El presidente de Argentina, Javier Milei, enfría la promesa de la dolarización a corto plazo. En una entrevista publicada hoy, el mandatario aleja los planes de cambio monetario hasta, como mínimo, 2025. "El tema no está aún en la agenda de reformas" que negocia con el FMI, ha asegurado.
En un diálogo con el medio Cenital durante su visita a Israel, Milei dijo que lo que busca, en sentido estricto, no es la dolarización, sino "la libre competencia de monedas" para evitar que la política monetaria de EEUU acabe siendo la que mande sobre Argentina. "[La banca libre] no quiere decir que los individuos usen al dólar como moneda. Por ejemplo un petrolero es probable que use el WTI [petróleo de Texas]; alguien del gas usará BTU [unidad térmica británica]; en el campo, Soja Chicago. El resultado es una canasta de monedas" determinadas por el mercado que "te neutraliza de los efectos de la política monetaria de un país en particular", en clara referencia a EEUU.
Pero para empezar hablar de ese cambio, aseguró, primero hay que reformar el Banco Central de Argentina (BCRA) para detener los pánicos monetarios y sanear sus cuentas. La liberalización monetaria, así, "es el paso final de todo un proceso que arranca con el saneamiento del BCRA, para luego avanzar en la reforma del sistema financiero". Y ese primer paso, la limpieza de la institución central, ocurriría como muy pronto, "a final de junio", a lo que habría que sumar que "adaptar el modelo de sistema financiero puede llevar de piso un año". En total, a mediados de 2025 como pronto.
Aun así, Milei cree que con las reservas actuales ya se podría dar el paso. "De hecho, los que hicieron la dolarización en Ecuador me están pasando un informe porque ellos consideran que la podríamos hacer ahora" con 6,5 millones de dólares en reservas.
La 'Ley Ómnibus' sigue avanzando
Mientras tanto, en Buenos Aires, el Gobierno sigue negociando con la oposición la aprobación de la llamada 'Ley Ómnibus', con varios centenares de reformas económicas. En las últimas semanas, Milei se vio obligado a retirar la mitad de las reformas propuestas inicialmente, incluido todo el capítulo de cambios fiscales, la desindexación de las pensiones y la reforma del sistema electoral. Ahora, según informan los medios locales, están negociando ajustes a algunos impuestos y la reducción de la lista de empresas públicas que quiere privatizar.