
Muchas cosas han cambiado desde la pandemia y otras tantas lo han hecho en lo que va de siglo. España ha vivido varios periodos de intensa creación de empleo, uno antes de la crisis financiera y otro posterior a la pandemia. De por medio, varias reformas laborales, aunque la última ha afectado de forma más delicada a las Empresas de Trabajo Temporal (ETT). El CEO de Eurofirms Group, Miquel Jordà, dirige desde un pueblo de 10.000 habitantes cercano a la Costa Brava (Cassà de la Selva, Girona) la mayor firma de recursos humanos de capital nacional en España que, además, es multinacional y factura 500 millones anuales. Jordà constata un enfriamiento del mercado laboral en la actualidad y, en concreto, del negocio de las ETT tras la reforma de Yolanda Díaz.
En una entrevista con elEconomista.es, Jordà explia que la última reforma laboral "resta aproximadamente un 30% a la facturación potencial del sector", por la mayor rigidez y mortalidad de los contratos indefinidos, la menor duración del contrato temporal que reduce los ingresos y el menor número de contratos firmados.
Cuanto menos dura la relación laboral del trabajador de la ETT con la empresa demandante, menos generan negocios como el de Eurofirms. Y durante el pasado curso, la duración de los contratos se derrumbó hasta niveles de 2006. No está en juego únicamente el pan del sector, sino el de los trabajadores, que quedan atrapados en el uso recurrente del periodo de prueba y reciben nula indemnización por despido.
El CEO y presidente se muestra tajante y abre la puerta a proponer cambios. Lanza la bola al tejado de la cartera de Trabajo: "Dependerá de la voluntad del Gobierno reconocer y solucionar los efectos colaterales negativos", y critica que "la intención o espíritu debe ser crear nuevos puestos, y en esta reforma ha sido cambiar el nombre de los contratos".
El panorama en España para esta empresa, que da empleo directo a 1.200 personas, se ve más borroso por la legislación laboral. Al menos, a nivel nacional, ya que el Financial Times le ha incluido durante tres años consecutivos dentro de los negocios con mayor crecimiento a nivel europeo tras cosechar unos ejercicios en los que triplicaron sus empleados, mientras que en la pandemia recurrieron a los Ertes para evitar despidos.
Pero, ¿cómo ha llegado hasta aquí? Esta empresa familiar nace en Cassà de la Selva y, como explica su CEO, hay momentos en los que deben tomar decisiones que marcan el devenir del negocio. El primer panorama son unas cuantas oficinas abiertas en su mercado inicial, Cataluña, una expansión con un único comercial –el propio Jordà– y el "boca a boca". Para capitalizar ese crecimiento necesitaban expandir sus oficinas. Entonces, relata, se dieron que lo que les diferenciaba era la cultura: llevan el liderazgo por valores y ponen a su gente por delante (people first, uno de sus lemas). "Intentamos favorecer una atmósfera laboral de confianza donde haya un entorno de confianza", relatan.
El despliegue no solo se ha realizado en tiempos de bonanza. Eurofirms apostó en la crisis financiera por dar el salto fuera de Cataluña, hacia Madrid; estudiando el mercado surgió la posibilidad de abrir la primera oficina en Portugal, en 2013, por la demanda de un cliente potente. Fue la primera piedra para consolidar su salto internacional. Actualmente, tiene presencia en siete países (España, Portugal, Chile, Italia, Francia, Perú y Brasil).
Jornada de 4 días y vacantes
Eurofirms, igual que otras ETT, deben adaptar su modelo de negocio a las demandas y necesidades de las empresas. En este punto, Jordà destaca lo "llamativo" de la propuesta de algunos sindicatos y la voluntad de Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, pero rebaja las expectativas. "Hay que ser realistas", afirma, y califica de "simplista" la idea de reducir los días de trabajo y esperar un incremento de la productividad similar a la jornada de cinco días. Pide "prudencia por los sobrecostes que puede generar y la brecha frente a Europa y otras economías internacionales en cuanto a competividad". Entre sus clientes no están observando esta demanda de puestos.
Gobierno, sindicatos y empresarios discuten sobre si existe un problema o no de vacantes, también respecto a la enfermedad: malas condiciones salariales (sindicatos) o problemas de formación y perfiles técnicos (patronal). Respecto a este desajuste entre la oferta y la demanda de puestos, desde Eurofirms trasladan que sí existen puestos vacantes "de forma generalizada en los diferentes mercados en los que operan". "En un encuentro empresarial te dicen que no están encontrando trabajadores, pero que eso está ocurriendo en todos lados", señala.
Inclusión de trabajadores con discapacidad
Hace ya tres lustros, Eurofirms creó una rama, la Fundación, que desde 2016 es una parte vital de la organización y cumple la función social de la empresa. Liderada por María Jordà, hermana del CEO, la Fundación se encarga de integrar en la cultura empresarial de sus clientes un trato inclusivo de los trabajadores con discapacidad y borrar el estigma en el mundo laboral, teniendo en cuenta que la mayor parte de las personas adquieren esta discapacidad de forma sobrevenida (y no de nacimiento, como ocurría hace unas décadas).
Este perfil de trabajador, unos 28.000 candidatos, está incorporado en la oferta total de Eurofirms. De hecho, han conseguido atraer a grandes empresas de alta cualificación que recurren a Eurofirms para realizar una formación específica para que los trabajadores con algún tipo de discapacidad se incorporen al mundo laboral sin ningún estigma que afrontar. "La Fundación representa la materialización de nuestros valores y los lleva a la sociedad", explica María Jordà.
El próximo paso: la transformación
En las empresas familiares cuesta delegar e incorporar a profesionales ajenos a la sangre. Es una transformación que, en determinadas ocasiones, debe llegar. Eurofirms también se ha profesionalizado, empezando por la labor de Miquel Jordà, que ya no abarca la labor de comercial y cumple su función de presidente.
"Uno de los momentos importantes de una empresa familiar es la transición de una generación a la siguiente, y eso hay que prepararlo con tiempo. Hay que planificar muy bien este proceso", confiesa Jordà. Está preparando a sus hijos para que estos hereden su posición de "garantes" en el Consejo, sin ser gestores pero en posición de "accionistas responsables". Pero ese paso aún se está trabajando.