Economía

Telegrama urgente para la Fed: la inflación de EEUU cayó más de lo esperado en mayo con el IPC retrocediendo al 3,3%

Foto: Alamy

La inflación trae buenas noticias para EEUU justo en el ecuador de la reunión de política monetaria de dos días que está celebrando entre este martes y este miércoles la Reserva Federal, encargada de mantener bajo control la subida de los precios. El índice de precios al consumo (IPC) de EEUU retrocedió en mayo una décima hasta el 3,3% interanual, cuando los analistas esperaban que se mantuviese en el nivel de abril. El IPC subyacente, que excluye energía y alimentos, desaceleró dos décimas -una más de lo esperado- hasta el 3,4%, el dato más bajo desde abril de 2021. En lectura intermensual, el IPC general se quedó en el 0% (se esperaba un 0,1% y se venía de un 0,3%) y el subyacente cayó a un esperanzador 0,2% -en realidad un 0,163%- cuando se esperaba de nuevo un 0,3% que en abril ya trajo algo de tranquilidad después de tres lecturas seguidas en el 0,4%. Aunque los datos interanuales aún están lejos del objetivo del 2% que marca la Fed y esta lectura no influirá en la reunión sobre la que esta misma tarde se pronunciarán los funcionarios del banco central, el panorama es algo más optimista. La Fed parece ir encontrando hueco para poder bajar los tipos de interés antes de que acabe el año.

La fortaleza de la economía de EEUU tras la pandemia -especialmente su mercado laboral- y unas preocupantes lecturas de inflación al alza en el primer trimestre del año han cerrado mucho la ventana para que la Fed pueda aflojar el yugo y comenzar a bajar unos tipos de interés llevados a la carrera por encima del 5% que han acogotado a hogares y empresas del país. Si tras la inmaculada senda de desinflación de 2023 se esperaba en Navidades que el banco central pudiera recortar los tipos hasta seis veces en 2024, las apuestas han llegado a recoger solo una. Incluso hubo ciertos cantos de sirena entre los analistas para volver a subirlos dada la persistencia de la inflación. Un extremo que enseguida han negado unos funcionarios de la Fed que, en todo caso, se han manifestado repetidamente a favor de esperar y ver.

Este dato llega después de que sobre la mesa de la Fed se hayan depositado datos macro de distinto pelaje que han avivado la confusión en las últimas semanas. Por un lado, el deflactor del consumo privado (PCE) subyacente, en teoría el indicador fetiche sobre inflación de la Fed, arrojó una lectura intermensual del 0,2% en abril compatible con el rumbo de desinflación que se pretende recuperar. En la misma dinámica, el muy observado por los funcionarios del banco central dato de vacantes de empleo (encuesta JOLTS) registró una bajada mayor de lo esperado en abril, cayendo a niveles no vistos desde febrero de 2021. Este indicador se toma como el reflejo de un mercado de trabajo más o menos tenso con mayores o menores presiones salariales y, por ende, inflacionarias. Sin embargo, el pasado viernes, el dato oficial de empleo, casi una obsesión para los mercados, recogía otra excepcional cifra de nóminas no agrícolas en mayo, lo que volvía a arrojar dudas sobre el espacio de la Fed para empezar a recortar los tipos como han hecho otros bancos centrales a este lado del Atlántico, como el Banco Central Europeo (BCE).

La euforia desatada por este dato de IPC más débil de lo esperado se ha reflejado en el mercado con un nuevo cambio en las expectativas sobre los tipos de interés. Los operadores han vuelto a darle más probabilidades a un primer recorte de la Fed en septiembre, llegando estas al 72%. Asimismo, las apuestas descuentan ahora una bajada de tipos completa en noviembre y otra en diciembre. A falta de saber qué nivel de tipos para finales de año telegrafían los miembros de la Fed esta tarde en su diagrama de puntos trimestral, el escenario que compra el mercado ha hecho bajar el rendimiento del bono del Tesoro a dos años, el más ligado a la trayectoria inmediata de los tipos oficiales, 13 puntos básicos hasta el 4,7%. En la misma línea, el dólar ha llegado a perder un abismal 0,8% frente al euro.

Analizando con más detalle el informe de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) del Departamento de Trabajo con el dato de IPC, los precios de la gasolina cayeron en mayo un 3,5% intermensual y los de los alimentos sólo subieron un 0,1%. Los precios de la vivienda, grandes culpables del enquistamiento de las últimas lecturas, aumentaron un 0,4% intermensual y se produjo un inesperado repunte del 0,5% intermensual en los precios de los vehículos usados. Los precios de los medicamentos de venta con receta aumentaron un 2,1%. Por otra parte, las tarifas aéreas bajaron un 3,6%, los precios de los vehículos nuevos cayeron un 0,5% y, en contraste con la tendencia reciente, los precios de los seguros de automóviles disminuyeron un 0,1% mensual.

La ralentización de la presión inflacionista se debe sobre todo a los precios de los servicios, típicamente intensivos en mano de obra, que antes habían subido mucho debido a los elevados aumentos salariales. El aumento de los servicios incluidos en el índice subyacente fue sólo del 0,2% en mayo, tras el 0,7% de enero, el 0,5% de febrero y marzo y el 0,4% de abril, explican en una nota para clientes Christoph Balz y Bernd Weidensteiner, economistas de Commerzbank.

Estos números han dado paso al optimismo con la próxima lectura de PCE subyacente de mayo, ya que este indicador siempre se publica con cierto retraso respecto al IPC. "Nuestros primeros cálculos sugieren que los precios del PCE subyacente aumentaron solo un 0,13% intermensual, lo que supondría un 1,6% anualizado. Este es el tipo de datos por debajo del objetivo que los responsables de la Reserva Federal, como Christopher Waller, estaban esperando. Aún necesitamos varios meses más, pero los fundamentos son alentadores. Una bajada de tipos en septiembre sigue en juego, incluso si los funcionarios de la Fed prevén sólo una bajada de tipos en la actualización de su diagrama de puntos".

"Sin duda es una buena noticia para la Reserva Federal que los elevados aumentos de precios observados a principios de año no hayan continuado. Por tanto, la 'joroba inflacionista' del primer trimestre parece cada vez más un fenómeno atípico. No obstante, la Fed ha dejado claro en repetidas ocasiones que la relajación de la inflación debe observarse durante un periodo de tiempo más largo. Por lo tanto, de momento seguirá esperando y no modificará los tipos de interés. Esperamos la primera bajada de tipos en diciembre", opinan los analistas de Commerzbank.

Los economistas alemanes recuerdan que el año pasado la tendencia al alza de los precios también se calmó notablemente a principios de verano, pero resultó ser temporal. Por lo tanto, insisten, se debe esperar a ver si las próximas cifras confirman los datos de mayo. "Creemos que el problema de la inflación sigue sin resolverse y esperamos que la inflación siga siendo demasiado alta a largo plazo debido a la rigidez del mercado laboral y a razones estructurales (demografía, proteccionismo, etc.)", lanzan como aviso.

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