
Emanciparse, he ahí la cuestión. La edad en la que los jóvenes vuelan del nido familiar para comenzar una vida independiente se va retrasando en la Unión Europea (UE), aunque con notables diferencias entre los 27 países que la componen. La realidad socioeconómica sitúa a los jóvenes españoles entre los que más tardan en emanciparse ante la tendencia al alza de esta realidad en los últimos 10 años.
En 2022, los jóvenes de toda la UE abandonaron el hogar de sus padres a una edad media de 26,4 años, según datos de Eurostat. Es en el análisis individual donde se destapan las variaciones por países y donde se dibuja la diferencia norte-sur.
Las edades medias más altas para emanciparse, de 30 años o más, se registraron en Croacia (33,4 años), Eslovaquia (30,8), Grecia (30,7), Bulgaria y España (ambas 30,3), Malta (30,1) e Italia (30,0) mientras en Finlandia (21,3 años), Suecia (21,4), Dinamarca (21,7) y Estonia (22,7), la vida independiente está por debajo de la media y llega antes de los 23 años.
La evolución en los últimos 10 años remarca más esa barrera entre los países del sur y los escandinavos (Estonia se cuela en la lista). La media de edad europea para emanciparse se ha mantenido estable aunque se ha incrementado de manera generalizada. De los 14 países donde se ha visto incrementada, en los que más se ha elevado ha sido en Croacia (+1,8 años), Grecia (+1,7) y España (+1,6).
El caso español, con la media de edad de emancipación de las más altas y en el 'top 3' de los países donde más se ha retrasado en la última década, refleja una realidad socioeconómica marcada por el paro juvenil, los bajos salarios, el precio de la vivienda y unas tasas de natalidad en mínimos históricos.
Los datos de paro registrado siguen evidenciando unos niveles de desempleo entre los jóvenes muy elevados. Según Eurostat, a junio de este año, el paro juvenil alcanzaba el 27,3%, manteniendo a España como líder de la estadística europea.
Los sueldos ayudan a profundizar más en las diferencias. El salario medio ordinario bruto en la UE ascendió en 2022 a 2.302 euros mensuales, pero en el caso de España, se quedó un 20,9% por debajo, en 1.822 euros, lo que supone 480 euros menos al mes.
Con este escenario, el acceso a la vivienda se complica. Acceder a una hipoteca en pleno alza de tipos y endurecimiento de las condiciones aleja las posibilidades a las rentas precarias, que tampoco tienen capacidad de ahorro para afrontar la entrada a un piso. Y el alquiler, que anota una subida de más del 9% en el año, también está ejerciendo una criba cada vez mayor.
De momento, las medidas para paliar esta realidad están lejos de cubrir las necesidades. En materia de empleo, la reforma laboral está dando pasos para reducir el nivel de paro pero este sigue siendo muy elevado y tampoco ha disuelto la precariedad de los empleos a los que acceden muchos jóvenes. Y las ayudas a la vivienda (avales para vivienda o tope al alquiler) no compensan la profunda brecha entre el mercado inmobiliario y la solvencia económica.
Las mujeres dejan antes el hogar familiar que los hombres
Otra vertiente que mide Eurostat en su análisis de la edad de emancipación es la diferencia de edades entre hombres y mujeres. En promedio, los hombres abandonaron el hogar familiar a los 27,3 años, más tarde que las mujeres que lo hacen a los 25,4 años. En todos los países las mujeres jóvenes se independizaron antes que los hombres jóvenes.
En nueve países de la UE (Croacia, Bulgaria, Grecia, Eslovaquia, España, Italia, Malta, Eslovenia y Portugal), los hombres abandonaron el hogar después de los 30 años, mientras que este es el caso de las mujeres, sólo atrasaron tanto la emancipación en Croacia.
La distancia más amplia se la anotó Rumania, con 4,5 años de diferencia entre los 29,9 años a los que se marcharon los hombres y los 25,4 años de las mujeres. En el lado opuesto, Luxemburgo (distancia de 0,5 años), Suecia (0,6 años), Dinamarca y Malta (ambos de 0,7 años) registraron edades medias de emancipación más similares entre hombres y mujeres.