
El Cercle d'Economia ha marcado el tema que definirá las jornadas que anualmente celebra en Barcelona: la productividad. La entidad catalana reunirá durante esta semana a empresarios, expertos y también políticos para debatir como mejorar la economía española en un contexto geopolítico tan complejo como el actual.
Por ello, su presidente, Jaume Guardiola (1957, Barcelona) se sienta con elEconomista.es en la sede de la institución para desgranar los retos y propuestas con los que el lobby pretende influir en el devenir del panorama actual del país.
Pregunta: En la nota emitida llama mucho la atención su advertencia sobre la mediocridad a la que se puede ver abocada la economía española
Respuesta: La frase de 'una economía abocada a la mediocridad si no se actúa de manera urgente, coordinada y con determinación' es una advertencia que queríamos lanzar. Es obvio que en temas macro la economía española y catalana parece que se comporta bien, pero cuando pones estos datos por cápita ves que la realidad es diferente. Queremos recalcar que si queremos una sociedad más justa tenemos que ser capaces de competir en renta per cápita con los países europeos que marcan la pauta. La parte buena es que esto no es inamovible y en los ránquings de productividad cada año hay cambios y se puede mejorar
P: ¿Cómo se evita esta mediocridad?
R: Un factor es la composición sectorial. Por ubicación geográfica e historia, sectores como la hostelería y el turismo tienen mucho peso y tu debes trabajar para lograr un mejor balance con actividades de mayor valor añadido. Luego hay otro tema que es el tamaño de las empresas, que en el país hay empresas más pequeñas y son menos productivas. Pero hay muchas iniciativas: hay que incrementar el porcentaje del PIB destinado a innovación, mejorar las infraestructuras, hacer un plan de educación o simplificar la administración.
Elogian al País Vasco, ¿por qué?
Es la única comunidad que no ha perdido productividad respecto a Europa. Evidentemente tiene influencia el modelo de financiación que tienen, pero creemos que el factor más importante es que tienen una mirada a largo plazo. A diferencia de Cataluña, que llevamos cinco administraciones desde 2010, en el País Vasco hay una estabilidad que permite hacer cosas a años vista. Luego tienen otros retos, como el envejecimiento de la población, pero en términos de productividad es el ejemplo a seguir.
¿Y cómo valoran la política fiscal? De Cataluña se hablar desde algunas esferas como un infierno fiscal
Cataluña tiene claramente un marco fiscal peor que sus vecinos. Antes era Madrid, pero ahora empiezan también las Baleares y la Comunidad Valenciana. Esto puede tener riesgos a la hora de competir por atraer el talento y creo que la Generalitat tendrá que planteárselo en algún momento. Sí que es cierto que Europa tarde o temprano tendrá que ponerse seria con la competencia fiscal entre territorios, porque al final son los que tienen mayores ingresos y consumen menos recursos los que se pueden mover. Hay que destacar, por eso, que en España hay unos tipos relativamente altos, pero la recaudación no es tan alta. Esto tiene una razón: la economía sumergida existente.
Algo que se arrastra es el gran pacto de Estado en educación, ¿todavía confían en que se pueda dar?
Creemos que sí, que es posible. Al final los países que han ido bien son aquellos que han tenido un plan poco politizado, diseñado por expertos y que se vaya evaluando periódicamente y cambiado aquellos puntos que no funcionen. Requiere de acuerdos políticos, claro, pero sí que habría que plantearlo en todas las etapas. La primaria con el incremento de la inmigración, la secundaria con los malos resultados del informe Pisa, en formación profesional se están dando pasos en la dirección correcta y luego inequívocamente la universidad, que necesita clarísimamente hacer una revisión de gobernanza. Hay además un factor como son unos sindicatos muy corporativistas que tampoco ayuda.
Las jornadas de este año llegan dos semanas después de las elecciones catalanas, ¿cómo valora la situación política?
En primer lugar, creemos que Cataluña necesita estabilidad. Para empezar, acabar las legislaturas. No puede ser que hace cuatro días haya habido elecciones y ya se esté hablando de repetición electoral. Esto son el tipo de cosas que provoca desapego hacia la política, como se está viendo entre la gente más joven. Luego, en Cataluña el eje nacional ha dividido en dos a la clase política cuando seguramente muchos de los puntos ideológicos no eran tan diferentes. Pedimos romper esta política de bloques, aunque no nos metemos en la composición ni la fórmula política. Se trata de volver hacia el centro.
¿Confía en que no habrá repetición electoral?
Quiero ser optimista y creo que al final se impondrá el sentido común, pero estamos poniendo a prueba la democracia desde hace tiempo. Cuesta de entender como un partido de izquierdas termina provocando unas elecciones por motivos electoralistas o personales por unos presupuestos históricamente expansivos, que casi como economista te hacen pensar si este nivel de gasto es sostenible en el tiempo.
¿Y el Cercle que propone en materia de financiación?
Nosotros en 2018 hicimos una propuesta ya para que el Estado y las comunidades puedan compartir bases fiscales y que cada uno pueda tener su parte para pagar sus gastos. Sería una reforma que iría más allá de un mero retoque, pero creemos que es asumible y realista, políticamente. En la financiación, además, lo que sí pedimos es que se tenga en cuenta el coste de la vida a la hora de hacer los cálculos de solidaridad.
¿Esto se podría hacer con el consorcio entre Estado y Generalitat que contempla el Estatut? ¿Sería con una Hacienda propia?
Bueno, esto sería el instrumento. Podría ser eso o dos haciendas 100% interconectadas para que no haya esta sensación de fragmentación de la información y que haya más dificultades para controlar los delitos fiscales. Al final lo que queremos es la corresponsabilidad fiscal y no este sistema que se liquida a dos años y no permite planificación.
Las jornadas de esta semana volverán a celebrarse con un trasfondo político muy presente
Vendrán Aragonés, Collboni, Cuerpo, Feijóo y Sánchez, sí, pero el fondo de las sesiones será la productividad. El miércoles lo dedicaremos a la geopolítica en un momento complejo como el que vivimos, con múltiples conflictos bélicos abiertos y el jueves ya nos centraremos en productividad con mesas centradas en la empresa familiar, la inteligencia artificial o la simplificación de la administración. Y otra vez con mucha presencia de ponentes internacionales.
¿Qué consejos darán a la empresa familiar?
Será una mesa moderada por Marc Puig (Puig), que está en la junta, con Ermenegildo Zegna (grupo Zegna) y la presidenta del consejo de supervisión de Henkel, Simone Bagel-Trah, que a pesar de su gran tamaño es una empresa familiar. Explicar que hay muchos mecanismos para crecer a una tipo de empresario que es uno de los más presentes entre las jornadas y ver como se puede mantener la visión a largo plazo y el legado con el día a día del mercado.