
China ha dado la sorpresa este miércoles a economistas y analistas. Los últimos datos macro dados a conocer en el país asiático, la segunda mayor potencia del mundo, han sido mejores de lo esperado por los expertos. Sin embargo, estos advierten de que no todo son buenas noticias. El gigante oriental tiene todavía muchos vientos en su contra, con su desmadejado mercado inmobiliario bajo el foco.
El producto interior bruto (PIB) chino creció un 1,3% intertrimestral en el tercer cuarto del año frente al 0,5% del segundo trimestre (dato revisado desde el 0,8% previo), según los datos oficiales publicados esta madrugada por la Oficina Nacional de Estadística (ONE). La lectura supera los pronósticos más extendidos entre los analistas (de un punto porcentual).
Esto se traduce en un crecimiento del 4,9% interanual en el tercer trimestre, por debajo del 6,3% interanual del segundo cuarto, si bien la desaceleración se debe enteramente a los efectos base: la comparativa interanual del segundo trimestre se hacía con el período en que Shanghái y otras grandes ciudades se encontraban confinadas por el virus en el marco de la ya desmantelada política nacional 'covid cero'. El PIB creció un 5,2% interanual en el conjunto de los tres primeros trimestres, una comparativa también marcada por las consecuencias los confinamientos. Las cifras conocidas este miércoles arrojan la esperanza de que el crecimiento pueda alcanzar el objetivo oficial de este año de "alrededor del 5%".
La ONE ha destacado "la inercia de recuperación y mejora" de la economía nacional hasta septiembre al asegurar que se logró un "progreso firme", indicando asimismo que los "cimientos son fuertes para conseguir los objetivos anuales de desarrollo". Sin embargo, el órgano estadístico advierte de que "el entorno exterior está volviéndose cada vez más complejo y grave mientras la demanda nacional sigue siendo insuficiente", y recuerda que "es necesario consolidar todavía más los cimientos de la recuperación económica y el crecimiento".
El crecimiento se apoyó en gran medida en el consumo, ya que los hogares empezaron a agotar sus ahorros, una de las pretensiones de las autoridades chinas, que esperan que la demanda interna vuelva a resurgir para ahuyentar los fantasmas de la deflación. En este punto, ha sido revelador el dato de ventas minoristas: aumentaron del 4,6% interanual en agosto al 5,5% en septiembre, considerablemente por encima del crecimiento esperado del 4,9%.
Según las estadísticas oficiales de la encuesta de hogares, la renta real disponible creció aproximadamente un 11% interanual en el tercer trimestre, más rápido que el crecimiento de la renta real, en torno al 6% interanual. "Nuestra estimación de la tasa de ahorro de los hogares ajustada estacionalmente cayó hasta el 27% de la renta disponible, frente al 32% del segundo trimestre. Por otra parte, el repunte del consumo se vio respaldado en gran medida por la fuerte demanda de servicios", explica Tommy Wu, economista de Commerzbank.
A pesar del elevado desempleo juvenil, la resiliencia del mercado laboral probablemente ayudó a poner un suelo a este gasto de los consumidores. La tasa de desempleo urbano disminuyó del 5,2% al 5%, muy por debajo del 5,6% que promedió el año pasado. Las horas trabajadas también aumentaron en términos desestacionalizados. Mientras, el crecimiento de la producción industrial (sigue en el 4,5% interanual) y las inversiones fijas (3,1% desde el 3,2%) se han mantenido más estables. En el caso de la industria, esta resiliencia refleja en parte la reciente fortaleza de las exportaciones, que alcanzaron un nuevo máximo en volumen el mes pasado. El descenso de más del 10% interanual de la inversión inmobiliaria, no obstante, ha seguido siendo el principal lastre.
"En conjunto, parece que las medidas de estímulo empiezan por fin a surtir efecto en la economía china, que se dispone ahora a alcanzar el objetivo de crecimiento del 5% fijado por el Gobierno central para 2023. Dicho esto, la incertidumbre relacionada con el sector inmobiliario seguirá siendo un lastre por ahora, ya que uno de los mayores promotores de China, Country Garden, ha incumplido potencialmente el pago del cupón de su bono en dólares esta mañana", valora Antti Ilvonen, analista de Danske Bank.
"No todo son buenas noticias"
"Seguimos teniendo dificultades para elevar el PIB total para todo el año hasta el 5%, aunque si se nos anima un poco, podríamos considerar una pequeña mejora de nuestra previsión actual del 4,5%, que se sitúa en el extremo inferior del consenso", escribe en un análisis Robert Carnell, analista de ING Economics.
El economista del banco 'naranja' destaca los positivos datos y el mayor impulso observado, pero avisa de que "no todo son buenas noticias". Carnell pone el foco en la inversión inmobiliaria, que se desaceleró del -8,8% al -9,1%, y en las ventas de propiedades residenciales también se redujeron a un ritmo más rápido, cayendo del -1,5% al -3,2%. "Es probable que el ajuste que se está produciendo en el sector inmobiliario sea un fenómeno de varios años, por lo que probablemente deberíamos acostumbrarnos a ver cifras negativas publicadas en estas partes de la economía", razona.
Desde Oxford Economics, Louise Loo ve reforzada su tesis de que en China se está produciendo un repunte cíclico impulsado por el estímulo: "Las ventas minoristas, en particular, registraron un fuerte avance, ya que el gasto en segmentos relacionados con las festividades (tabaco y alcohol, entretenimiento, ropa y catering) se aceleró antes de las largas vacaciones de la Semana Dorada".
Pero, admite Loo, los indicadores inmobiliarios se mantuvieron muy débiles en septiembre y no hay señales de tocar fondo: "Es tal la divergencia entre los datos macroeconómicos relativamente decentes y el sentimiento débil en el sector, que resulta difícil imaginar que el impulso del crecimiento experimente una nueva aceleración secuencial en el cuarto trimestre en ausencia de un estímulo significativo".
"A corto plazo, nuestras expectativas siguen siendo una nueva ronda de recortes de tipos de 10 puntos básicos en el cuarto trimestre por parte del Banco Popular de China (PBoC), un paso adelante en la flexibilización de las restricciones a la compra de viviendas y aumentos modestos en el gasto en infraestructura dirigido por el Estado. Esto, junto con efectos de base favorables de cara al cuarto trimestre, debería garantizar que nuestra previsión de crecimiento del 5,1% (y el objetivo de crecimiento de las autoridades) permanezcan intactos", remata Loo.
"Aunque los indicadores mensuales de actividad sugieren que la economía está tocando fondo, el ritmo de crecimiento dista mucho de ser sólido. A finales de este año o el año que viene podrían adoptarse nuevas medidas de relajación de la política monetaria, aunque probablemente modestas, para apoyar la recuperación económica", coincide Wu, de Commerzbank.
Para Wu, los datos mensuales sugieren que la economía está tocando fondo desde el punto más bajo observado en julio. Sin embargo, la mejora del crecimiento se le antoja desigual: "Los índices PMI (índices de gestores de compras) de principios de mes señalan que las grandes empresas y el sector público han mejorado, mientras que las empresas privadas más pequeñas siguen teniendo dificultades".
"Las débiles presiones sobre los precios también sugieren que la demanda interna no se ha fortalecido lo suficiente. La inflación medida por el IPC volvió a caer al 0% interanual en septiembre. En julio, cayó temporalmente por debajo de cero hasta el -0,3% interanual", recuerda. "Por lo tanto, podría aplicarse una política monetaria más expansiva, aunque probablemente modesta, a finales de este año o el próximo para apoyar la recuperación económica", concluye.
Quedan "señales positivas"
De una forma más positiva intenta verlo Julian Evans-Pritchard, responsable de Capital Economics para China: "Si bien no creemos que las cifras oficiales del PIB deban tomarse al pie de la letra, hay suficientes señales positivas en los datos recientes para sugerir que la economía ha dado un giro. Esto refleja en parte el reciente aumento de las políticas de apoyo, que parece que continuará en los próximos meses. Es cierto que los tipos oficiales del PBoC se han mantenido sin cambios desde agosto, presumiblemente debido a las preocupaciones en torno al tipo de cambio. Pero el banco central está apoyando el crecimiento del crédito de otras maneras. Y creemos que el banco central reanudará los recortes de tipos una vez que los rendimientos de los bonos estadounidenses disminuyan y la presión sobre el renminbi disminuya".
"También esperamos un mayor apoyo al mercado inmobiliario y medidas para mantener la postura fiscal favorable. Creemos que esto apuntalará una mayor recuperación en los próximos trimestres, aunque sea bastante modesta", termina Evans-Pritchard.