
España e Italia están perdiendo una oportunidad única para reducir su deuda pública de forma notable sin dañar la economía. El fuerte crecimiento de la economía y una inflación relativamente elevada, junto a cierta disciplina fiscal, está ayudando a Portugal, Grecia o Chipre a rebajar su deuda de forma notable. Sin embargo, la deuda española (también la italiana) está reduciéndose de forma mucho menos acusada. Aprovechar los ciclos expansivos de la economía para reducir la deuda resulta fundamental para poder absorber los shocks y recesiones del futuro con garantías. Es cierto que España (no Italia) partía de unos niveles de endeudamiento más reducidos que el resto de PIGS (siglas despectivas adoptadas por la prensa anglosajona para llamar los países que protagonizaron una crisis de deuda soberana), pero desde 2019 a esta parte la diferencia se ha reducido. La gran diferencia parece estar en la cronificación del incremento en el gasto público que se produjo durante la pandemia del covid.
No hay nada más permanente que una medida temporal del gobierno, decía el economista Milton Friedman. En España parece suceder algo así con el gasto público. El Gobierno levantó un gran escudo temporal para proteger a la población de la pandemia del covid, disparando el gasto público sobre PIB, que pasó del 41% hasta el 51% (hoy ronda, todavía, el 47%), mientras que en Italia este ratio subió del 48,5% al 56% del PIB. Desde entonces, el gasto en Italia y España se ha ido reduciendo a un ritmo muy moderado, mucho más despacio que en el resto de los países que conforman los PIGS. Este desequilibrio está dejando en España un déficit estructural excepcionalmente alto.
"En España, como también ocurre en otros países, el gasto público sigue siendo mucho más alto como porcentaje del PIB que justo antes de la pandemia (4,2 puntos porcentuales) ... Además, España entró en la pandemia en una posición fiscal mucho peor que otras economías del sur de Europa, con un déficit primario considerable y un déficit general superior al 3% del PIB", explica Daniel Kral, economista de Oxford Economics, en declaraciones a este diario.
Por el contrario, Portugal, Chipre y Grecia han vuelto prácticamente a los mismos niveles de gasto público sobre PIB, lo que junto a un fuerte incremento del crecimiento económico y la inflación les han permitido reducir sus niveles de deuda forma abismal, como se puede ver en el gráfico. La reducción de la deuda pública en los PIGS va dos velocidades muy diferenciadas: España e Italia se han atascado (incluso aumenta desde 2019), mientras que la deuda en Grecia y Portugal cae con fuerza.

Un ejemplo extremo sería el de calcular la deuda sobre PIB desde los máximos del covid: Portugal ha rebajado la suya en 40 puntos, mientras que Grecia lo ha hecho casi en 50 puntos. Por el contrario, en España la deuda ha caído en 18 puntos sobre PIB y en Italia en 21 puntos, lo que deja a España como el país de los PIGS que menos ha reducido su endeudamiento público desde los máximos del covid.
No obstante, si este análisis se realiza desde antes de la pandemia, desde el año 2019, también queda demostrado que España e Italia son las economías que han realizado un menor esfuerzo, puesto que son las únicas que no han logrado devolver su endeudamiento a los niveles previos al covid.
España e Italia apenas reducen su deuda
Daniel Kral comenta que "desde finales de 2019, la relación deuda pública/PIB de España ha sido que más aumentado entre los países PIGS. Es un aumento de casi 10 puntos porcentuales del PIB, mientras que en Italia es de 6 puntos porcentuales, frente a la caída que se ha producido en Portugal y Grecia". No obstante, este experto cree que Italia podría estar incluso peor que España, "pero el ratio de deuda de Italia aún no incluye el impacto total del muy costoso plan del Superbonus para la vivienda. La deuda de España podría mejor que la de Italia una vez que esto se tenga en cuenta".
Italia tiene el mayor déficit de la Unión Europea de lejos, con un desequilibrio del 7,4%, una cifra más propia de un país en plena recesión. Muchas veces, cuando se habla de finanzas públicas o de economía en general, Italia parece convertirse en el único 'consuelo' de España. España ha conseguido reducir su déficit hasta el 3,6% del PIB en 2023. Sin embargo, estas cifras siguen muy lejos del superávit del 1,2% sobre PIB de Portugal, del 3% de superávit de Chipre e incluso del déficit del 1,6% que han arrojado las finanzas públicas de Grecia el año pasado.
Kral cree que estos países deberían redirigir sus políticas de gasto e implementar reformas estructurales que incrementen el crecimiento potencial para poder reducir la deuda a través de un mayor incremento del denominador (el PIB). Esto permite incrementar la sostenibilidad del endeudamiento público sin generar sufrimiento en la economía: "Los políticos deberían centrarse en reformas que fomenten el crecimiento y evitar la tentación de aumentar el gasto, particularmente en transferencias. La proporción todavía grande de los fondos estructurales de la UE y de los fondos de la era de la pandemia que se absorberá en los próximos años presenta una gran oportunidad para impulsar el crecimiento y, por tanto, reducir la deuda", asegura Kral en declaraciones a elEconomista.es.
España ha mantenido durante un prolongado periodo de tiempo muchas de las políticas fiscales dirigidas a amortiguar el golpe del covid y la subida de la inflación. Al mismo tiempo, España se ha situado en los puestos de arriba en la creación de empleo público en la zona euro, mientras que el coste de las pensiones se ha disparado también a gran velocidad con las últimas reformas. Todo ello está incrementando la parte del gasto corriente del sector público y dificultado la reducción futura de la deuda. Aunque a día de hoy las perspectivas parecen positivas, si llega el momento en el que la inflación vuelve a los valores previos a la pandemia y el crecimiento se modera, España tendrá muy difícil reducir su deuda.
Pese a todo, Kral ofrece una visión positiva de cara al futuro: "En los últimos trimestres, el déficit se ha ido reduciendo y el déficit primario es actualmente el más pequeño entre las cuatro economías más grandes de la eurozona (1,2% del PIB), en gran parte gracias al fuerte crecimiento... Esperamos que continúe disminuyendo suavemente debido a un efecto de bola de nieve positivo (la diferencia entre el crecimiento nominal y el interés efectivo pagado para servir la deuda). De hecho, en los próximos años, si el crecimiento y la inflación se estabilizan en torno al 1,5% y el 2% respectivamente, España podrá mantener un pequeño déficit primario (es decir, déficit antes de pagos de intereses) con la deuda todavía en una trayectoria descendente", asegura este experto.