Argentina marcó un récord de gasto público en esta legislatura. A esto hay que sumar otros problemas estructurales como la corrupción, la inseguridad en las calles y una tasa de pobreza estimada del 41,2% en diciembre de 2022 y en el primer trimestre de 2023 subió al 42,3%. Entre abril y mayo, dicho índice rozó el 46%.
Los expertos consultados por elEconomista.es aseguran que lo que tiene que conseguir Argentina tras las elecciones de este domingo y, en el caso de un balotaje o segunda vuelta, tras el 19 de noviembre, es "reducir el déficit y el gasto público a través de disciplina fiscal".
El consultor independiente Guillermo Hirschfeld explica: "El próximo gobierno necesitará reordenar la economía para terminar con la inflación, porque la estabilidad macroeconómica es una condición indispensable para avanzar en un cambio estructural de la base productiva de Argentina"
Dado que ninguno de los candidatos a las elecciones de este domingo conseguirá llegar al 45% de los votos para entrar en la Casa Rosada de Buenos Aires, todo apunta a una segunda vuelta a finales de noviembre. Según los últimos sondeos realizados en Argentina en lo que va de octubre, Milei sería el más votado y se tendría que enfrentar al peronista Sergio Massa, actual ministro de Economía, en el balotaje. La candidata de corte liberal, Patricia Bullrich, quedaría como tercera opción.
Lejos de las excentricidades de Milei, cuya línea principal de su programa económico es dolarizar la economía y reducir el Estado a su mínima expresión, tanto Massa como Bullrich plantean una reestructuración fiscal basada en una reducción del gasto público. En concreto, Massa propone hacer un presupuesto "con déficit cero" en 2024, mientras que Bullrich es más ambiciosa y pretende "generar un superávit en 2024".
La proximidad hacia la socialdemocracia europea del candidato peronista le está generando muchas tensiones internas dentro de la coalición de partidos Unión por la Patria, sobre todo por parte del ala más próxima a Kirchner, por lo que su idea de llegar a un déficit cero se puede ver truncada. Lo que pretende el candidato es generar crecimiento pero "con inclusión social", por eso descarta la idea de reducir el gasto social del Estado.
Las bases de su programa se centran en establecer un equilibrio fiscal, conseguir superávit comercial y un tipo de cambio competitivo. Pero su poca representatividad en el Congreso se lo pondrá difícil a la hora de aprobar sus medidas.
Su gestión actual de la economía tampoco le avala. El gestor de renta fija de Júpiter AM, Alejandro di Bernardo, asegura que el actual gobierno, de le que Massa forma parte, anunció un aumento del gasto público en forma de bonos salariales "todo financiado con emisión monetaria".
El experto argumenta que esto provocó "que las expectativas de inflación aumentaran". A esto se suma un tipo de cambio informal depreciándose al 30%, sumado al dato de inflación del 13% mensual "generó un impacto claramente negativo", aclaró Di Bernardo.
Por su parte, la candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, propone un ordenamiento de las cuentas fiscales con un plan de estabilidad fiscal que lleve a reducir el gasto eliminando los subsidios de Massa. A través de eso, pretende cerrar el 2024 en superávit.
Todo ello combinado con mayor aperturismo de la economía, una reforma laboral y un incentivo a la inversión extranjera. La candidata aseguró que el gasto público "se duplicó" con respecto al PIB "durante los 20 años del kirchnerismo" y el reajuste de los precios.
La candidata liberal es clara: "hay que llevar a cabo reformas que cambien los incentivos económicos, vuelvan a establecer una solvencia fiscal y vuelvan a generar credibilidad" en la economía argentina.
El 'cepo' y la dolarización
Se podría decir que en términos de dolarización de la economía, Bullrich y Massa están a ambos extremos de Milei. El peronista es partidario de continuar con el 'cepo' cambiario al dólar, es decir, establecer restricciones al consumo del dólar debido a la demanda excesiva. De tal modo, hoy hay que recurrir a devaluar el peso para compensar.
El objetivo de Massa es que, una vez que la economía esté controlada, el cepo cambiario se irá eliminando gradualmente en un horizonte de dos años. Sobre la dolarización, el actual ministro de Economía y candidato a la presidencia de Argentina aseguró que "unos plantean la dolarización sin más: poner la bandera de los Estados Unidos en la puerta del Banco Central. Otros plantean la dolarización cobarde, que es convivir un rato las dos monedas porque no se animan a plantear la dolarización".
Esa segunda opción a la que se refiere Massa es a la propuesta de Bullrich, que plantea un "bimonetarismo" en el que el peso y el dólar convivan como divisa de cambio en Argentina. "Que convivan el peso y el dólar, que vuelvan los dólares al circuito productivo, del ahorro y la inversión", recalcó Bullrich.
El objetivo de la política liberal es ir desmontando el cepo gradualmente hasta que a finales de 2024 esté erradicado por completo. La clave de esto es establecer "un régimen cambiario sin cepos, que permita exportar e importar libremente, con normas macroprudenciales al movimiento de capitales". Al mismo tiempo quiere garantizar la independencia del Banco Central.