren en la denominada 'economía sumergida'. Un dato que apunta en esa dirección es que los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) recogen un incremento interanual mucho más intenso que el que reflejan los datos de afiliación en el último año(7,4% frente al 3,9% de Seguridad Social),aunque la brecha entre ambas se ha reducido un 9,9% desde los máximos de 2019.
Eso sí, hay muchos menos ocupados EPA pluriempleados que afiliados, una brecha que puede responder a que esas personas no solo tienen un segundo empleo, sino también un tercero o incluso o un cuarto. Aunque como recuerda el investigador de Fedea, Florentino Felgueroso, los ocupados con empleos secundarios 'en B', es decir, no declarados a la Seguridad Social, no suelen reconocerlo cuando les pregunta por su actividad otro organismo público, como el Instituto Nacional de Estadística (INE) no suelen reconocer.
Una razón adicional para revisar las estadísticas, sobre todo si recordamos que el pluriempleo está considerado como uno de los factores clave de la economía sumergida. Precisamente un informe del Parlamento Europeo publicado en 2022 señalaba directamente el peso de este factor en el caso de Grecia, pese a que este país tiene una tasas de pluriempleo (medida en términos EPA) muy inferior a la española.
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