Economía

Bruselas revela que España aún desperdicia el 20% de su fuerza laboral

Foto: EP

Pese a la evolución positiva de los últimos años, el mercado de trabajo español sigue sin poder quitarse la etiqueta de ser el más ineficiente de la Unión Europea. Según los últimos datos de Eurostat, desaprovecha el 20,1% de sus potenciales trabajadores, lo que equivale a un total de 5,1 millones de personas que siguen atrapadas en el desempleo o en la precariedad laboral. Aunque el porcentaje se sitúa en mínimos de la serie histórica, supera con creces a la del resto de los Veintisiete, cuya media se sitúa en el 12%.

Según la Encuesta de Fuerza Laboral (LFS por sus siglas en inglés) anual elaborada por Eurostat, en 2023 había 2,94 millones de parados en España, a los que se suman 1,04 millones de personas sin trabajo que no entran en la categoría de desempleados. Existen dos supuestos: desempleados que están disponibles para trabajar, pero no buscan empleo (el conocido como 'efecto desánimo'), que suman unos 780.000 y los que sí buscan trabajo, pero no están disponibles, que alcanzan las 257.000 personas. Además, se incluyen otros 1,1 millones de ocupados subempleados que trabajan a tiempo parcial y quieren hacerlo más horas.

Estos cuatro supuestos componen la denominada 'holgura laboral', una métrica que analiza el volumen real de la mano de obra disponible de un país, más allá del concepto de población activa, que solo recoge a ocupados (sin distinguir sus condiciones laborales) y a parados 'propiamente dichos' (personas sin trabajo que lo buscan activamente y están disponibles) .

Así, la tasa de holgura del 20,1% no se calcula sobre esta suma, sino sobre el total de la "fuerza laboral extendida", incluyendo los colectivos de desempleados excluidos del paro y desglosando a los trabajadores que lo hacen menos tiempo del que desearían. En otras palabras: es el porcentaje total de trabajadores que la economía española desaprovecha y obliga a permanecer en el desempleo (muchos escondidos tras el 'efecto desánimo') o en puestos de apenas unas horas.

Sin embargo, el componente que sitúa a España a la cabeza de sus vecinos es el paro 'convencional', es decir, las personas sin trabajo que buscan activamente empleo y están disponibles, que aportan 11,7 puntos porcentuales, más de la mitad, a la tasa de holgura laboral.

Por su parte los desempleados excluidos del paro suman 4,1 puntos, menos que en países como Italia, donde llegan al 8,1% (pases a que el país trasalpino tiene una tasa de paro del 7%), pero también que Suecia (5,9%), Finlandia (5,4%) y varios más. De hecho, para la zona euro el porcentaje llega al 4%, un nivel muy cercano al español.

No se puede decir lo mismo del subempleo. Supone 4,4 puntos de la holgura (tres décimas menos que hace un año), aunque siempre ha sido el segundo porcentaje más alto de la UE después de Países Bajos. Sin embargo, en 2023 ha bajado a tercera posición tras el fuerte repunte en esta variable sufrido por Irlanda (que ha lo ha incrementado del 3,9% al 4,5%). En cualquier caso, la foto fija para 2023 no muy diferente a la de los años anteriores. España lleva liderando la tasa de holgura laboral europea desde 2011, cuando sobrepasó los datos de Lituania.

Un descenso insuficiente

Aunque los datos de 2023 marcan el mínimo de la serie histórica, aunque hay que tener en cuenta que esta no solo llega a 2009, cuando tras el estallido de la burbuja inmobiliaria el paro se había disparado hasta los 4,1 millones y la holgura hasta los 6,3 millones. La tasa se situó entonces en el 25,9%, pero en los años siguientes creció hasta alcanzar el 36,6% en 2013, con 8,9 millones de potenciales trabajadores 'desperdiciados'.

Desde entonces se produce un descenso continuado hasta un 22,7 en 2019. Aunque la tendencia se invierte abruptamente en la pandemia: en 2020 sube de nuevo al 25,2%, marcado por un repunte del paro y los desempleados inactivos que no buscaban empleo.

A partir de 2022, coincidiendo con la aprobación de la reforma laboral, la mejoría se acelera y rompe el suelo marcado antes de la pandemia, si bien aún no ha bajado de la cota del del 20%.

La mejoría es mucho más intensa en el descenso del número paro, seguido del de los inactivos. Por su parte, los 'desanimados' dispuestos a trabajar pero que no buscan empleo se han seguido moderado, mientras los no disponibles han repuntado en más de 60.000, algo que puede responder al peso de los fijos discontinuos.

En todo caso, la holgura no incluye otros factores que afectan a la calidad del mercado laboral, como la temporalidad (que se ha reducido en casi diez puntos tras la reforma laboral) o la rotación laboral. Pero es un factor que considerar mientras en la zona euro se sigue hablando de la falta de mano de obra y el impacto que sigue teniendo en variables como la inflación.

En este sentido, una elevada holgura laboral implica un mayor volumen de potenciales trabajadores disponibles y una cierta ventaja competitiva sobre mercados laborales con mayor tensión entre oferta y demanda de trabajadores, como es el caso de Alemania. Pero en España ocurre al revés: tiene una de las menores tasas de vacantes de la UE, lo que apunta a que nuestro país sigue lejos de corregir sus problemas para absorber el potencial de la mano de obra disponible, que retroalimenta la holgura laboral incluso en momentos en los que el empleo crece.

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