
Cuatro autonomías españolas arrastran ya una deuda superior al 30% de su PIB. Desbordan así con creces el límite que se consideraba el máximo permitido en la última legislatura de Mariano Rajoy y que servía de referencia antes de que la pandemia dejara en suspenso todos los controles de este tipo. Con ese baremo en mente, las mayores incumplidoras actuales son Valencia (44,4%), Castilla-La Mancha y Cataluña (ambas con el 33,4%) y Murcia (32,2%).
Por el contrario, según el informe Endeudamiento de las Comunidades Autónomas del BBVA Research, solo tres autonomías tienen una deuda por debajo del 14% de su PIB regional. En concreto, la región menos endeudada es la Comunidad de Madrid, con el 13,5%; seguida de País Vasco, con el 13,7% y Canarias, con el 13,7%.
Cuando se mira el volumen de la deuda, Cataluña (26,6%), la Comunidad Valenciana (17,4%) y Andalucía (11,9%) concentran el 56% de la deuda autonómica española. En lo tocante a la deuda per cápita, las dos comunidades más endeudadas: Cataluña y la Comunidad Valenciana, triplican el nivel de deuda de las menos endeudadas.
BBVA Research señala que hasta 2007 la deuda autonómica permaneció en niveles moderados, con tasas de crecimiento interanual promedio del 7,3%. Ese año, la deuda de las autonomías era de 61.960 millones de euros, un 5,8% del PIB. No obstante, explica que la crisis financiera que se desató en 2008 disparó la deuda de las comunidades autónomas.
De este modo, entre 2008 y 2015 la deuda autonómica creció a un ritmo del 20% anual, hasta alcanzar el 25% del PIB. Entre 2015 y 2020 se estabilizó en torno al 24% del PIB, pero volvió a subir con el Covid-19. En consecuencia, en 2022 alcanzó máximos históricos, superando los 316.800 millones de euros, un 23,9% del PIB.
El informe señala que los instrumentos utilizados por las comunidades autónomas para financiarse han evolucionado en función de las condiciones de los mercados. Así, entre 1995 y 2011, la emisión de valores fue ganando peso. En ese periodo, de media, la emisión de valores representaba un 47% del total de la financiación frente al 53% de los préstamos.
No obstante, el cierre de los mercados en 2012, provocado por la crisis financiera, y la entrada en vigor de mecanismos de liquidez, como el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), restó peso a estos instrumentos de financiación.
El observatorio explica que el FLA forma parte de los mecanismos que el Gobierno central creó en 2012 para facilitar liquidez a las comunidades autónomas en un momento de cierre de los mercados financieros.
Actualmente, el FLA representa casi el 59% de la deuda autonómica frente al 14% de los valores emitidos en el mercado. A partir de 2020, algunas de las comunidades recurrieron de nuevo a las instituciones financieras para captar financiación y los préstamos ganaron peso hasta representar el 27% del endeudamiento autonómico.
En cuanto a los costes de financiación, apunta el estudio, los mecanismos de liquidez han reducido el coste de la deuda autonómica. Aquellas comunidades que nunca han recurrido a la financiación del FLA y se financian directamente en mercado, registran un mayor tipo implícito de su deuda. Mientras que, en general, las comunidades con mayor nivel de deuda y mayor dependencia del FLA tienen un coste de la deuda reducido.
En su ausencia, sostienen en BBVA Research, las comunidades habría tenido que asumir un coste promedio adicional de más de 1 punto porcentual, lo que habría situado su endeudamiento 2 puntos del PIB por encima del nivel de 2022.