
El Plan de Recuperación, dotado de casi 800.000 millones de euros, que se puso en marcha desde la Unión Europea para hacer frente al golpe económico de la pandemia llega a mitad de su camino. Bruselas estima que el impacto de los fondos Generation en el Producto Interior Bruto (PIB) español será del 3,5% hasta 2026, el tercer país de la UE en el que tendrá una influencia más positiva, a la par con Bulgaria.
El 3,5% de España se sitúa por encima de la media comunitaria para la que el Bruselas ha rebajado sus previsiones y estima que su PIB se elevará un 1,4% con los fondos Next Generation. La expectativa de España está en paralelo con Bulgaria, aunque por detrás del 4,5% de impacto que el plan de Recuperación tendrá sobre el PIB de Grecia, frente a un escenario sin fondos Next Generation, y el 4% de Croacia.
Lo explicó el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, en rueda de prensa: las simulaciones de la Comisión estiman que "puede aumentar el PIB real de la UE hasta un 1,4% en 2026, en comparación con una situación sin Next Generation. Esto no incluye los efectos beneficiosos de las numerosas reformas que se están llevando a cabo a través del Plan de Recuperación, que se dejarán sentir gradualmente a lo largo de los próximos años y décadas".
Quizás este punto explique las divergencias con otras estimaciones previas. Hace un año, el Banco de España calculaba que el Plan de Recuperación elevaría el PIB hasta un 1,75% al año en el próximo lustro. La exministra de Economía, Nadia Calviño, aseguraba "permitirá incrementar el PIB de España en 2,6 puntos porcentuales durante los próximos diez años, en el período 2021-2031". Aunque los pronósticos anteriores de la Comisión Europea se situaban en la misma línea que las de ahora: "aumentará el PIB de España en entre un 2,7% y un 3,5%", según estimaba tras la presentación de la revisión del Plan de Recuperación el pasado agosto.
Tal y como menciona el informe, la investigación del Banco Central Europeo (BCE) prevé que, para 2026, los Next Generation podrían impulsar el PIB de la zona del euro hasta un 1,5%. Por ejemplo, pone a Italia y España, que figuran entre los principales beneficiarios, donde estima que la proporción de deuda pública en relación al PIB podría disminuir en más de 10 puntos porcentuales de aquí a 2031.
Según revela el informe de medio plazo de Bruselas, a fecha de febrero de 2024, España se sitúa en segundo lugar entre los países que han cumplido el mayor número de hitos y objetivos, un total de 121 de los incluidos en el plan de recuperación. Se sitúa por detrás de Italia, con 187 pero por delante de Croacia, con 104.
El Plan de Recuperación se diseñó para apoyar a los Estados miembros con menores ingresos y más vulnerables, que se habían visto más afectados por la pandemia. La asignación de fondos del Plan de Recuperación contrarresta la divergencia económica. Los Estados miembros con un PIB per cápita inferior a la media son los que experimentarán un mayor impulso en sus niveles de PIB gracias a las importantes inversiones del Plan de Recuperación, según apunta el informe hecho público este miércoles por la Comisión Europea.
La revisión de medio plazo del Plan de Recuperación se refiere a la reforma laboral en España que "generalizó el uso de contratos indefinidos e incentivó la flexibilidad de las empresas, logrando un equilibrio largamente esperado entre la protección de los trabajadores y la flexibilidad de las empresas". En este sentido el informe recurre a datos del Banco de España que confirman que la "reforma cumplió sus objetivos de aumentar el número de contratos indefinidos y reducir el número de contratos temporales o de duración determinada".
Distribución de recursos
El informe pone el foco, además, en que la preocupación por la canalización de recursos hacia zonas más desarrolladas se planteó especialmente en España e Italia, los principales beneficiarios de la financiación del plan, donde los territorios con una mejor capacidad institucional y un ecosistema productivo más pujante también son más capaces de elaborar propuestas de proyectos y atraer financiación. No obstante, la dimensión territorial no se limita a la canalización de recursos hacia determinados tipos de territorio; también afecta a la participación de las partes interesadas y al enfoque de la inversión.
Han sido dos las autoridades regionales españolas que pidieron una "regionalización" del Plan de Recuperación, según el informe: el gobierno vasco y la diputación de Barcelona. Reclamaban una mayor participación de las autoridades regionales en el diseño del plan y en la ejecución, con la gestión directa de una mayor parte de los recursos. También pidieron una mayor flexibilidad de aplicación, por ejemplo, reduciendo los objetivos si se ha sobrestimado la demanda o para tener en cuenta la inflación y ampliar el plazo más allá de 2026, señalando los proyectos transformadores y estratégicos que requieren más tiempo.
España está pendiente, actualmente, de la cuarta solicitud de pago del Plan de Recuperación, dotado de 10.021 millones de euros en ayudas, ante el impás que atraviesa la reforma del subsidio por desempleo que podría derivar en que Bruselas aplique un pago parcial. El plan de Recuperación español está dotado de 163.000 millones de euros, de los cuales 80.000 millones de euros son préstamos y 80.000 millones de euros son transferencias. Hasta la fecha se han desembolsado 37.000 millones de euros de los tres primeros pagos de los fondos Next Generation, el último en abril de este año. De estos 37.000 millones, algo más de 9.000 millones de euros se han concedido en forma de prefinanciación.
No habrá extensión más allá de 2026
Las demandas de algunos Gobiernos de ampliar el plan de Recuperación más allá de 2026 no tienen visos de verse cumplidas. "Sabemos que algunas autoridades e instituciones nacionales, aunque no todas, desearían una mayor flexibilidad tanto en el proceso de evaluación de los hitos y objetivos como en el procedimiento de revisión de los planes. Y estamos dispuestos a buscar formas de abordar estos retos, sin reabrir el marco jurídico", indicó Gentiloni.
Más claro fue el vicepresidente económico de la Comisión Europea que señaló que "no podemos estar reprogramando constantemente nuestro plan" y que "la ejecución de todas las reformas e inversiones incluidas en los planes debe acelerarse", tal y como recoge informe. "Al fondo de recuperación le quedan algo menos de tres años de vida y, en muchos sentidos, la segunda mitad de su vida será más complicada que la primera a medida que las inversiones llegan a una etapa crítica", complementó el comisario italiano.