
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) recorta su optimismo de crecimiento real de la economía española hasta el 1,7%, desde el 2% esperado previamente. La inflación se mantendrá en tasas relativamente altas en 2024, con una tasa media del 4%. La previsión de la auditora pública destaca además que las previsiones del Gobierno de bajar el déficit al 3% del PIB se pueden cumplir el próximo ejercicio si, tal y como se espera, expiran definitivamente las medidas de apoyo contra la inflación -es decir, la rebaja fiscal sobre la luz, el gas o los alimentos- y las Comunidades Autónomas (CCAA) contienen su gasto.
Pese al recorte del PIB para 2024, las proyecciones del organismo independiente son de las más optimistas entre think tanks e instituciones. La economía española ha resistido mejor que el entorno europeo al shock de Ucrania y la crisis de precios y de energía por su menor exposición al gas ruso y al mercado de China, que está en pleno debilitamiento, señala Esther Gordo, la directora de Análisis Económico.
"No todos los elementos de la demanda han recuperado los niveles previos a la pandemia, especialmente la inversión productiva que mide el indicador de formación bruta de capital fijo", puntualiza Gordo. Con todo, el escenario macroeconómico es más pesimista que en primavera aunque salvará la recesión con tasas del PIB del 0,1% en el tercer trimestre y del 0,2% en el cuarto, según las previsiones de la institución.
De momento, todas las previsiones apuntan a un aterrizaje suave de la economía como respuesta al endurecimiento de la política monetaria con tres preocupaciones. El debilitamiento generalizado de la eurozona, el foco de China y su evolución en los próximos trimestres, y la evolución de la inflación, que adelanta un periodo amplio de tipos de interés elevados. Indudablemente, el conflicto en Oriente Medio mantiene en vilo al planeta.
Cristina Herrero, presidenta de la AIReF, recalca que para cumplir con el objetivo de déficit se han de cumplir "dos condiciones fundamentales que contempla el Gobierno en el Plan Presupuestario". En concreto, el fin de las ayudas al transporte, de la bonificación fiscal energética y la rebaja del IVA sobre algunos alimentos, como viene recomendando la Comisión Europea u organismos como la OCDE. Esto provocaría una reducción de 1,1 puntos del PIB en términos de balance de ingresos y gastos.
Escenario fiscal
Bajo el escenario fiscal planteado, el déficit se estabilizaría en el 3% del PIB y ayudaría a contener la deuda pública hasta el 106% del PIB. Aunque también el fin de las medidas temporales de ingresos, como los impuestos a la banca o energéticas, provocaría un ligero incremento (dos décimas) de la necesidad de financiación de las Administraciones Públicas.
El Informe sobre las Líneas Fundamentales de los Presupuestos de las Administraciones Públicas 2024 se pone sobre la mesa bajo un contexto de Gobierno en funciones y un escenario de políticas constantes, es decir, sin nuevos Presupuestos ni nuevas medidas. La incertidumbre también se mueve en el escenario fiscal, donde las nuevas reglas de gasto, deuda y déficit a nivel comunitario aun están por definir.
En este punto, la institución exige poner todas las figuras sobre el tablero para evitar un repunte de la deuda y déficit a largo plazo. Pide al Gobierno publicar un informe de situación macroeconómica en 2024 que contenga la tasa de gasto de referencia en 2024 para cumplir con las reglas fiscales. Además, facilitar a las CCAA las entregas a cuenta y coordinar entre todas las Administraciones la política fiscal y financiera.
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