Economía

Las 'cuasimonedas' regresan a Argentina: cómo financiar el gasto público cuando no hay dinero

  • Una provincia argentina emite 'billetes' sin respaldo del Banco Central
  • Milei amenaza con más recortes tras la derrota de su ley estrella
Un billete de dos patacones.

Los gobiernos provinciales de Argentina tienen un problema. El presidente nacional, Javier Milei, ha dejado claro que va a cuadrar el presupuesto, haciendo los recortes que hagan falta. Y, en concreto, ha amenazado con "fundir a las provincias", recortando drásticamente la financiación que envía Buenos Aires a los gobiernos regionales. Pero las provincias ejecutan el 37,5% del gasto público del país, y muchas de ellas no pueden ni quieren hacer todos los recortes que exige Milei. ¿Cuál es la solución para este dilema? La respuesta está en una figura que se popularizó tras el corralito del año 2001: las cuasimonedas.

¿Qué es una cuasimoneda? Un manual de economía dice que el dinero es, resumiendo mucho, una deuda emitida por un Gobierno o un Banco Central que sirve para pagar impuestos y que la población utiliza para pagar bienes y servicios, ya que el que recibe dicha moneda sabe que tanto el Gobierno como otras personas lo aceptarán. Aplicado a Argentina: si el Gobierno central no va a ordenar al Banco Central que le dé a la máquina de imprimir dinero para cubrir esos gastos, serán las provincias las que lo hagan por su cuenta.

Las provincias argentinas, lógicamente, no tienen control sobre el Banco Central. La única forma que tienen para conseguir fondos adicionales es emitir bonos. Pero Argentina no es precisamente un emisor fiable de bonos, y lleva décadas encandenando 'defaults' cada poco tiempo. Y si los inversores no se fían demasiado del Gobierno central, mucho menos lo van a hacer de las provincias, que ingresan menos dinero todavía.

El truco al que han recurrido las provincias cortas de fondos y sin acceso a los mercados de deuda, entonces, es emitir bonos y colocarlos directamente entre los ciudadanos. Es decir, convertir la deuda pública en algo muy parecido a una moneda. En vez de registrarse en documentos asépticos, se imprimen en papel moneda, con un aspecto similar al de un billete. Y en vez de sacarlos a subasta, el Gobierno provincial se los entrega directamente a los ciudadanos, en vez de darles pesos. Estos bonos pueden usarse para "pagar deudas con el Gobierno provincial", como tasas o impuestos, y los ciudadanos de esas provincias pueden intentar dárselos como medio de pago a empresas de la zona. En la práctica, han imprimido dinero, pero un tipo de dinero que solo tiene utilidad real en una provincia y que nadie más que la Administración está obligado a aceptar. Una "cuasimoneda".

¿Vuelven los años del corralito?

Hace unas semanas, el Parlamento provincial de La Rioja fue el primero en autorizar la emisión de un "Bono de Cancelación de Deudas" o BOCADES que serviría como cuasimoneda, para compensar un agujero de "9.300 millones de pesos" (algo menos de 9 millones de euros, al cambio del mercado negro) que le debe el Gobierno central a la provincia de 384.000 habitantes. Se une así a una larga lista de acrónimos a los que los argentinos se acostumbraron durante el corralito, como los Patacones de Buenos Aires, los Lecor de Córdoba, los Petrobonos de Chubut o el Quebracho del Chaco. Aquellos billetes circulaban por todo el país junto a los pesos, con la diferencia de que las 'cuasimonedas' tenían un descuento fuera de la provincia emisora: un quebracho que valiera 20 pesos se valoraba a 15 fuera de Chaco, por ejemplo.

En aquellos años, el Gobierno cortó la emisión de pesos al mínimo y redujo las retiradas de efectivo a 250 dólares por semana. El resultado es que el país sufría de una falta de liquidez total: simplemente no había suficiente dinero en circulación para cubrir todos los pagos corrientes que la gente hace en un día normal, por lo que las provincias tuvieron que usar sustitutos caseros de dinero. Esta vez el problema no es tan grave, pero la raíz es la misma: "no hay plata" para cubrir todos los gastos presupuestados, como repite Milei. Así que la única alternativa a los recortes es 'inventarse' ese dinero que falta. Y no parece que vayan a ser los últimos en hacerlo.

La reforma legislativa estrella de Milei se hunde en el Congreso

El Gobierno, precisamente, ha amenazado con hacer recortes más profundos a las provincias después de que el proyecto estrella de Milei, la 'ley Ómnibus', naufragara ayer en el Congreso. La ley, ya reducida a la mitad durante su accidentada tramitación, acabó siendo tumbada en la segunda votación por 103 votos a 150, lo que llevó al Ejecutivo a retirarla por completo. La derrota, que enfrenta a Milei con su minoría parlamentaria y su pésima gestión de las negociaciones con los partidos clave de los que depende para sacar adelante cualquier proyecto (la Unión Cívica Radical, de centro-izquierda, y hacemos Coalición Federal, centrista) llevó al presidente a publicar un comunicado en el que acusaba de "traidores", uno a uno, a todos los diputados que rechazaron la ley y a los gobernadores provinciales que pidieron el voto en contra.

En respuesta, el mandatario ha asegurado que recortará aún más los presupuestos para ajustar el gasto público, y coquetea con la posibilidad de convocar un referéndum para presionar a los diputados. El riesgo, apuntan los analistas, es que una derrota del proyecto estrella de Milei en un referéndum popular podría ser no solo la sentencia de muerte del proyecto, sino para el propio Gobierno al completo, que vería su victoria electoral 'borrada' en las mismas urnas que le eligieron. Los próximos meses se avecinan tormentosos en Argentina.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky