Economía

La inversión productiva cae cinco puntos desde la pandemia pese a los fondos 'Next Gen'

Inversión en la economía española. EE
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El detalle del crecimiento de la economía tras la crisis de la pandemia y los sucesivos shocks externos revela una recuperación desigual, con la inversión productiva como único indicador de la demanda interna que sigue por debajo del nivel pre-Covid. Este registro se mide a través de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) y cerró el cuarto trimestre de 2023 5,1 puntos por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019. El despliegue de los fondos 'Next Generation EU' no está generando el clima inversor ni la transformación estructural de la economía española que se esperaba, con bloqueos en proyectos estratégicos que atrasan la movilización del dinero.

"La inversión tiene un comportamiento muy pobre, es el único componente que no ha recuperado los niveles previos a la pandemia" , resume Miguel Cardoso, economista jefe para España de BBVA Research. El pasado 2023 tenía la expectación de ser el año en el que la financiación europea tomara velocidad de crucero e impulsara la inversión empresarial en España. El endurecimiento de los tipos también ha influido en el repliegue de este dato, que retrocedió 1,2 puntos durante el curso.

Tal y como apunta Cardoso, de BBVA Research, "los fondos europeos no han tenido el impacto esperado en tiempo y magnitud sobre le economía española. Había expectativas de ayudar a recuperar la actividad tras la pandemia, pero la ejecución ha sido menor de lo previsto. Del paquete de 80.000 millones de euros en transferencias, solo 30.000 millones han llegado a las empresas". De fondo surgen problemas burocráticos, de falta de personal para distribuir un enorme paquete de transferencias y también de excesiva regulación, según el economista.

Los expertos dudan de un impacto diferencial de los fondos europeos hasta la fecha marcado, además, por los grandes perceptores de la financiación: empresas públicas, centradas básicamente en Adif para descarbonizar el transporte, y la importación de bienes. De hecho, las valoraciones hasta la fecha restan optimismo al impacto de los Next Generation sobre el PIB español.

Parte del dinero europeo se ve mermado en el exterior: los españoles importan bienes como los paneles solares o los vehículos eléctricos chinos. "A largo plazo, esto mejora la descarbonización de la economía como efecto positivo. Pero a corto plazo no tiene todo el impacto deseado sobre la actividad sin producción directamente en España", indica Cardoso.

Es una de las tesis que apoyarían que España está usando los fondos para mejorar el crecimiento con carácter coyuntural (cortoplacista) y no estructural (a largo plazo). Los proyectos estratégicos de los Pertes, que tienen presencia en negocios de alto valor añadido como el de los semiconductores, están bloqueados. La Administración Central es quien menos dinero ha repartido, y es quien debería movilizar la financiación de los Pertes. "Hay un problema de diseño y exigencia que el Gobierno debe valorar", apunta Cardoso.

Otra de las claves es que una parte de los fondos europeos no se está asignando por la falta de demanda. "El Plan Move es muy ineficiente e influye la falta de demanda para comprar coches eléctricos, debido a su precio, y no fluyen los fondos. Hasta que la gente no se anime, no se movilizan", apunta el economista.

Desplome de la inversión... menos en un componente

Los activos fijos son aquellos utilizados de forma repetida o continua en un proceso de producción durante un año o más. Todo tipo de construcciones o vivienda (observando el valor de construcción), la maquinaria y bienes de equipo y también los recursos animales o vegetales (ejemplo de una vaca como 'máquina' que produce).

Pues bien, gracias a cálculos elaborados con el economista Javier Santacruz y tomando como referencia los últimos cuatro años, el único componente de la inversión que se salva son los activos intangibles de propiedad intelectual, donde se incluye el I+D, las patentes, los programas informáticos o la denominada economía del conocimiento. Los recursos invertidos en activos inmateriales son ahora 6,6 puntos superiores al nivel previo a la pandemia, si bien España está rezagada en este aspecto respecto a Europa.

Es preocupante la negativa evolución de la inversión en maquinaria (más de 10 puntos por debajo del nivel pre-Covid tras desplomarse 5 puntos en el último trimestre de 2023) por su destacado peso en la productividad de la economía española. De igual manera, la inversión en construcción es significativamente inferior (-5,9 puntos). La tendencia también la acompaña la inversión en recursos biológicos, donde encontraríamos la agricultura por ejemplo, que es 13,9 puntos inferior tras este periodo de salida desigual de la crisis.

Los españoles producen 0,26 euros por cada euro usado en el proceso

Hay muchas formas de medir si una economía es desarrollada o no: a través de índices de desarrollo, reducción de la desigualdad, la riqueza por habitante... varios indicadores socioeconómicos entre los que también destaca la relación entre la productividad del trabajo y el stock de inversión del que dispone cada empleado. Con los datos de Contabilidad Nacional de 2023 completos a nivel europeo se puede desgranar esta comparativa.

Tomando datos de Eurostat con paridad de poder adquisitivo (PPA), la productividad del trabajo por ocupado español es de 74.930 euros, mientras el valor del capital fijo por empleado (es decir, todos los activos fijos de los que dispone el trabajador para producir) asciende a 285.800 euros. La productividad del capital viene a reflejar que el mercado laboral español es capaz de producir 0,26 euros por cada euro invertido en activos fijos. Es decir, necesitamos aproximadamente cuatro euros para producir uno.

¿Qué nos diferencia de Europa? El conjunto de la Eurozona produce 81.700 euros con un valor de activos fijos de 275.900 euros. Esta comparativa viene a decir que los países del euro producen más que España con menos: por cada euro invertido, producen 0,30 euros.

Esta tónica se repite entre las grandes economías del euro. Cada trabajador francés produce 86.191 euros con 290.100 euros en capital fijo (0,33 euros producidos por cada euro a su disposición). En Italia, sus ocupados producen unos 83.425 euros a partir de un capital de 249.900 euros (0,33 euros producidos por cada euro). Los alemanes producen un volumen de 79.700 euros a partir de 225.200 euros, es decir, 0,35 euros por cada euro a su disposición. Los germanos son los más productivos en cantidad, pues emplean al 85% de su población activa.

Una economía en desarrollo se diferencia por una elevada tasa de producción respecto al capital fijo empleado. Es el caso de Polonia, con un PIB per cápita de economía prácticamente desarrollada (29.155 euros en PPA), pero con una producción menor (66.300 euros por ocupado). El detalle diferencial es que producen 0,49 euros por cada euro de recursos a su disposición.

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