Economía

La inflación de la eurozona se estanca en el 5,3% mientras la subyacente y los servicios siguen desacelerando muy despacio

  • El IPC general resiste por el efecto base en la energía y la subida del crudo
  • La inflación subyacente se modera dos décimas y la de los servicios una
  • Más presión para el BCE, pero el mercado compra la pausa en septiembre
Imagen: Dreamstime

La inflación sigue sin dejar buenas noticias en la eurozona. El índice de precios al consumo (IPC) se ha estancado en agosto en el 5,3% interanual que ya marcó en julio, según los datos publicados este jueves por Eurostat, cuando la expectativa era que retrocediera a un 5,1%. Por su parte, el IPC subyacente (excluye energía, alimentos, alcohol y tabaco) ha desacelerado este mes de un 5,5% a un 5,3%. Aunque va en línea con lo esperado, esta desaceleración es muy lenta, al igual que ocurre con los servicios, métrica muy vigilada por las autoridades monetarias, que han pasado del 5,6% al 5,5%. Todo esto complica la decisión del Banco Central Europeo (BCE) en septiembre cuando el dilema no puede ser más acusado entre una nueva subida de tipos, que podría ser la última del ciclo, o la primera pausa tras más de un año de alzas. Mientras los datos entrantes no dejan de confirmar el deterioro económico del bloque, la inflación sigue resistiéndose.

La persistencia de la inflación general en el 5,3% se debe al aumento de la energía, que ha pasado del -6,1% interanual en julio al -3,3% en agosto. Esto se explica por el efecto base y por el aumento de los precios del petróleo en los últimos meses. En términos intermensuales, el repunte es del 3,2%. El reciente aumento de los precios del gas al por mayor tardará un poco más en repercutir.

Por el contrario, la tasa de inflación de alimentos, bebidas y tabaco ha mantenido su tendencia a la baja, pasando del 10,8% al 9,8%. Asimismo, la inflación de bienes duraderos cae por sexto mes consecutivo, situándose en un mínimo de 13 meses del 4,8%.

Los datos de inflación de miembros de la eurozona conocidos este miércoles ya apuntaban a esta resiliencia de los precios. En el caso de España, el IPC pasó del 2,3% interanual en julio al 2,6% en agosto, moderándose la inflación subyacente (en este caso excluyendo energía y alimentos frescos) solo una décima hasta el 6,1%. En Alemania, el IPC general se moderó menos de lo esperado, tan solo una décima, hasta el 6,1%, mientras la inflación subyacente permanece enquistada en el 5,5%.

En Francia, el IPC ha subido en agosto al 4,8% interanual desde el 4,3% de julio tras tres meses de relajación. La razón también apunta a la energía y, en este caso, al aumento de los precios regulados. Por contra, las caídas en Italia y, sobre todo, en Países Bajos (del 5,3% al 3,4% en el IPC armonizado) han contribuido a sujetar el dato global.

La principal derivada de estos datos es en qué medida influyen en la reunión del Consejo de Gobierno del BCE el próximo 14 de septiembre. Los economistas han estado describiendo la cita de septiembre como una 'moneda al aire' dadas las igualadas probabilidades de que el Consejo de Gobierno decrete una pausa tras más de un año de alzas o ejecute una subida de 25 puntos básicos que podía ser la última del ciclo tras 425 puntos básicos de endurecimiento.

"Aunque la inflación sigue siendo lo suficientemente persistente como para incomodar a los halcones del BCE, parece que se avecina una mayor desaceleración de la inflación en los próximos meses. Pero dado el mantra del BCE de los últimos meses de que hacer demasiado poco es peor que hacer demasiado en términos de subidas, seguimos esperando otra subida de tipos de 25 puntos básicos, a pesar de que se trata de una decisión muy ajustada", sostiene Bert Colijn, economista de ING.

De distinta opinión es Christoph Weil, economista de Commerzbank, quien considera que, desde el punto de vista del BCE, lo más importante de estos datos es que la inflación subyacente continúa su senda descendente: "Es probable que el BCE tenga una opinión positiva al respecto. Seguimos sin esperar que el Consejo de Gobierno vuelva a subir los tipos de interés oficiales en su reunión de septiembre".

Los mercados parecen haber comprado la tesis del final de las subidas pese a la presión de la inflación habida cuenta del horizonte de deterioro económico. Si las apuestas reflejaban este miércoles 13 puntos básicos de subida en septiembre y 23 para final de año, tras el dato contemplan siete puntos para la próxima reunión y solo 15 para final de año. Pese a las recientes manifestaciones de halcones del BCE como el austríaco Robert Holzmann, indicando que lo normal sería elevar los tipos de nuevo en septiembre, impera la visión de que el ciclo de subidas está ya completado o a punto de estarlo. Esto ha propiciado fuertes caídas del euro por encima del 0,5% durante la jornada. "Para el mercado, esta cifra es suficiente para una pausa en septiembre", resume Théophile Legrand, estratega de tipos de Natixis.

"De cara al futuro, es muy probable que la inflación descienda en septiembre, ya que los efectos de base relacionados con el billete de transporte público de 9 euros del año pasado en Alemania restarán 0,2 puntos porcentuales a la tasa general de la eurozona y 0,3 puntos porcentuales a la inflación subyacente. Y esperamos nuevas caídas a partir de entonces, ya que la mayoría de los datos sugieren que las presiones sobre los precios están disminuyendo", vaticina Jack Allen-Reynolds, analista de Capital Economics.

"Dicho esto, el mercado laboral sigue ajustado, y otros datos publicados esta mañana muestran que la tasa de desempleo de la eurozona se mantuvo en julio en un mínimo histórico del 6,4%. Dado que el crecimiento de los salarios sigue siendo fuerte, creemos que pasará mucho tiempo antes de que la inflación de los servicios descienda a un nivel que permita al BCE alcanzar su objetivo de inflación", matiza el experto de Capital Economics.

"La corrección de los precios de la energía parece haberse completado en gran medida. En los próximos meses es probable que fluctúen en torno a los niveles actuales. Por otra parte, se espera que la inflación de los precios de los alimentos siga debilitándose. Esto ejercerá una presión a la baja significativa sobre la tasa de inflación en los próximos meses. También es probable que la inflación de los precios subyacentes disminuya ligeramente. Es probable que las empresas hayan trasladado a los consumidores gran parte del aumento de los costes de producción inducido por los precios de la energía. Sin embargo, creemos que es improbable que la inflación subyacente descienda al 2% en los próximos dos años. Con el fuerte aumento de los salarios, ya se vislumbra en el horizonte una nueva oleada de costes, que presionará al alza los precios de los servicios en particular", dibuja Weil, de Commerzbank.

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